«Hay gente con ideas maravillosas que se quedan en la gaveta por no saber a quién acudir»
Las Revoltosas fue la primera murga femenina de Canarias. Su historia es algo que fascina al creador y artista lanzaroteño Pedro Ayose. Por ello, está en proceso de realizar su primera película documental en la que cuenta cómo estas mujeres pioneras la crearon. La agrupación siempre estuvo presente en su vida, pero artísticamente se conectó a ella hace cuatro años. Desde ahí, presentó una exposición sobre su historia. También un cortometraje documental, Confecciones Saavedra, sobre una de las fundadoras que ha recorrido festivales de países como Suecia o Tokio.
Aunque vive en Madrid, se vuelve a conectar con las Islas artísticamente en 2020, ya que estrena la obra de teatro Cesar Batalla y Fuego. «Fue ahí donde me di cuenta de que contar historias que tengan que ver con Lanzarote me gustaba», comenta. El artista siente que es interesante trabajar en las islas Canarias: «Hay muchas cosas por hacer y por mostrar». Sin embargo, también ve que hay muchas limitaciones y dificultades. Por ello, está ideando un proyecto de formación en Lanzarote ya que «siento que no hay una buena formación artística allí. Es casi inexistente», asegura. Para él, aprender y formarse es muy importante: «Se debe poner el ojo en estudios que sean verdaderos y de calidad».
Su carrera profesional ha estado más ligada a las artes escénicas, «aunque no me cierro a ningún ámbito», aclara. En La Infamia, última obra en la que fue ayudante de dirección, combina dos disciplinas: el teatro y lo audiovisual.
«Es un mundo con oscuridad y con la inestabilidad profesional y económica acechando»
A Pedro Ayose le gustaría dedicarse al arte toda su vida, pues desde hace unos años siente que está haciendo lo que desea. «Estoy en un momento profesional muy claro, sé que camino me gustaría seguir», explica. Aunque tampoco lo quiere romantizar porque opina que «es un mundo con oscuridad, inestabilidad profesional y económica acechando todo el rato». El creador habla de que en el mundo artístico se trabaja por proyectos, por lo que es incierto: «Me da miedo quedarme sin trabajo o presentar ideas que no sean atractivas», pero añade que «si sucede esto es porque viene otra cosa».
Su principal motivación es siempre tener alguna idea o proyecto en sus carpetas de ordenador que va desarrollando poco a poco. «Mi intención es ir enviándolas e ir mirando cómo se pueden hacer realidad las historias que siento que son importantes», explica.
Su primera vez, Cardo
Su primer papel en el sector audiovisual es Danny en la serie Cardo, original de Atresplayer. Es un personaje secundario que crean las guionistas y productoras de la serie, Ana Rujas y Claudia Costafreda, y se lo hacen llegar. «Es un papel pequeño pero igual de luminoso y esencial para la historia», cuenta. Es un recepcionista que sale en el capítulo cinco. Él lo interpretó con el fin de que esas profesiones se sientan incluidas: «Ha sido un homenaje a todas las personas trabajadoras con horarios imposibles y loquísimos».
El acento canario caracteriza a su personaje en la serie. Para él, es esencial que todo el mundo esté representado y «que aparezca un único acento no es la realidad», subraya. En Cardo se le permitió crear libremente y sin ningún tipo de oposición. El artista afirma «que las formas de hablar se vayan permitiendo es algo que hace que un personaje sea más rico en matices y que la gente conecte más».
Su infancia hasta su formación
Pedro se crió con las fiestas populares, los carnavales, la creación en grupo y el teatro amateur y recuerda que «artísticamente era lo que llegaba en ese momento a Lanzarote». En su familia no había nadie que se dedicara a la cultura de manera profesional, aunque sus padres pertenecían a diferentes murgas. Por todo ello, asegura que su fascinación por el arte le viene de pequeño. «Estaba todo el verano ensayando playbacks para hacerlos durante las fiestas de agosto en mi pueblo, San Bartolomé», comenta el creador.
Estudió Educación Infantil en la Universidad de La Laguna porque era lo que sentía que había que hacer. «Decidí estudiar eso porque tenía un aspecto creativo». Trabajó de ello y más tarde, decidió mudarse a Madrid y empezar a estudiar Teatro. Empezó con cursos y luego se formó como actor en los Estudios de Juan Carlos Corazza. «Quería contar mi mundo, no desde mí mismo, sino desde lo que sé y lo que vivo», concluye.
