Andrés Gutiérrez – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Tue, 03 May 2022 07:58:30 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Andrés Gutiérrez – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 Andrés Gutiérrez: «El fotoperiodismo tiene que ser una mano que ayuda» https://periodismo01.ull.es/andres-gutierrez-el-fotoperiodismo-tiene-que-ser-una-mano-que-ayuda/ Mon, 04 Oct 2021 07:00:31 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185996 Cámaras por extremidades, chaleco negro, mirada atenta. Un ojo en el visor y miles de historias por contar a través de la lente. Cada fotografía con un mimo especial. Tras más de una década en el fotoperiodismo, Andrés Gutiérrez, siendo la práctica su única maestra, se posiciona como un reconocido profesional en su ámbito. No en vano, fue nombrado este pasado julio fotógrafo del año en el I Certamen fotográfico Cristóbal García. Natural de Venezuela, actualmente trabaja con medios como El Día, La Provincia, Associated Press, Anadolu o Solapix. Además, ha colaborado con otras publicaciones como El País, The Guardian, Le Monde o Libération.

Estos últimos días cubrió la erupción volcánica de La Palma. En Buenos Días Canarias lo describió como un shock, en el que pasó de cubrir un fenómeno volcánico a un drama humano. ¿Cómo recuerda ahora lo ocurrido? «Me pilló aquí, comiendo con mi familia, y en una hora y media me metí dentro de un avión. Al principio estaba tan sorprendido por el espectáculo visual que se me olvidaba lo que viene después. Pero te dura dos o tres horas, hasta que se te baja la emoción de verlo tan de cerca, y empiezas a ver la lava comerse casas. Estás constantemente viendo y escuchando a gente que lo ha perdido todo; yo creo que eso es lo que peor llevamos al estar allí. En mi caso, ya me había olvidado del volcán. Ya teníamos sus fotos escupiendo lava y fuego; es brutal, espectacular, súper alto, bonito, lo que tú quieras. Pero, al final, te quedas cubriendo sus efectos. Los últimos cuatro o cinco días de trabajo estuvieron focalizados en la devastación y los testimonios de las personas».

Las zonas residenciales cercanas fueron evacuadas. Foto: Andrés Gutiérrez

¿Cómo siente lo que todavía está ocurriendo en La Palma? «Vivirlo a distancia me fastidia enormemente. Me encantaría estar allí y contar lo que sucede en la Isla, porque hay un montón de gente que va a necesitar ayuda. Y eso que todavía no tenemos ni idea de la magnitud. Lo que quieres en esta profesión es intentar transmitir ese caos al país y al mundo y que se den cuenta de lo que está pasando. Ese es nuestro trabajo. Dar a conocer a la opinión pública para que la gente haga cosas».

«Pakistán es un país que siempre he querido conocer. Abrieron una escuela para transexuales y una de boxeo femenino. Quiero traerme algunas historias»


Justo después de la cobertura en La Palma, hoy viajará durante casi un mes rumbo a Pakistán. ¿Cree que el movimiento constante y la inquietud son partes fundamentales para su trabajo? «Sí, tanto para el fotoperiodismo como para el periodismo en general. Tenemos que ser unos culos inquietos, nos tiene que gustar movernos, meternos en sitios complejos… No creo en periodistas que se sientan frente a un ordenador y no salen de ahí, aunque entiendo que hay algunos puestos que van de eso. Pero al final, para tener algo valioso, tienes que mojarte. Si quieres una foto del volcán, vas a tener que meterte ahí, en un sitio del que te van a echar, donde vas a estar tragando ceniza y vas a ver dramas brutales. En mi caso, y en el del fotoperiodismo, hay que intentar que lo que haces tenga un fin. Inquietudes, miles».

El fotoperiodista ha realizado previamente otros trabajos en países de Asia y Oriente Medio. Foto: Andrés Gutiérrez

¿Qué tipo de trabajo pretende conseguir este mes en Pakistán? «Es un país que siempre he querido conocer. Es más, yo tenía pensado ir antes de lo que ha pasado en Afganistán. Por encima de lo que parece, siendo un país islámico, son bastante más tolerantes de lo que podemos pensar. Es curioso. Por ejemplo, en Islamabad abrieron una escuela para transexuales. En Karachi hay una de boxeo solo para mujeres, para que se defiendan de posibles agresiones. Hay un tipo que está decidido a enseñarles cómo pegar guantazos por si reciben una agresión. ¡En Pakistán, ños, qué interesante! También hay un campo de refugiados desde hace décadas por la guerra con la Unión Soviética en Afganistán, y puede haber un tema allí. Me encantará hacer uno de personas afganas, pero no me quiero volver loco porque, quieras que no, son mis vacaciones. Se trata de hacer algo, pero con filosofía».

¿Cómo va a llevarlo a cabo? ¿De qué medios dispone? «Quiero ir a hacer fotos, conocer la cultura, disfrutar mis vacaciones y traerme algunas historias. En mi caso es complicado porque voy solo. No voy con una infraestructura detrás, ni un medio de comunicación que me proporcione financiación o un fixer. Yo voy a Pakistán y, a partir de ahí, empiezo a tirar del hilito. Sí que tengo algún contactito que me puede ayudar, pero poco más. Por ejemplo, tengo un compañero que es cámara de Salvados, que está en Afganistán. Estaba hablando hace poco con él y me dijo que viajar con el programa es brutal por los contactos. En mi caso no es así».

«Tenemos que darle visibilidad a las injusticias, que lo que hacemos sirva de algo. Para trabajar en esto, es necesario ser buena persona»


Además del viaje que hará a Pakistán, ha hecho coberturas periodísticas en otros países como Irán, Myanmar, Vietnam, India o Turquía. ¿De dónde viene ese interés por Oriente Medio y Asia? «De la sensación de ir a un sitio con una cultura totalmente distinta. Cuando notes que estás en un lugar perdido, donde sabes que nadie te entiende y que tus normas y reglas no funcionan, entonces sentirás que has viajado. Cuando tengas esa sensación, luego te dicen de ir a Alemania y dirás chos, qué dices, ¿Alemania, en serio? Alemania es como el patio de mi casa. Yo he viajado por Europa y Sudamérica, pero allí tienen nuestros modos de Occidente. La primera vez que fui a la India, solo, en 2010, llegué a Bombay y me sentí como en la Luna. Esa sensación es la que busco repetir todos los años».

‘Vivir del metal, morir por el metal’, Vietnam. Una serie fotográfica publicada en El País. Foto: Andrés Gutiérrez

También ha estado durante meses cubriendo con profundidad la inmigración africana en Canarias. ¿Cómo vivió ese drama humano y cómo se implicó en él? «Mis imágenes tienen que contar historias que, de alguna forma, ayuden. Cuando puedo elegir implicarme más en un tema, voy con eso en la cabeza. Con la inmigración pasó. Tenemos que darle visibilidad a toda esa injusticia que ocurre aquí, en el primer mundo, y eso hicimos. Además, yo soy inmigrante. Vine huyendo de Venezuela, en 2001, aunque en mejores condiciones; más bien, me trajeron. Desde luego, no es nada comparable. Llegas, aunque sea hablando el mismo idioma y teniendo el mismo tono de piel, y es una putada. Imagínate quienes hablan otra cosa y tienen otro color de piel. No dudé en ningún momento en implicarme todo lo que pudiera en contar sus historias. Y creo que, en general, hicimos un buen trabajo. Lo poquitito que pudo cambiar a mejor, igual fue gracias a darle tanta visibilidad porque, seguramente, si no hubieran estado ahí tantas cámaras y periodistas, un montón de personas que han podido viajar seguirían en la misma situación».

El fotoperiodista cubrió la inmigración en múltiples vertientes: llegada, acogida, manifestaciones, etc. Foto: Andrés Gutiérrez

Su trabajo fotográfico va acompañado del compromiso social. Suele documentar protestas muy diversas: estudiantiles, contra los desahucios, prosaharauis, por los derechos LGBTIQ+, etc. ¿Se trata de un asunto de principios morales o de un sentimiento de deber social por estar ahí para contar? «Creo que son las dos cosas. El fotoperiodismo tiene que ser una mano que ayuda. Necesito sentir que sirvo para algo y que mi trabajo sirve. Debe tener un fin productivo y no contar solo tonterías. Por eso, aunque lo respeto, y es solo mi punto de vista, el periodismo deportivo me parece cutre. Además, creo que para trabajar en esto y ser buen fotoperiodista es necesario ser buena persona y tener sensibilidad con quienes lo necesitan. Y las buenas personas quieren ayudar, independientemente de que tengas una cámara o un caldero de sopa».

«Falta cultura y sensibilidad de lo importante que es documentar eventos. Nuestras fotos quedan para las futuras generaciones»


¿Qué destacaría de su trabajo durante los momentos más intensos de la pandemia por la Covid-19? «Queríamos enseñar el drama que estaba sucediendo en los hospitales, pero no nos dejaban. No nos dejaron hasta 240 y pico días después del Estado de Alarma. Lo que destacaría, no solo de mí, sino de mis compañeras y compañeros, son las ganas de enfrentarnos a algo que no conocíamos. En esos primeros días de confinamiento, andando solo, te cruzabas con un compañero y no sabías qué hacer. Lo toco, me acerco, hago así con la mano… dudas. Ante esas dudas nos enfrentamos, les echamos cara, entereza y valentía. No sabíamos si íbamos a llegar a casa y contagiar a nuestras familias. Pero las ganas de trabajar bien y de contar lo que pasaba son superiores a eso. Le echamos valentía ante una situación que desconocíamos, eso destacaría».

El acceso de la prensa a los hospitales fue muy limitado durante los inicios de la pandemia. Foto: Andrés Gutiérrez

A la hora de acceder a ciertos lugares, es habitual tener problemas con las fuerzas de seguridad, quienes despejan las zonas y hacen que tengan que saltarse restricciones para poder fotografiar. ¿Cómo se puede trabajar así? «No solo las fuerzas de seguridad del Estado, Policía y demás; en general, lo que suelen hacer es bloquearnos todo el tiempo, de forma automática, en todos los momentos de crisis. Sea riesgoso o no. Yo entiendo que en la profesión hay mucho pesado que viene a molestar, y que es más sencillo cortar a toda la prensa por cómo actúa una persona. Eso es más fácil que seleccionar. Solo te dejan pasar cuando eres muy colega de quien está en el control o, de forma puntual, si conoces al jefe jefazo. No hay otra forma de hacerlo, es a base de picaresca».

¿Habría que crear protocolos para que periodistas y fotoperiodistas puedan hacer su trabajo en momentos y lugares de crisis? «Es importantísimo. Si hubiera gabinetes especializados en gestionar a la prensa en momentos de crisis, sería ideal. Si hicieran eso, no tendríamos que estar colándonos y molestando, sabrían dónde estamos en todo momento. O, por lo menos, debería existir una cultura de lo importante que es documentar los eventos. Con el coronavirus, los equipos de enfermería estuvieron luchando, dejándose la piel para salvar a un montón de gente. Y nadie lo vio. Ya después nos dejaron entrar, pero si no, nadie lo hubiera visto. Todos esos documentos se quedan para las generaciones que vienen, y van a buscar fotos y vídeos hechos por profesionales. Con el volcán es igual. No falta solo un protocolo de actuación; falta cultura y sensibilidad de lo importante que es documentar. Es historia. Como hace la Casa Real, habría que acreditar a ciertos medios y periodistas, y no dejar entrar a cualquiera. Que den acreditaciones a los medios que son responsables. Y, si se usan mal, te las quitan y no entras en tu vida a cubrir un incendio ni a ninguna parte».

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El fotógrafo Andrés Gutiérrez habla de las dificultades del fotoperiodismo https://periodismo01.ull.es/el-fotografo-andres-gutierrez-habla-de-las-dificultades-del-fotoperiodismo/ Sat, 18 Apr 2020 06:10:29 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=129943 La tienda fotográfica Duke Fotografías, situada en Las Palmas de Gran Canaria, realizó recientemente su décimosexta entrevista de DukeTalks con el fotógrafo venezolano Andrés Gutiérrez. Esta iniciativa de entrevistas, que comenzó hace dos semanas, busca adentrase al mundo fotográfico. Gutiérrez habló sobre la inmersión en el fotoperiodismo y el trabajo para prensa. Actualmente, forma parte de la plantilla del periódico El Día y es colaborador de Associated Press. También ha trabajado con medios como El País y La Vanguardia.

Durante el directo, Gutiérrez mencionó que «desde el confinamiento,  el trabajo ha ido alrededor de buscar historias o imágenes icónicas sobre cómo se vive esta situación». Asimismo, concluyó que, en situaciones normales,  trabajar en prensa es muy variado pues «tocas todos los temas posibles, ganas confianza y rapidez técnica». Además, dijo que «aunque en prensa se pueda cubrir un gran abanico de eventos, suelen haber trabajos cíclicos que llevan querer reinventarse a sí mismo»

Gutiérrez  describió la «autocompetencia» como un trabajo propio ya que los medios no suelen ser exigentes en cuanto la variedad de las fotos. Por otro lado, confesó que iniciarse en fotoperiodismo es complicado, pero no imposible: «La crisis que viven los medios complica las oportunidades, pero que con un buen grupo de conocidos se puede llegar».

«Para esta profesión se  tiene que ser buena persona»


Sobre su trabajo independiente, contó que el más complicado fue en 2014 cuando cubrió el viaje de una familia de refugiados sirios. «Se trata de la experiencia que más me marcó, debido a la cercanía que obtuve con la familia», explicó.  Asimismo, añadió que cubrir escenas en la calle le han ayudado a crecer como persona: «Ver la miseria te transforma por completo».

Gutiérrez recalcó que lo más importante de esta profesión es ser una buena persona. «Se debe tener la capacidad de ponerse en la piel de los demás, desde el respeto y sensibilidad», aseguró, para finalizar recalcando que las fotos son reflejos de nuestra propia experiencias

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Andrés Gutiérrez: «No hay otra forma de cambiar las cosas que mostrándolas” https://periodismo01.ull.es/no-hay-otra-forma-de-cambiar-las-cosas-que-mostrandolas/ Sun, 01 Apr 2018 11:40:48 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=48588 Andrés Gutiérrez es un fotoperiodista venezolano que lleva diez años dedicándose a capturar historias a través de la imagen. En el 2010 comenzó a ejercer la profesión en el periódico La Opinión de Tenerife y a desarrollar multitud de trabajos que han sido publicados a nivel nacional e internacional. A día de hoy trabaja en la cabecera Diario de Avisos y colabora con la agencia Associated Press (AP). Además, sus imágenes han sido expuestas en diferentes lugares, entre ellos el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), que acogió su muestra titulada Al margen en 2016. Actualmente, en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna se encuentra la exposición titulada Somos Personas. Tenemos Derechos. Nadie sin Hogar,organizada por Cáritas, en la que Andrés Gutiérrez participa con sus obras y que concluirá el próximo 3 de abril.

En varias ocasiones ha comentado que desde un primer momento supo a qué se quería dedicar profesionalmente: la fotografía documental y el fotoperiodismo. ¿Qué le llevó a tenerlo tan claro? “Creo que es la visión personal que he tenido siempre de la vida y del arte en general. El arte por arte no me gusta, quiero que diga algo, y si ayuda de alguna forma a cualquier  persona o colectivo, me gusta aún más. Y dentro de la fotografía que siempre me apasionó, pues lo más parecido a ayudar a la gente es el fotoperiodismo y el documentalismo. Lo tuve claro desde un primer momento: quería contar una historia de alguna forma”.

Actualmente, en el mundo laboral se demandan profesionales con un dominio básico en grabación y edición de vídeo a la hora de cubrir una noticia. ¿Cómo cree que repercute esto para un fotoperiodista que se dedica íntegramente a ello? “Los fotoperiodistas no nos dedicamos únicamente a esto, yo no, porque tenemos que actualizarnos. También sabemos de vídeo, y esto supone que lo hagamos mucho mejor que un redactor al que se le da un móvil y se le dice que grabe sin tener un previo conocimiento, a menos que el periodista se haya preocupado por el lenguaje visual, que se aprende en la fotografía. El paso previo al vídeo es la fotografía. El problema está en que se les da una cámara a los periodistas que solo saben redactar y el resultado es horroroso. El trabajo de ustedes es escribir, aunque me alegraría que supieran de imagen, al igual que yo debo preocuparme por saber escribir. Más que problema de los periodistas en sí, es de los directores de los medios, que contratan a un redactor para que haga todo y ahorrarse así un puesto de trabajo y por tanto, dinero”.

“Los sintecho se alegraban de ver a alguien que no los fotografiaba desde la distancia”


¿Cómo surgió la idea de colaborar en la exposición organizada por Cáritas: Nadie sin hogar? “Tenemos un compañero de prensa en Cáritas que nos pidió fotografías para realizar una exposición sobre personas sin hogar y se las pasamos. En mi caso, las fotos son de un trabajo previo que realicé cuando ni siquiera era profesional. Hice un seguimiento en 2008, 2009 y 2010 a los sintecho de Pancho Camurria. Estuve meses con ellos y me acabaron llamando el ‘fotógrafo oficial de Pancho Camurria’. La gente de mi alrededor se escandalizaba porque pensaban que me podían agredir, pero todo lo contrario, agradecían mi presencia allí. Se alegraban de ver a alguien que no los fotografiaba desde la distancia”.

¿Cómo se sintió? “Como se siente cualquier humano. Un sitio desconocido, con gente que no conoces, te da un poco de miedo al principio. Te impone ir con una cámara a sacar fotografías a personas que al igual no quieren, pero es mucho más fácil de lo que parece. Es ir allí sin esconder quién eres, con tu equipo, meterte y decir lo que vas a hacer. La clave es la naturalidad. Al principio me impuso la situación, pero con el paso del tiempo el ambiente se va relajando. Con la mayor sinceridad y respeto del mundo la gente te entiende e incluso luego te agradecen que estés allí para contar lo que les sucede”.

Se centra en reflejar la problemática social, pero ¿ha abordado otra temática además de esta? “En el periódico abordamos de todo, pero la temática social casi no se toca. Por eso, la toco más a nivel personal, ya que los periódicos están metidos en la vorágine de la política y del compromiso publicitario”.

¿De dónde le surgen las ideas para abordar esas temáticas sociales? “Documentándome por internet. Al último país al que fui fue Birmania, y es tan fácil como informarse acerca de la historia del lugar y empaparse de su problemática para no ir a ciegas. Esto se aplica a coberturas internacionales o a países que no conoces. En Canarias lo ves diariamente: personas que viven solas y no tienen ayudas, sintecho, el maltrato animal…Los fotoperiodistas estamos empapados de actualidad”.

«Los directores de los medios contratan a un redactor para que haga todo y ahorrarse así un puesto de trabajo y dinero”


¿Le organizan los viajes? “No, los viajes los planeo todos yo y los reportajes los hago en mi mes de vacaciones y luego los ofrezco al periódico para que lo publiquen. Antes, a mediados de los ochenta, era muy fácil vender los temas. Ahora cuesta muchísimo. ¿Cuántos medios españoles publican reportajes internacionales? Pocos. El País o Interviú que publicaba temas sociales, pero ya cerró… cada vez es más complicado”.

¿Cómo es trabajar para una agencia internacional reconocida como Associated Press“Es brutal, pero menos espectacular de lo que la gente se cree. Para trabajar para Associated Press hay que tener contactos y yo tenía uno en Madrid que acudió a mí porque necesitaban a un corresponsal activo en Canarias. Las inundaciones en Santa Cruz de Tenerife en 2014, los incendios en Adeje en 2012 o la llegada del presidente de Bolivia Evo Morales a Gran Canaria en 2013 son algunos de los reportajes que he cubierto para la agencia. Y está genial colaborar con ellos, porque sabes que la foto que haces para Associated Press se publica en medio planeta. Aunque no es tan difícil publicar en medios internacionales, sí lo es vivir de una agencia, porque por jornada te pagan 150 euros y aquí no sale rentable. Necesitas estar en un lugar en el que sucedan muchas cosas. La experiencia está bien, ganas nombre y te da prestigio, pero me han llamado solo cuatro veces en todos estos años como profesional”.

De los numerosos trabajos que ha realizado, ¿cuál ha sido la historia más impactante? “Pues de todos te llevas algo y aprendes mucho. Los desahucios son horribles: estás en un cuarto con la señora llorando y tú con la cámara, con compañeros allí y la policía rompiendo la puerta. Sin embargo, hay que estar en esas situaciones y esa es la idea, mostrar la problemática, porque no hay otra forma de cambiar las cosas que enseñándolas y si así logramos ayudar a alguien, pues mejor. Me gusta amargarle el desayuno a la gente y que esa noticia que está leyendo le llegue. Nuestra función es importantísima, somos los ojos de la sociedad. Hay una frase muy bonita que dice que ‘antes de ser un buen fotoperiodista, tienes que ser buena persona’ y engloba por buena persona a tener ese tacto con la problemática de la sociedad y con la gente que está peor que tú”.

«Me gusta amargarle el desayuno a la gente y que esa noticia que está leyendo le llegue»


¿Qué otros proyectos tiene en mente? «Tengo muchos proyectos en mente. Me encantaría cambiar de país. Llevo diez años trabajando aquí y se vuelve pequeñito y aburrido porque como las noticias son las mismas año tras año, los redactores copian el mismo texto cambiando algunas palabras, pero nada es nuevo. Sin embargo, yo lo veo como un reto y pretendo superarme y hacerlo mejor que el año pasado. Tenemos que apostar por periodismo de calidad. Lo importante son los usuarios y que las noticias que demos sean veraces. Por otro lado, tengo un par de reportajes que quiero cerrar para ofrecerlos, pero el problema de trabajar en un periódico es que te centras en la producción de este y no tienes tiempo para tus proyectos personales”.

¿A qué país te gustaría irte? “Pues no sabría decirte. Hay muchos. Por ejemplo, alguno de Asia, allí hay tanto que hacer y muchas historias por contar que, a todo aquel que tenga la oportunidad, le recomiendo que vaya”.

 

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