Oswaldo Bordón es dramaturgo y filólogo. Se graduó en la Facultad de Filología Hispánica en la Universidad de La Laguna (ULL) en el año 1998 y realizó el doctorado en la Facultad de Letras de Universidad de Lisboa. Es el fundador y el director escénico de la compañía Cía Hojarasca. En el instituto surge su pasión por el teatro y la poesía. Además, fue narrador oral durante quince años.
¿Considera importante actuar para poder ser dramaturgo? «Pues sí, ayuda bastante. Como mínimo hay que tener experiencia sobre el escenario aunque no sea profesional. Encarar frente a un público siempre facilita. No es indispensable ser actor para ser director, porque son formaciones y trabajos diferentes. La actuación está más focalizada y la dramaturgia tiene una mirada más abierta. Aún así, para dirigir hay que conocer de todo un poco: set de iluminación, de vestuario, decorado…».
¿Por qué elige el surrealismo frente a otras temáticas? «Porque es el ahora. Para mí es el movimiento literario, social y humano que más me apasiona. Desde el lado filológico esta actividad tiene creaciones interesantes. Como me fascina y no suele hacerse teatro de este tipo porque no es muy convencional, decidí llevarlo a cabo. Este tema se trata de obras fragmentadas que a lo mejor no tienen un inicio y un final. Tiene una mirada integral que abarca todas las artes. Los surrealistas crean una sociedad imaginaria».
«Crimen es el mejor texto escrito en prosa poética»
¿Cómo cree que se desarrolla un personaje escénicamente dentro de esta corriente artística? «Para los artistas hay un marco o un espacio donde se mueven, y dentro de ese territorio tienen un margen. Cada vez que representan una obra su interpretación es diferente. Muchas cosas solo pasan una vez, como la entonación o el movimiento. Tienen libertad dentro de ese margen. De repente hacen hincapié en una palabra, o un silencio es mayor, se agachan, mueven un brazo…».
¿Por qué en su nueva creación En el escenario de Crimen: una experiencia surrealista plasma ideas de la obra de Agustín Espinosa? «Agustín Espinosa es un artista excepcional. Para mí Crimen es el mejor texto escrito en prosa poética que hay en el mundo. No conozco otra obra de ese calibre. Este tiene una poesía que la narrativa no suele tener. Además, tiene un valor inventivo para trabajar con objetos y ve la muerte desde otro ángulo. Debería conocerse a nivel internacional».
«El surrealismo fue un movimiento grandísimo en Canarias»
¿Por qué recibe ese nombre? «Se llama En el escenario de Crimen, porque es el lugar donde supuestamente se va a representar esa obra. Es jugar con esa paradoja. Son tres jóvenes versátiles que van a escenificar el texto de Espinosa y se encuentran con un cadáver surrealista. Hacemos un guiño con esta pieza con el nombre de los protagonistas. Del mismo modo, el 70 % está basado en Crimen, pero no de forma ordenada. Utilizamos fragmentos y los incorporamos en las intervenciones de los personajes».
¿Qué significa la música en la pieza teatral? «No hay ningún significado específico. Alberto Martín es el músico y además, es actor y compositor. La pieza está hecha con música experimental, pero con tecnología contemporánea. También hay sonidos inspirados del siglo XX, que se crean exclusivamente para esta obra. A raíz del texto la música iba surgiendo. Todo este trabajo se llevó a cabo en un laboratorio de experimentación».
¿Cómo daría a conocer el surrealismo? «Primero habrá que reconocer que ese movimiento fue grandísimo en Canarias y tuvo una repercusión internacional tremenda. Hay que darle valor. Que la gente vivencie lo que es el surrealismo, no tanta teoría sino que haya una parte práctica. Ir por centros dando talleres y enseñando juegos. Desde ahí, el alumnado generará intriga y curiosidad por conocer a ciertas personas».