Una vez más, Timaginas Teatro representó el drama que envuelve a Bernarda Alba y a su familia. El espectáculo tuvo lugar ayer sábado 1 de abril en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. “Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? Silencio, silencio. He dicho ¡silencio!”, grita María Rodríguez, quien personifica a la matriarca. A continuación, se hace un silencio y los espectadores comienzan a aplaudir. Se trata del momento final y culmen de esta obra, que se ha convertido en un referente de la compañía y que lleva cuatro años en escena.
El evento comenzó con el escenario vacío. Una luz tenue y una voz en off recitaba los trabajos que Federico García Lorca, autor de La casa de Bernarda Alba, había realizado. También relató cómo era su vida en la ciudad que nació y murió, Granada. Seguidamente, La Poncia (criada) interpretada por Marina Solís, salió en escena con el sonido de las campanas. A partir de ahí, empezaron los tres actos que componen esta pieza teatral. Todo se desarrolló en el salón, un único escenario que simboliza la opresión a la que estaban sometidas las hijas por el luto que había impuesto su madre al morir su marido.
En el libro del escritor granadino, Comedia sin título, se menciona que “el poeta aspira a conmover los corazones enseñando las cosas que el público no quiere ver, gritando las simplísimas verdades que no quieren oír”. Las actrices consiguieron transmitirlo. En especial, Bernarda (María Rodríguez), Adela (Raquel Trujillo) y Martirio (Yolanda García), quienes jugaron un papel fundamental a lo largo de la función.