La cinta introduce nuevas emociones para reflejar el crecimiento y la evolución de Riley, quien ahora se enfrenta a los desafíos de la adolescencia. Además de las emociones ya conocidas: Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira, se suman nuevas emociones como Ansiedad, Vergüenza y Aburrimiento, que añaden complejidad a la trama. 

«La adolescencia es una etapa llena de cambios y desafíos»

En esta secuela la juventud se siente identifica con el personaje y sus experiencias. La trama aborda de manera auténtica y conmovedora los retos emocionales que se enfrentan día a día este grupo de jóvenes. 

La adolescencia es una etapa llena de cambios y desafíos. Se enfrenta a nuevas responsabilidades, expectativas y presiones. La ansiedad de Riley refleja las preocupaciones comunes de esta etapa: el miedo al fracaso, la presión social y la búsqueda de identidad. La juventud se ve a sí misma en Riley, lo que facilita la conexión emocional con el personaje.

Inside Out 2 presenta las emociones de manera auténtica y sin filtros. La ansiedad de Riley no es exagerada ni infravalorada, es una parte real y tangible de su vida. Esta autenticidad permite que la juventud vea sus propias luchas reflejadas en la pantalla. La representación honesta de la ansiedad ayuda a normalizar estas experiencias y a entender que no están solos en sus sentimientos. 

«Un espejo en el que la juventud puede verse reflejada»

En la adolescencia se sienten abrumados por cumplir las expectativas sociales y académicas. Riley enfrenta situaciones similares, desde el rendimiento escolar hasta encajar con su grupo social. La ansiedad que se experimenta en estos contextos es algo con lo que muchas personas pueden identificarse. El filme muestra cómo estas tensiones pueden afectar la salud mental y el bienestar, proporcionando un espejo en el que la juventud puede verse reflejada. 

Aunque no se aborda directamente en la película, las redes sociales son una gran fuente de ansiedad para la población joven de hoy en día. Las comparaciones constantes, el estrés por mantenerse actualizado y la validación social, son temas que resuenan con la ansiedad de Riley. La película, a través de sus metáforas emocionales, toca estos puntos de manera implícita, haciendo que la juventud se sienta comprendida. 

Sin duda alguna, Inside Out 2 destaca por su capacidad para captar la complejidad de la ansiedad adolescente de una manera auténtica y relatable. La cinta no solo entretiene, sino que también ofrece un espejo para que en la adolescencia vean reflejadas sus propias experiencias y emociones. Al abordar la ansiedad de manera tan realista, la trama proporciona una herramienta valiosa para la comprensión y la empatía, ayudando a los jóvenes a navegar por sus propios desafíos emocionales. 

¿Cómo se define? «Un chico con suerte, no me considero actor, no me considero cómico. Para mí decirlo de esta forma me libera, yo siento que estoy investigando, probando cosas que me gustan y por eso me defino como un tío con suerte».

¿De dónde nacen esas ganas por hacer humor? «Empecé hace ocho años a hacer vídeos. Siempre me ha llamado la atención la risa. Sobre todo lo hago porque sé que algún día moriré y tengo la sensación de que tengo que entretenerme a mí mismo, como si fuera yo mi hijo. También es verdad que yo pienso mucho en el público, pero en el teatro hay un lema que es, si yo no me divierto nadie se va a divertir. Se transmite todo en un escenario».

«Es una locura la organización que tienen en la cabeza las personas que improvisan»

¿Cómo surgen esas ideas? «Las ideas parten de como se me ordena a mí la cabeza. Todo el mundo tiene ansiedad y cada uno la atiende de forma distinta. Pues yo atiendo mis situaciones diarias de una manera distinta. A mi me viene lo absurdo de lo cotidiano, esas ideas que parten de las cosas más básicas, yo las convierto en algo muy complejo».

¿Cómo llegaste a ser humorista? «He ido llegando hasta aquí gracias a muchas compañeras y compañeros. Empecé con la improvisadora teatral, Delia Santana, luego gracias a Abubukaka, sobre todo a Carlos Pedrós, que es como mi hermano mayor, quien me impulsó. También a Aarón Gómez, que me dio muchas oportunidades y me aguanta muchas cosas. A Kike Pérez también le agradezco que me dejara momentos para compartir con él. Casi con todo el mundo he podido colaborar y siento que me han acogido muy bien».

«Tengo miedo al momento de antes de morir»

¿Siempre se ha visto como cómico? «No, tampoco me veo ahora. Siempre que me preguntan esto se me viene a la mente una imagen mía en bachillerato pensando en que me voy a morir algún día. En esos momentos lo que hacía era levantarme de la silla e irme. Mi intención no era faltar al respeto a mis docentes, pero necesitaba hacer algo, irme a la playa o jugar, porque tenía mucha ansiedad y veía que la vida era muy limitada. Tenía  y tengo miedo al momentito de antes de morir. Toda mi adolescencia fue ansiedad pura y  se basó en ser un cagón».

¿Qué esperas transmitir en cada show? «Yo hago todo lo posible para que la gente lo pase bien. No me gusta el término desconectar, prefiero pensar en que conectan y que estamos viendo este absurdo espectáculo. Lo que quiero transmitir realmente es que las personas no estamos solas y demostrar que nada es realmente tan importante»

¿Qué proyectos tienes en mente para este 2023? «Lo que yo quiero en realidad es empezar a montar mi nueva obra que saldrá este próximo mes de marzo en el Teatro Leal de La Laguna. También estoy trabajando en algunas series. Pero realmente ahora quiero centrarme en mi show, que espero que sea una nueva etapa, muy atrevida y arriesgada».

El acto se dividió en varias etapas donde el psicólogo se centró en explicar el incremento de la prevalencia de los trastornos de ansiedad. De hecho, España junto con Portugal son los países que más ansiolíticos comercializan. García explicó el papel fundamental que juega la sociedad y todos los cambios que se producen en ella. Es más, la pandemia y la crisis sanitaria permeabilizó un sentimiento de angustia en la gran mayoría de familias.

«Cada vez se exige más»

La forma de administrar y gestionar el tiempo es muy importante, es por esto por lo que Díaz decidió hablar sobre las autoexigencias que se suelen poner los individuos. «Se ha pasado de ser una sociedad disciplinaria a ser una humanidad basada en el rendimiento, cada vez se exige más», comentó el psicólogo. Las personas siempre quieren ser las mejores en todo lo que se propongan.

El estrés surge cuando las exigencias del entorno superan los recursos que se disponen. García destacó que no se sabe el por qué un infante suele desarrollar más estrés que otro. Sin embargo, hay multitud de factores y de variables que median. Se habla de una franja edad muy amplia que suele comprender desde los 2 hasta los 14 años.

Todo depende del área evolutiva en el que se desarrolle el ser, ya que contará con recursos, competencias o habilidades para hacer frente a esas situaciones. El psicólogo resaltó que: «Cuando son muy jóvenes no suelen acudir a la consulta por estrés, muchas veces vienen por problemas de conducta o de sueño. Una vez se realiza el análisis, nos damos cuenta que puede ser por ansiedad».

Papel fundamental de las familias

Desde la infancia, el desarrollo social es importante. No obstante, existen casos de sobreprotección por parte de la familia, en los que se entiende al mundo como un lugar peligroso. Esto no es nada beneficioso, ya que se traduce a una predisposición a padecer cuadros de ansiedad. Lo que comienza siendo una ayuda, termina siendo un problema de salud que surge a largo plazo.

Muchas veces se intenta evitar el hecho que produce esa ansiedad, pero esto puede desencadenar una agorafobia o tener conductas agorafóricas. «Lo importante no es sentir ansiedad, es lo que hago cuando esa emoción cuando viene», defendió Díaz.

El psicólogo comentó que aprovecha las consultas para poner en práctica una dinámica con sus pacientes. De acuerdo con García, «hay que relacionarse de forma distinta con los sentimientos internos, para poder controlar los comportamientos externos».

De esta forma, serán cinco charlas las que se incluirán en esta formación, que permitirá conocer y entender mejor el mundo interior de cada persona y el que nos rodea. La primera de ellas, que tendrá lugar el primer día del ciclo de conferencias en horario de 16.00 a 18.00 horas, tratará sobre la importancia de desarrollar correctamente la autoestima y el autoconcepto para llevar una vida plena. Al día siguiente, a la misma hora, el taller se focalizará en las relaciones sociales, los límites y las habilidades comunicativas.

El 20 de octubre estará dedicado a la pareja y a comprender el trasfondo de los celos, la idealización amorosa, la igualdad y la responsabilidad afectiva. Asimismo, se impartirán técnicas y herramientas para lidiar e identificar relaciones tóxicas. Las adicciones también tendrán su lugar en estos talleres, donde no solo se hablará de sustancias nocivas, sino que se incluirá la dependencia a los videojuegos, a la tecnología, a el trabajo, a las redes sociales, etc. La última sesión será un poco diferente, ya que se pretende dedicar ese tiempo a educar sobre qué consisten determinadas patologías mentales, y así, se trata de impedir la estigmatización de problemas derivados de la salud mental, a través de la empatía, la detección y la información adecuada.

Las personas que estén interesadas en recibir este tipo de formación podrán inscribirse en la página web de Valtia donde, mediante la realización de un formulario, recibirán en su correo electrónico las instrucciones necesarias para acceder a las videoconferencias.

Nos encierran, el miedo por nuestras familias es indescriptible. Nos sorprende una ansiedad vehemente con la que nunca habíamos tenido que coincidir, y la hicimos nuestra compañera. La quisimos tanto que nos saludaba desde el primer momento de la mañana, cuando los informativos auguraban un futuro lleno de desempleo y precariedad, y nos despedía por las noches para recordarnos que éramos insignificantes y que, encima, comenzábamos a ser malas personas.

Aunque la lluvia de información sobre la enfermedad no permitía escuchar otros datos, el 73 % de las personas entre 16 y 29 años sintió la necesidad de pedir ayuda durante el confinamiento, según revela UNICEF. Era un secreto a voces y nadie se percató.

«¿Cuántas veces se ha dado aliento a la generación de un futuro que en el mismo presente ya lloraba por verlo roto?»

Fiestas, botellones, alcohol e irresponsabilidad. ¿Cuántas veces hemos leído que teníamos que cargar con cientos de rebrotes y muertes? ¿Cuántas veces se nos ha pedido precaución y cuidado, sin si quiera saber qué teníamos entre manos? Quizás, la última pregunta es la más compleja, pero, díganme, ¿cuántas veces se ha dado aliento a la generación de un futuro que en el mismo presente ya lloraba por verlo roto?

Disculpen el atrevimiento, pero somos sensibles, en ocasiones débiles,  y tenemos muchos más objetivos vitales que salir a divertirnos. Hemos estudiado en situaciones inimaginables para docentes y alumnado. Hemos hablado bajito para no hacer ruido y no tapar lo importante. Y nos hemos callado cuando nos han llamado culpables. El paro juvenil para menores de veinte años, según el EPA, asciende a un 85,2 %, y, pese a eso, seguimos sacando la motivación de lugares inimaginables para demostrar que no somos como nos han pintado.

Por supuesto, hay una parte nefasta a la que no quiero nombrar. A quienes mancharon nuestro nombre con risas, fiestas y faltas de respeto constante. A quienes valoraron más la vida social que un futuro potencial. A quienes no pensaron en su abuela ni en su abuelo. De esa parte, si me disculpan, no quiero hablar, porque son minoría y ya han hecho mucho daño y malestar.

Antes de acabar, me gustaría recordar que la ansiedad, el miedo y la tristeza forman parte de la realidad. Lo que oculta una sonrisa es mucho más grande de lo que puede albergar la imaginación. Por favor, empaticen con nuestra situación, vuelvan a darnos esperanzas y apoyo. Sin juzgarnos, sin poner más piedras en el camino. Háganos entender que somos una juventud apasionante y que es mucho el futuro que nos queda por delante. Háganlo antes de que se acabe, porque ya dijo Darío que este divino tesoro se irá para no volver y una vez marchado poco podremos hacer.

Es común que estos dos términos se usen como sinónimos ya que están relacionados. Sin embargo, son dos cosas distintas. Existen diferentes tipos de estrés (estrés crónico, estrés laboral, estrés agudo, etcétera) y distintos trastornos de ansiedad (TOC, trastorno de ansiedad generalizada, ataque de pánico, etc.).

Originariamente la ansiedad es una respuesta que tiene nuestro organismo frente a una amenaza; el cuerpo reacciona a través de una serie de mecanismos para que tengamos un mayor porcentaje de supervivencia. Aquí seria normal tener pánico pues es una respuesta que tiene el cuerpo ante una situación real de peligro. Se convierte en un trastorno cuando se presenta con una intensidad desproporcionada o ante situaciones que no deberían desencadenarla, es decir cuando un peligro no es real.

¨Es posible reducir el estrés con la eliminación del estimulo que lo provoca¨

En cambio, el estrés es un fenómeno que ocurre porque la persona no posee (o piensa que no posee) las habilidades, las capacidades o el tiempo necesario para afrontar una situación concreta. Es posible reducir el estrés con la eliminación del estímulo que lo provoca. Por ejemplo, cuando alguien se siente estresado porque no ha gestionado bien su tiempo y se le acumula el trabajo antes de un examen. Una vez que el examen pasa, la persona puede volver a la normalidad. En resumen, el estrés pasa cuando esa situación que lo estaba provocando termina sin embargo, la ansiedad no. Ya que el estrés es fruto de factores externos y la ansiedad de factores emocionales.

Podemos relacionarlas cuando hay una respuesta emocional frente al estrés, que continúa después de que un factor estresante haya desaparecido. Por ejemplo, cuando se acerca un examen en el que alguien se juega mucho. Por un lado está el estrés de la situación y la sobrecarga de trabajo, pero por otro está la preocupación de jugarse todo el curso en un examen. Esta ansiedad puede hacer que la persona tenga dificultades para dormir durante esa época, pensando en sí logrará superar o no el examen. Si no aprueba el examen, seguramente la ansiedad se apodere de la persona, pero la carga de trabajo habrá disminuido y por tanto el individuo no estará estresado.

¨Podríamos decir que la ansiedad es el miedo al miedo»

La ansiedad y la depresión son los trastornos mentales de este siglo. Según la OMS un 20 % de la población mundial podría sufrir un trastorno de ansiedad y como no hay recursos ni psicólogos públicos para tratar esto se recurre a la farmacología, lo cual no es una solución ya que si no se acompaña de psicoterapia lo que se esta haciendo es poner un parche sobre un problema real y convertir a la gente en dependientes de los fármacos.

Podríamos decir que la ansiedad es el miedo al miedo. Es decir cuando comienzas a sentir los síntomas físicos de un ataque de pánico este se intensifica por el miedo de lo que te está sucediendo. La mayoría de gente tiene la sensación de que le esta dando un infarto. Esto provoca que finalmente tengas miedo a experimentarlo otra vez.

La desinformación que hay sobre este tema provoca que se relativice y se piense que la principal solución sea relajarse, o que la persona que lo sufre esta exagerando o que es simplemente pasajero. Y no lo es, es un problema real que tiene que ser tratado por especialistas. Un estudio internacional muestra que solo el 10 % de las personas con trastornos de ansiedad recibe el tratamiento adecuado. Esto nos puede indicar la poca conciencia que hay sobre los trastornos mentales en la sociedad actual.

Este proyecto, iniciado por la Delegación de Estudiantes de Medicina de la ULL y que se engloba dentro de un conjunto de iniciativas que buscan mejorar la formación de los futuros profesionales de la salud, complementa los conocimientos recibidos en las aulas. Su primera edición tuvo lugar en el curso académico 2015-2016 y la idea es que se desarrollen cada dos años. Dada la buena acogida, se decidió abrir esta vez la inscripción a otros estudiantes del ámbito de Ciencias de la Salud, contando con un total de 26 matriculados al cierre de la convocatoria.

El seminario, de carácter gratuito, será impartido por ocho formadoras, siete de ellas estudiantes de Medicina, y una logopeda. La mayoría forman parte de la División de Formación del CEEM (Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina). Además, aquellos que acudan a más del 75% de los clases se les concederá 1 ECTS.

Mañana martes, primer día de este encuentro, se llevarán a cabo tres talleres bajo el lema Deconstruyéndonos, con una mayor carga emocional e introspectiva: Cómo afrontar el fracaso, que busca dotar a los universitarios de herramientas para superar este tipo de situaciones, reflexionar sobre el concepto mismo de fracaso, el miedo a fallar etc. A continuación, Control de la ansiedad y, para finalizar la tarde, Conócete que planteará el autoconocimiento como un camino que decides escoger y que nunca se acaba. Se busca trabajar algunas herramientas para conseguirlo y resaltar la importancia de la comunicación, el diálogo y la reflexión para ello.

Reconstruyéndonos

Reconstruyéndonos, será el lema y la perspectiva desde la que se desarrollará este ciclo. El objetivo que se plantea es recargar pilas y que los alumnos asistentes salgan motivados para afrontar el fin del cuatrimestre. Dará comienzo con el curso Desestrésate  diseñado para liberar la tensión de forma lúdica y entretenida, además de sacar a relucir las herramientas de las que disponemos para liberarnos del estrés. Para concluir, Motívate, cuyo objetivo es averiguar qué es lo que te motiva a seguir hacia delante, cómo y por qué has llegado hasta dónde estás ahora y hasta dónde quieres avanzar, proponiendo una vía de ayuda y planificación a la hora de abordar su consecución.