El profesor y artista de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, Ramiro Carrillo, ofreció ayer, día 25 de abril, una charla en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA). Su charla, bajo el título La pintura como experiencia, se encuentra dentro del programa organizado por esta misma institución: Los 40 años después de los 40 años. En ella, el docente mostró al público diversos ejemplos de arte canario contemporáneo.
Carrillo comenzó su discurso con una anécdota en la que contó que una persona le dijo que las obras se podían esquematizar, ya que «todas son iguales», a lo que el profesor respondió que «no se puede reproducir el arte del autor moderno en casillas, ya que siempre hay que tener en cuenta la complejidad de la creación artística». Por otro lado, comentó la manera que tenían los pintores de hacer sus trabajos, resaltando que «tenían la intención de mimar y de cuidar la superficie del cuadro y enriquecerla según determinados términos».
Más adelante, el ponente quiso centrarse en diversos autores, como Pedro González, del cual destacó que es un gran pilar en Canarias enseñando obras de este mismo artista, como por ejemplo Gato, Icerse, Cosmoarte, entre otras. Luego, mencionó a otro experto en este campo, Gonzalo González. De él resaltó que es un gran referente en su vida personal y mostró también varias obras, de las que destacó Desolación Tropical, insistiendo en que “para entenderla hay que interpretarla de forma que, si no sabemos lo que significa el minimalismo, nos estaremos perdiendo algo vital de ella”.
Por otra parte, clarificó que a la hora de ir a los museos a ver las pinturas o incluso viéndolas desde los dispositivos electrónicos, es importante “esa sensación peculiar al estar observando la obra”. Asimismo, le quiso dar importancia a la presencia de personas a nuestro alrededor, ya que según el docente “nos ofrecen el filtro por el cual interpretamos las corrientes internacionales”.
Cabe destacar que Carrillo también le dio especial importancia a las diferentes corrientes que habían pasado por Canarias, recalcando el surrealismo en la mayor parte de la conferencia, defendiendo que “ninguna vanguardia caló tanto como esta”. Aprovechó este tema para hacer mención a la Gaceta de Arte, revista que Eduardo Westerdahl editó en el año 1932, la cual terminó su actividad 4 años después tras el Alzamiento Nacional, publicando hasta ese momento 38 números.