La labor historiadora de Paulo Orosio cobra protagonismo en la tesina de Miguel Ángel Rábade Navarro, profesor de Latín de la ULL considerado como el primer historiador de la Antigua Roma. Asegura que Orosio, a través de la transmisión de las costumbres, por medio de la traducción, va a marcar la mentalidad de Occidente. Es por ello que «es el responsable de que, por primera vez, se visualizara la historia desde una perspectiva cristiana. Esto marcaría el concepto de la historia en poniente”, asevera el docente.
“Para Paulo Orosio existe un fin del mundo, pero ese solo se produciría si Dios todopoderoso lo decide así. Él decía que Roma era eterna, y que se debía lograr que no desapareciera, porque si ocurría tal acontecimiento el mundo acabaría. Mientras no se produjera ese acontecimiento, debía existir un territorio sobre el que residiera la hegemonía planetaria», asegura Rábade. Como bien indica el filólogo especializado en Literatura Latina Tardía y Clásica, este es un planteamiento teórico que se crea en esa época concreta y que ha influido políticamente hasta hoy.
Asimismo, mantiene que siempre han existido naciones que han ansiado ser las herederas de Roma. Es, por ejemplo, el caso de los americanos. «Con el capitolio y toda esa simbología romana que poseen, se consideran los legítimos sucesores. De ahí que posean un Senado y que en el ya mencionado capitolio viva su actual presidente” explica.
El vocablo zar
Por otro lado, el profesor de la ULL también deja constancia del origen y la procedencia de la palabra rusa zar con la que se hace referencia al título que se le otorgaba al emperador de Rusia. Tal y como expone Rábade Navarro, dicho vocablo constituye la evolución del nombre propio de Caesar.