Estudiantes de las islas se trasladan a Tenerife o Gran Canaria para cursar estudios superiores. Las Islas Capitalinas los acogen, pero antes el azul celeste los cobija en su manto cuando, con una maleta llena de aspiraciones, luchan por su meta. Un gran salto en el que, de puente en puente, de cuatrimestre en cuatrimestre, de año en año, atraviesan las nubes que se forman sobre el Atlántico para labrarse un futuro. Un esfuerzo colosal y satisfactorio para todas las familias que despiden a jóvenes infatigables llenos de talento para dar paso a profesionales insaciables.
La retórica de lo ausente
La Fundación CajaCanarias acoge, hasta el próximo 28 de mayo, una exposición que se centra en