Ansiedad y depresión – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Thu, 02 Jun 2022 14:05:02 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Ansiedad y depresión – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 El rostro de la esclavitud moderna https://periodismo01.ull.es/el-rostro-de-la-esclavitud-moderna/ Thu, 02 Jun 2022 05:59:42 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=211095 No hay nada que compare a un día de productividad. Cómo sienta haber tachado todos los objetivos de tu lista por hacer. Qué satisfacción cuando has sabido aprovechar la jornada. Porque el tiempo es oro y es el recurso más valioso para optimizar tu rendimiento. Los entornos profesionales y personales se han vuelto complejos, instantáneos, ocupados y urgentes. Todo está sujeto a sacarle más beneficio en un menor tiempo, a ser más competitivo y vanguardista. Siempre hay premura en lo que nos piden. Y si te tomas un día de descanso, el siguiente es puro estrés.

La Real Academia Española cuenta con varias acepciones para la palabra productividad: «Que es útil y provechoso», «cualidad de productivo», «capacidad o grado de producción por unidad de trabajo, superficie de tierra cultivada, equipo industrial» y «el arte de ser capaz de crear, generar o mejorar bienes y servicios». Entonces, ¿es inútil la persona que está quemada y desmotivada en su empleo? Para la empresa, sí. Para el mundo capitalista, también.

La eficiencia, los números y la rentabilidad priman en nuestras vidas. Ahora nos llamamos capital humano y somos un beneficio para la economía y compañía en función de cuánto nos formemos, estudiemos, entrenemos y rindamos. Somos máquinas de generar dinero. Pero qué maravilla la cultura de la productividad. Nos tienen en una burbuja de falsas ilusiones, con el motor siempre encendido. Nos han vendido una explotación física y mental con edulcorante.

«Nos han vendido una explotación física y mental con edulcorante»

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que el agotamiento se ha convertido en una condición del trabajo moderno y no de la salud personal. Escribir los objetivos diarios, organizar las ideas en un sistema eficiente y planificar todas las horas del día nos está demacrando. «El 22 % de la población padece episodios de ansiedad y depresión en algún momento de su vida, y estas son las principales causas de incapacidad en todo el mundo», argumenta la OMS.

José Luis Sampedro fue un escritor español, humanista comprometido, economista, profesor y catedrático de universidad, político y miembro de la Real Academia Española. Él planteaba, de manera muy sabia, que «las palabras favoritas de esta cultura son productividad, innovación y competitividad. Somos personas muy poderosas en técnica y muy ignorantes y faltas en sabiduría. El exceso de ciencia no está compensado por la manera de usarla».

El abuso de recordatorios en el móvil, de anotaciones en la agenda, de técnicas para estudiar más tiempo y dejar de procrastinar, de máquinas que preparan la comida para que tú puedas hacer otras labores, de relojes inteligentes que monitorizan tu actividad física y hasta tus horas de sueño… están contribuyendo a un círculo vicioso y tóxico.

«Tenemos que abrir los ojos, respirar y abandonar la jaula»

Somos ese hámster que corre y corre dentro de la jaula y que no se para porque, de lo contrario, pierde el ritmo de la vida. Nos rodea, y nos asfixia, la cultura de la productividad, del hoy para mañana, de la imposición de hacer algo o sentirse inútil, con pereza, con arrepentimiento. Nos falta tiempo para seguir tachando propósitos. No somos capaces de disfrutar del proceso porque queremos llegar ya a la meta y desplazarnos muy rápido a la siguiente.

Pero ¿qué significa el tiempo? Para José Luis Sampedro, «el tiempo no es oro; el oro no vale nada, el tiempo es vida». Es muy fácil adivinar quién dijo que el tiempo es oro. Pista: el capitalismo. En definitiva, hemos construido una sociedad imparable. Somos más humanos cuando cumplimos el perfil de capital humano y nos valoramos más cuando hemos tenido un día de plena productividad. Tenemos que abrir los ojos, respirar y abandonar la jaula.

Es normal que haya semanas en las que las fuerzas fallen. Momentos en los que preferimos descansar porque nuestra salud mental lo suplica. Ante todo, somos personas. Las máquinas pueden seguir funcionando aunque la fábrica cierre. Nuestro potencial no reside en trabajar como locomotoras autómatas, sino en aportar el elemento personal a lo que nos rodea. Tenemos que fortalecer la cultura de la humanidad, de la dedicación y paciencia. La productividad es un invento más, y bien vendido, de las economías capitalistas. Es la esclavitud de la modernidad.

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Envejecer en soledad, una lacra que afecta a unas 60 000 personas en Canarias https://periodismo01.ull.es/envejecer-en-soledad-una-lacra-que-afecta-a-60-000-personas-en-canarias/ Mon, 27 Dec 2021 06:00:23 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=189683 Teresa, de 77 años, es viuda y no tiene descendencia. Se encontró sola tras la muerte de su marido, hace años, a causa de una artritis reumatoide que lo hizo pasar por quirófano más de veinte veces. Después de una depresión que la bloqueó durante un tiempo, Teresa se sumergió en el trabajo como vía de escape. Estando ocupada, con mucho que hacer en los distintos empleos que encadenó, se sentía contenta. Pero años más tarde, cuando la fibromialgia se empezó a apoderar poco a poco de su vida, tuvo que desprenderse de esa ocupación que la ayudaba a seguir adelante.

Hoy, su sobrina la acompaña con el tiempo que le deja su profesión de astrónoma. Ella le procura los cuidados médicos y domésticos que necesita, pero sigue experimentando problemas de salud mental asociados a vivir sola, y que se acentúan por la fibromialgia. Tanto es así que, a pesar de que a Teresa siempre le ha encantado leer, todavía le cuesta encontrar las ganas.

La soledad es un sentimiento que, con los acelerados ritmos de la vida actual, nos acompaña cada vez más. En esta problemática social, las personas mayores, y sobre todo las mujeres, debido a una mayor esperanza de vida, son un grupo especialmente vulnerable. Un grupo que no para de crecer ante el envejecimiento de la población.

Índice de envejecimiento en España desde 1975 hasta 2021. Fuente: INE
Índice de envejecimiento en Canarias desde 1975 hasta 2021. Fuente: INE

En Canarias, el sector de la tercera edad engloba a unas 350 000 personas, de las cuales, según el Gobierno Autonómico, unas 60 000 se encuentran en soledad no deseada. Jacqueline Rodríguez, técnico sociosanitaria enfocada en el cuidado de mayores, lo achaca principalmente a cuatro motivos: familiares ausentes que no hacen visitas, inexistencia de familia cercana, distanciamiento familiar y migración a otros países o internamiento del cónyuge en un centro o residencia.

Olegaria Cuesta, doctora en Sociología y profesora de Sociología de las Edades en la Universidad de La Laguna, añade una quinta razón: «Fundamentalmente, se debe a que están fuera del ámbito laboral, que es lo que mantiene la unión a nivel social. Cuando entran en el periodo de jubilación, suelen aislarse». También la lentitud y la disminución de las capacidades físicas conducen a un alejamiento de la sociedad, puesto que esta «marca un ritmo rápido como algo natural, cuando, en realidad, no debería serlo».

Teresa identifica estas dinámicas en su experiencia, y no solo porque lo vive en su propio cuerpo. Durante dos años y medio, trabajó como directora de una residencia para la tercera edad. Reconoce que había ciertas conductas que, aunque entendía y respetaba, la ponían nerviosa: «las personas mayores iban más despacio, tenían la cama llena de pañuelos, escondían cosas en el armario…». Hoy, se sorprende a sí misma reproduciendo esos comportamientos que la hacen darse cuenta de que, al final, todo el mundo envejece.

Es por ello que Jacqueline Rodríguez establece como pautas fundamentales para su oficio la empatía, el cariño y la búsqueda de la autonomía y autodeterminación. «Debemos incentivar que tengan relaciones sociales y que conversen. Hacer que sean parte de las actividades de la vida diaria y que decidan lo que quieren hacer», razona.

Depresión, ansiedad y pobreza: factores ligados a la soledad


Rodríguez declara que hacen falta más posibilidades de ocio adaptado a las necesidades diversas que presentan sus usuarios. Sobre todo porque no todos tienen la posibilidad de desplazarse a hacer actividades fuera de casa, como las que se realizan en los centros de día. En este sentido, considera fundamental que puedan conocerse entre sí y trabar amistad. Afirma que así, al mismo tiempo, pueden aliviar la soledad, depresión y ansiedad que «muchas veces no les permite dormir la noche completa».

El deterioro psicológico es uno de los múltiples efectos negativos que tiene la soledad no deseada. También caen en detrimento las capacidades físicas y cognitivas. Además, es habitual que quienes se encuentran en esta situación presenten una peor nutrición que, a menudo, conduce a problemas de obesidad. Generalmente, el nivel de incidencia de estos factores guarda relación con los recursos económicos de los que se dispone.

Canarias es una de las comunidades más empobrecidas de España, con una renta neta media por hogar de 25 855 euros, la segunda más baja de todo el territorio, solo por encima de Extremadura. El paro, a su vez, se situaba en el 23,89 % en el tercer trimestre de 2021, solo por debajo de Ceuta, con un 27,7 %.

Tasa de paro por CCAA. Fuente: INE

A pesar de que las Islas tienen una población menos envejecida que la media nacional, la socióloga Olegaria Cuesta identifica que la soledad de mayores está más acentuada en Canarias. Según explica, esta problemática «no es ajena a las clases sociales. Cuanto más vulnerable, más presente está ese sentimiento porque puedes salir menos y te aíslas más».

El patrón se reproduce a nivel internacional cuando se compara España con el resto de Europa. «En muchos casos, los abuelos y abuelas se han convertido en la única fuente de salario, es decir, mediante sus pensiones vive toda la familia. Acaban viviendo en casa de sus hijos e hijas, pero eso no necesariamente mitiga la soledad porque la independencia es menor y no se relacionan con otras personas de su misma edad», concluye.

A pesar de que existen alternativas para evitar una vejez sin compañía, Cuesta considera que «van muy asociadas a la clase social», de modo que solo se las pueden permitir las clases media-alta o alta. Algunas de ellas «se encuentran en auge» en diversos países europeos y están en vías de desarrollo en el Archipiélago. Es el caso de la cohabitación o los apartamentos adaptados con comedores, gimnasios y otros espacios comunes.

Políticas específicas en Canarias


Antes de la pandemia, el Gobierno Autonómico ya proponía fomentar la jubilación activa e impulsar ayudas para este sector poblacional, aunque todavía no ponía medidas específicas sobre la mesa. A partir de este año ha comenzado a funcionar el Plan Canarias Te Cuida, para el cuidado de personas en distintos tramos de su vida, dotado de 205 millones de euros provenientes de los fondos europeos.

Noemí Santana, consejera de Derechos Sociales, explica que la idea central es «modernizar la política de cuidados de las Islas» y fomentar «la autonomía de las personas». Para ello, el plan tendrá una duración de seis años, partiendo de 2021, hasta 2027.

Entre las medidas destinadas específicamente a paliar la soledad de mayores, se encuentra la implementación del programa La Casa Cuidadora, de vivienda compartida, que seguirá el modelo de edificios intergeneracionales. Con una dotación de seis millones de euros, Santana recalca que «este programa cuenta con teleasistencia, que permite más autonomía y evita la necesidad de abandonar el entorno a las personas que necesitan cuidados».

Apunta que también «se impulsarán viviendas colaborativas», a través del modelo de cohabitación, con «espacios públicos adaptados a las personas mayores o en situación de dependencia». Destaca que se destinarán 72 millones de euros a la creación de nuevas plazas sociosanitarias, puesto que se trata de «una de las grandes carencias que tenemos que afrontar».

El 2 de septiembre se firmó un convenio entre Canarias y el Estado para la ejecución de los fondos europeos. Foto: PULL

En La Laguna, Tenerife, también en 2021, comenzó a funcionar La Laguna Cuida. Se trata de un «programa hermano» de Canarias Te Cuida, que cuenta con «una filosofía muy similar», según comenta Rubens Ascanio, Concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna. Con un presupuesto de 650 000 euros provenientes del Cabildo, se ha realizado un «diagnóstico municipal detallado y amplio para intervenir más y mejor».

Ascanio afirma que se ha podido conocer «qué demandan las personas que más sufren la soledad no deseada y los problemas vinculados a la dependencia». Además, comenta que es «cuestión de días» que puedan fijar los protocolos. Por el momento, adelanta que «debemos reforzar el apoyo a las personas cuidadoras, que sufren un desgaste físico y emocional enorme», así como «ampliar las ayudas y mejorar las acciones comunitarias contra la soledad». Las medidas específicas se concretarán en 2022.

Un asunto estructural: Reino Unido y Japón crean un Ministerio de la Soledad


Por el momento, los proyectos se limitan a lugares y tiempos específicos sin una proyección a largo plazo porque no existen infraestructuras para atender de forma completa la salud mental colectiva. La soledad, en las últimas décadas, se ha convertido en un problema social con gran incidencia en los países desarrollados. Un problema que se ha visto agravado directamente a causa de la pandemia.

El Centro Común de Investigación publicó un informe en 2020 que revelaba que uno de cada cuatro habitantes de Europa experimenta a menudo este sentimiento. En comparación con un estudio similar desarrollado en 2016, la cifra se había duplicado. Esta problemática, que lleva décadas creciendo paulatinamente debido a los acelerados ritmos de vida, ha experimentado un repunte a causa del confinamiento y distanciamiento social por la Covid-19.

Soledad en Europa. Fuente: Centro Común de Investigación

Reino Unido fue pionero en el tratamiento de esta materia. En 2018 creó un Ministerio de la Soledad a raíz de un informe que diagnosticó que nueve millones de habitantes, entre sus 67 millones, sentían soledad. Japón siguió sus pasos con la creación de un ministerio homólogo en febrero de 2021.

En el caso nipón, un informe de 2017 del Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social concluyó que la sociedad japonesa, en general, apenas se relaciona ni tiene personas de confianza. No obstante, lo que llevó al gobierno a tomar la decisión fue un aumento en los suicidios en el país, que en 2020 superaron los 20 000. Si bien Japón es una nación con una alta incidencia de suicidios en general, el año pasado experimentó su primer repunte en 11 años.

Ello es un claro reflejo de la necesidad de invertir en salud mental, también en España. 2020 se saldó con un total de 3941 suicidios en el territorio nacional, 270 más que el año anterior. De ellos, 1281 fueron de personas mayores de 65 años. Canarias tuvo un total de 208, colocándose como la sexta comunidad autónoma con más casos en cifras absolutas. 52 fueron de personas de más de 65 años.

Voluntariado intergeneracional


Teresa explica que, en cierto momento de su vida, se había «dado permiso para morir». Aunque hoy sigue combatiendo la depresión, y hace tiempo que no encuentra las ganas de leer, dice convencida que quiere engancharse de nuevo. Asegura que, al estar centrada en sí misma y su salud, va recuperando la motivación, por lo que quiere sumergirse en nuevas lecturas para hacer «gimnasia mental» y mantenerse activa. En parte, esa ilusión se debe a que hace poco comenzó a ser usuaria del proyecto Nunca Solo.

Se trata de una iniciativa que nació en julio de 2020, de la mano del alumnado de Enfermería de la Universidad de La Laguna (ULL), como parte del programa Ingenia. Desde entonces, ha crecido de forma «totalmente inesperada» para sus integrantes. En su labor, no solo acompañan al conjunto de usuarios con quienes entran en contacto; también organizan actividades y talleres colectivos, asesoran en hábitos de vida saludable e impulsan su autonomía y vida fuera de casa.

Con una financiación inicial de 1000 euros y un grupo de 19 estudiantes, se propusieron brindar acompañamiento a las personas mayores de Tenerife que se encontraban en soledad no deseada. Empezó como un proyecto pequeño en el que pretendían atender las necesidades de un grupo social especialmente vulnerable, según declara su equipo promotor.

Sin embargo, en un año y medio de andadura, han recibido el galardón de Voluntariado Universitario en la XVII edición de los Premios ABC Solidario, en mayo de este año, y el Premio Especial de Enfermería en Desarrollo 2021, en noviembre.

La ministra de Sanidad estuvo presente en la entrega de premios. Foto: PULL

Celia Paz Hernández es una de las voluntarias que forma parte de Nunca Solo y comparte tiempo con Teresa. Incluso antes de unirse, dice que ya se sentía orgullosa de la iniciativa, y quiso formar parte para «aportar su granito de arena». Desde entonces, asegura que le está transmitiendo «muchísima positividad» por las «ganas de salir adelante» de todas las personas e historias que está conociendo.

Teresa, en concreto, le está descubriendo todo un mundo de música. Después del paseo por el parque y de tomarse un café en el bar de siempre, van a su casa para disfrutar de un concierto de Stjepan Hauser, uno de los músicos favoritos de Teresa. Para ambas, se trata de un intercambio enriquecedor. Celia está aprendiendo «lo que es la lucha contra la fibromialgia y a sacar fuerzas», pero también gustos musicales y literarios.

Celia y John forman parte de Nunca Solo y acompañan a Teresa. Foto: PULL

Por su parte, Teresa está «encantada» formando parte de este proyecto. Asegura que es justo lo que necesitaba cuando, en una feria de voluntariado que visitó con su sobrina, lo descubrió. Además de aprender y pasar buenos ratos, «también me va bien tratar con gente joven. Todas las personas mayores hablan de que algo les duele y dónde», explica riendo. Y aunque tiene un par de amigas de su misma edad con las que también disfruta, está convencida de que esas tardes de intercambio le dan buena parte de los ánimos que necesita.

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«Escribir es una forma de plasmar y exteriorizar mis emociones» https://periodismo01.ull.es/escribir-es-una-forma-de-plasmar-y-exteriorizar-mis-emociones/ Wed, 08 Sep 2021 08:00:24 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=183833 Corina García es una joven tinerfeña que, a sus 21 años, autopublicará próximamente un poemario titulado Efímero, que recoge una serie de poemas de amor y desamor totalmente personales, basados en una historia real. García se adentró en el mundo de las letras desde muy pequeña, escribiendo relatos policiales sobre crímenes, y para ella, escribir es una forma de desahogarse y expresar sus emociones, algo que le ha ayudado a mejorar su salud mental. Una de las cosas que quiere hacer ver con este proyecto es que la juventud también puede crear arte y apostar por la cultura para derribar la estigmatización hacia este colectivo de la sociedad.

¿De dónde le viene la pasión por escribir? «No considero que escribir sea una pasión, sino que es algo que hago porque me gusta porque me nace, es decir, cuando yo siento algo tengo que escribirlo. Para mí, escribir es una manera de plasmar mis emociones y determinadas circunstancias en la vida me han hecho dejarlo todo reflejado en un papel porque son demasiados sentimientos y de alguna manera necesito vaciar mi mente, ya que yo soy una persona muy intensa y simplemente escribir es algo que hago de forma automática».

¿Cuándo se publicará el poemario? «Por ahora no hay una fecha concreta de publicación porque todo depende de lo que se tarde en imprimir y pulir los últimos detalles que faltan, pero la idea es que se publique en este mes de septiembre».

¿Por qué Efímero? «Decidí titularlo así porque el contenido del poemario trata de algo que fue efímero, es decir, algo que fue pasajero en mi vida».

¿Cómo son los poemas que nos podremos encontrar en este proyecto? «Son poemas muy personales, algo que me da bastante miedo, ya que la intención que tengo es que la gente pueda conectar con ellos pero al ser tan míos, no sé si los lectores lograrán tener esa conexión que quiero, pues están dirigidos a una persona y basados en una historia mía con ella y puede ser que se sienten identificados o no. Eso es lo que van a encontrar, poemas de amor y de desamor, aunque también de despecho. Además, algo diferente que encontrará la gente es que se nombra la depresión y la ansiedad, ya que yo las padezco, y esa persona me ayudó a superarlas y es un tema que no he visto en otros poemas».

«Mi mejor amigo me dijo que podía ayudar a la gente publicando este poemario»


¿Cómo surgió el proyecto? «Este proyecto surge a raíz de coincidir con una persona en un momento determinado y justo en ese instante empecé a escribirlo, es decir, vi a esa persona y al momento cogí el móvil y escribí. Hubo una conexión y para mí era una mala época y ella apareció y por así decirlo, me salvó, así que quise dejarlo reflejado de alguna manera que fuera permanente, que pasara el tiempo y no se olvidara porque no me hizo daño ni hizo nada malo. Sin embargo, fue mi mejor amigo quien me animó a compartirlo con el mundo y creyó en mí sin haber leído nada del poemario, ya que yo dudaba porque me daba miedo abrir mi corazón a todo el mundo, pues es algo mío, es mi historia. Él me dijo que podía ayudar a la gente porque se puede sentir reflejada, así que gracias a él se va a publicar».

¿Por qué lo autopublica en lugar de contar con el apoyo de una editorial? «Precisamente porque es algo tan personal tenía claro que quería que el libro fuera mío al cien por cien, así que por eso decidí autopublicarlo. Es cierto que hubo editoriales tradicionales interesadas pero desde mi punto de vista, no creo que sea relevante quien te respalde ni el nombre de la editorial que lleves detrás, sino el valor que tenga la obra para ti y cómo la reciba el público. Obviamente auto publicar es mucho más arriesgado pero como dije, es mi historia y al no ser una autora conocida, algunas editoriales buscan aprovecharse de ello. A mí me decían que las ganancias iban a ser de un 10 % anuales y es cierto que yo no publico el libro con la principal intención de lucrarme de ello pero tampoco voy a dejar que se aprovechen de mí».

¿Dónde se podrá adquirir el poemario? «En Canarias se podrá adquirir en las principales librerías y en la Península y en Latinoamérica se llevará a cabo la distribución bajo demanda, que consiste en que las personas deberán solicitar la obra a la librería y se les enviará a la dirección que deseen».

La gente suele percibir la poesía como algo pasado de moda o un tanto aburrida. ¿Cómo cree que pueden interesarse más por estas obras literarias? «Es cierto que la literatura en general ha ido perdiendo más valor aunque creo que parte de la culpa la tiene la sociedad en la que vivimos porque las redes sociales y la inmediatez ha ido ganando terreno. Parece que leer y escribir ya no es tan guay pero en el caso de los poemas, está dirigido a un público concreto y el resto parece que no suele gustar. Yo peco de ser un poco clásica en ese sentido pero no me rijo por ninguna norma para escribir y en mi caso es poesía en prosa, que es lo que más se ve ahora y por eso creo que para que alguien se interese debe conectar con lo que lee».

¿Tiene pensado publicar otros trabajos? «Sí, de hecho ya tengo un segundo proyecto pero estoy esperando para ver qué acogida tiene Efímero para ver cuándo lo lanzo. Será totalmente diferente y en Instagram subo de vez en cuando poemas que estarán incluidos en este segundo libro. Yo quería adentrarme en este mundo de la poesía con este primer poemario por la importancia que tuvo para mí y aunque sea una obra relativamente corta, para mí tenía que ser el primero y por si lo que sea acabo siendo escritora, quería que mi primer libro fuera Efímero».

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Años sabáticos: un descanso de la presión para velar por la salud mental https://periodismo01.ull.es/anos-sabaticos-un-descanso-de-la-presion-para-velar-por-la-salud-mental/ Mon, 30 Aug 2021 06:01:11 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=182946 Viajar, reflexionar, trabajar para ahorrar, hacer voluntariado… o, simplemente, darse un pequeño respiro de los estudios. Los años sabáticos pueden servir para metas muy diversas entre el estudiantado universitario, aunque aún hoy perdura una imagen negativa de ellos. Luz Marina Rodríguez, psicóloga graduada por la ULL especializada en orientación educativa, opina que pueden ser beneficiosos en algunos casos, en función de las necesidades individuales: «El sistema educativo español es muy rígido en todos los sentidos y busca que cumplamos con lo que se supone que tenemos que cumplir sin tener en cuenta muchísimos factores personales, sociales, etc.».

A este respecto, añade que «no es lo mismo parar porque el trabajo te sobrepasa que porque no encuentras ninguna vocación». Uno de los motivos que considera que pueden llevar a tomar la decisión de hacer un parón es la presión económica, social o personal que sufre el alumnado en diferente medida. «Los cambios pueden ser buenos o malos y dependerá solo y exclusivamente de lo que entiendas tú que es bueno o malo», añade.

En ello está de acuerdo Sara Carrillo, estudiante de Biología de los Organismos, las Poblaciones y los Ecosistemas en la Universidad de Toulouse. Comenzó la carrera en el curso 2018-19, en Brest, una ciudad que no la convenció. Tras finalizar primero, «sentía que si seguía al año siguiente me iba a poner mala. Lo sentía de verdad. Me vi encerrada en mi vida» porque, según explica, esta giraba casi exclusivamente alrededor de los estudios. Pese a que al finalizar bachillerato era consciente de que quería tomarse un año sabático, confiesa que no se atrevió a hacerlo por la presión del entorno y el sistema.

Una decisión difícil pero acertada


No obstante, después de hablar con distintas personas sobre ese primer curso, que fue mentalmente muy duro para ella, decidió tomarse un tiempo para «pensar y despejarme». Está convencida de que cada persona es distinta, por lo que no pretende atribuir a los años sabáticos la etiqueta de remedio universal. Sin embargo, en su situación, fue algo necesario, puesto que antes «sentía que no me gustaba tanto una carrera que en verdad me fascina, que la universidad no era para mí, que me había metido demasiado rápido y que no había tenido ese descanso que mi cuerpo me demandaba».

A día de hoy, está preparada para comenzar este próximo septiembre el tercer y último curso, mientras participa en un proyecto de voluntariado en Italia con el Cuerpo Solidario Europeo sobre monitorización de la fauna salvaje. «Ese periodo me sirvió para reafirmar mi carrera. Hay gente que dice que si lo haces nunca vuelves a estudiar. En mi caso, sabía que no era verdad. Noté un cambio al entrar a segundo porque me flipaba todo y lo cogí con más fuerza. Disfrutaba estudiando. Para mí, fue un acierto absoluto», asegura con convicción.

Uno de sus objetivos era participar en proyectos relacionados con su carrera para saber si era lo que le apasionaba. Foto: PULL

Carrillo, al ser estudiante en Francia, pudo optar por pedir un année de césure, en el que viajó, hizo voluntariado con Workaway, se informó sobre otras opciones de estudio y exprimió el tiempo con su familia y amistades. El procedimiento es sencillo: se solicita, se explican los motivos, la universidad guarda la inscripción durante un año «y no pasa absolutamente nada. Es totalmente comprensible y hay un montón de países europeos que lo tienen normalizadísimo. Francia no es en el que mejor se ve, pero hay muchas más opciones que aquí. Yo no sé por qué España le tiene tanto miedo», concluye.

La normativa española y canaria, todavía muy por detrás


Aunque existe la posibilidad de tomarse un año de descanso en las universidades españolas, no se contempla ni se ofrece al estudiantado, al margen de la excepcionalidad de permanencia por causa sobrevenida, como es la muerte de algún familiar, entre otras. En la ULL, para optar a un periodo sabático, basta con no matricularse un año y hacerlo al siguiente. Pero, al no tener una regulación propia, no se suele considerar como una opción.

La mayor complicación llegaría si durante ese tiempo se produjera algún cambio en el plan de estudios. En cuyo caso, habría que solicitar un reingreso. De no querer correr ese riesgo, también cabe la posibilidad de pedir, si se cumple con ciertos requisitos, las modalidades de tiempo parcial o reducido para, así, tener menos asignaturas y menor carga de trabajo.

Si bien no existe una normativa específica que regule los periodos sabáticos para el alumnado, existen algunos esbozos referentes al profesorado. Según el Boletín Oficial de Canarias, en la Resolución del 13 de junio de 2012, este permiso quedará reservado para el personal docente con contrato indefinido de las universidades públicas canarias.

Aunque su implementación es un proyecto que la Universidad viene tiempo arrastrando, y una reivindicación histórica de Comisiones Obreras, entre otras agrupaciones, actualmente no existe una regulación interna en la institución de la ULL. No obstante, el programa presentado por Rosa Aguilar a las Elecciones a Rectora de 2019 incluía su introducción y regulación para el profesorado.

«No se puede parar. Si paras, has fracasado. Esa es la presión del sistema educativo»


Al igual que Carrillo, Rodríguez coincide en que existe un estigma social respecto a hacer un parón durante los estudios universitarios. La psicóloga lo atribuye a «las expectativas y al rápido ritmo de vida que lleva actualmente la sociedad. No se puede parar. Si paras, has fracasado». Por ello, lanza la pregunta: «Imagínate a una persona cercana a ti que ha decidido parar por el motivo que sea. ¿Qué crees que sería lo primero que pensarías?».

Una posible respuesta reside en la experiencia de Carrillo como estudiante. Explica que su año sin estudiar «empezó con una persona muy importante para mí diciéndome que era la peor decisión que había tomado en mi vida. Estaba dudando a tope y me afectó un montón».

Rodríguez está convencida de que el apoyo del entorno juega un papel muy importante a la hora de emprender este tipo de iniciativas. Sin embargo, también es consciente de que, precisamente por el fuerte encorsetamiento de la enseñanza y los prejuicios sociales, «seguramente tengas una respuesta instantánea e inconsciente, aunque después, objetivamente, no estés de acuerdo. Esa es la presión del sistema educativo».

«No ha sido un año perdido, sino ganado. Sé lo que quiero y cómo tomarme la universidad»


Para ambas, la conclusión es que todas las personas y sus enfoques son diferentes. Carrillo, en concreto, tenía una «necesidad de vivir, de descubrir cosas nuevas, de aprender sobre mí, de tener un cambio en mi vida, de descubrir mundo», lo que, al final, la ayudó a disfrutar más de su carrera. Por ello, anima a cualquiera que esté planteándose esa posibilidad ya que, según afirma, «contrariamente a lo que se dice, un año sabático se puede hacer sin bastante dinero».

Durante el tiempo que aparcó los estudios, Carrillo pudo reconectar con los caballos, una de sus pasiones. Foto: PULL

Además, considera que equivocarse de carrera es de lo más normal, sobre todo con 17 o 18 años, habiendo terminado la EBAU y con muchas expectativas detrás. «Eso pasa muy a menudo, y ahí, creo yo, sí que sientes que has perdido un año», añade Carrillo. Aunque ahora tiene sus metas mucho más claras, comenta que la presión por acabar rápido no se ha desvanecido. No obstante, algo que la reconforta es ver que mucha gente cercana a ella ha tomado caminos muy diversos en su vida profesional sin desencadenar en problemas o inconvenientes.

Así, por todo lo aprendido y disfrutado, lo tiene claro: «No ha sido un año perdido, sino ganado. Un año no importa nada, no se nota. He visto un cambio brutal en mi motivación y en cómo quiero hacer las cosas. Soy más madura para estudiar, sé lo que quiero y cómo tomarme la universidad».

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El peligro de posar https://periodismo01.ull.es/el-peligro-de-posar/ Fri, 18 Jun 2021 12:08:11 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=170825 La tecnología se ha vuelto una parte indispensable en nuestras vidas y, con ella, internet. Según Expansión, en España el 85 % de personas están conectadas a la Red. Esto significa que, al igual que comer, beber o dormir, nos despertamos pensando en revisar el teléfono o teletrabajar. Aunque el uso de esta herramienta no se reduce solo a la actividad laboral ya que, conforme al diario español, 27 millones de españoles utilizaban las redes sociales en 2018. Pero, ¿cómo afecta a la vida este nuevo modo de relacionarnos?

Está demostrado que el abuso de sitios como Twitter o Facebook es capaz de generar adicción, aislamiento social, ansiedad y pérdida de la noción del tiempo que impida realizar otras actividades más allá de la pantalla del móvil. En especial, la juventud puede llegar a creer que la vida en línea es la vida real y desarrollar fobia a interacciones presenciales.

La Teoría del Cultivo es el ejemplo perfecto para explicar el peligro de estas plataformas. En los años noventa se utilizó para demostrar que cuanta más televisión veía una persona, más creería que lo que ve es real. Como consecuencia, actualmente hemos normalizado perseguir la vida ideal que muestran los grandes influencers. Aceptamos la creencia de que debemos ser perfectos, felices y atractivos en todo momento.

«Las redes sociales empeoran la ansiedad y depresión en la juventud»

Sin embargo, más que motivación para ser mejores, encontramos frustración pues al compararnos continuamente siempre seremos inferiores. Asimismo, el FOMO (Fear of missing out) o miedo a perderse algo alimenta el círculo vicioso de estar a la altura de un canon inalcanzable. De acuerdo con la Royal Society for Public Health, las redes sociales empeoran la ansiedad y depresión en la juventud. Ver imágenes poco realistas de usuarios de su edad pasándolo bien puede hacer que se comparen y se sientan culpables de desaprovechar su vida. Entonces, ¿de qué manera tenemos que usar internet para que no nos afecte negativamente?

Para poder disfrutar de sus beneficios hay que conocer la realidad o, mejor dicho, saber identificarla. No podemos comparar nuestra vida repleta de cosas buenas y malas con un momento posado, editado y subido a Instagram. Además, la autoestima es esencial para no caer en lazos tóxicos, como ocurre en los vínculos interpersonales. A veces buscamos la aprobación perteneciendo a un grupo o parecernos a alguien para valorarnos, cuando lo que necesitamos es aceptarnos. Ante la toxicidad de los medios, la bondad del amor propio.

 

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