«Tener una familia es tener un tesoro»

Reneta Monasterio Morell, profesional de la asociación Cáritas Diocesana de Tenerife, es la trabajadora social encargada de tratar y administrar el Proyecto Drago, una unidad de atención a las drogodependencias entre las que se incluyen las adicciones al tabaco y al alcohol, se trata de la única iniciativa enfocada en estas necesidades dentro de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. El proyecto está subvencionado por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias.

Monasterio afirma que Cáritas tiene como finalidad principal cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible planteado por las Naciones Unidas número tres, enfocado en la salud y el bienestar de la sociedad, además de fomentar acciones dirigidas a la sensibilización de la sociedad para favorecer la toma de conciencia sobre la enfermedad alcohólica. «De hecho, uno de los objetivos del programa es mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares», declara.

«La sociedad no es consciente de la dependencia alcohólica»

Como trabajadora social, Reneta Monasterio tiene que tratar distintas problemáticas en el ejercicio de su profesión. «Algunos de los problemas que abordamos desde la organización en relación con la salud y el bienestar de las personas drogodependientes es la falta de conciencia sobre la enfermedad de dependencia alcohólica que presentan tanto pacientes como familiares, además de la baja percepción de riesgo que la sociedad tiene sobre el consumo de alcohol», subraya.

Para ello, comenta que desde la Asociación Cáritas se intentan tratar estos problemas mediante entrevistas motivacionales para que tanto las personas que sufren de dependencia alcohólica como sus familiares tomen conciencia de dicha enfermedad e incitar a quienes estén en esta situación a entrar en abstinencia alcohólica o reducción de daño. «También realizamos charlas, exposiciones y jornadas sobre los trastornos por consumo de alcohol para sensibilizar a la sociedad en general», concluye.

A través de este servicio, manifiesta que se intentan garantizar una serie de derechos a las personas que requieren asesoramiento: «El derecho a la salud, el derecho a vivir en condiciones de bienestar y un sano desarrollo integral, el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, el derecho a la información y el derecho a la protección de datos personales son algunos de los derechos que intentamos defender».

«Se necesita apoyo para poder desarrollar una abstinencia consolidada»

Del mismo modo, Morell defiende que «esta profesión implica acoger, orientar, informar y asesorar» tanto a personas directamente afectadas como a sus familiares o a cualquier otra entidad o individuo que solicite asesoramiento. «La derivación a otros recursos complementarios y más adecuados a su enfermedad también es fundamental porque muchas veces se necesita apoyo para poder desarrollar una abstinencia consolidada», declara. Asimismo, afirma que el apoyo de las familias ante esta situación es fundamental: «Yo siempre digo que tener una familia es tener un tesoro, porque apoyan y cuando saben tratar bien la enfermedad, el desarrollo y la evolución del programa es mejor».

La trabajadora social también manifiesta que el proyecto Drago también realiza otras muchas acciones como entrevistas de intervención breve y diagnóstico sociofamiliar, proporcionar una cobertura de necesidades primarias como el alojamiento o la alimentación, crear conciencia de la problemática multifactorial del consumo abusivo y de la enfermedad adictiva y motivación al cambio de la abstinencia o derivar a sus pacientes a unidades como la Unidad de Desintoxicación Hospitalaria (UDH) o las Unidades Residenciales de Atención a las Drogodependencias (URAD).

A nivel profesional, afirma que sus expectativas en cuanto a su desarrollo profesional se han cumplido con éxito. «Aunque nos centremos en la enfermedad de dependencia alcohólica, las personas a las que tratamos carecen de otros derechos que intentamos facilitar y que son fundamentales en su inserción integral», concluye.

¿Cómo se organiza Cáritas para los proyectos benéficos? «Aquí, en Tenerife, nos organizamos a través de proyectos vinculados a colectivos en situaciones de vulnerabilidad. Trabajamos en el ámbito de la vivienda, del empleo, de la economía solidaria. También tenemos empresas de inserción social, una tienda de comercio justo, recursos alojativos para personas sin hogar. Y, además, contamos con unidades móviles de atención en calle para ellas. En general es un poco la acción social de la Iglesia, Cáritas es una entidad de la Iglesia Católica, somos su brazo social, su acción social».

Con la situación pandémica que vivimos hoy en día, ¿las donaciones y ayudas que les dan a las familias han disminuido o, por el contrario, han aumentado? «Han aumentado. Hace unos días se presentó un informe de Cáritas española sobre cómo ha sido nuestra acción durante los meses del estado de alarma. Hemos atendido a 500 000 familias nuevas en todo el estado español, familias que hasta ahora nunca habían tenido la necesidad de acudir a la organización.

También han aumentado mucho las donaciones en Tenerife en concreto, ha habido una corriente de solidaridad. Incluso las personas donantes que ya colaboraban con Cáritas, han ampliado sus cuotas o han hecho aportaciones extraordinarias para ayudar a las familias durante este periodo tan complejo que estamos viviendo».

¿Son muchas las personas que se ofrecen para realizar voluntariado? «Pues la verdad que sí. Canalizamos esas peticiones a través de un departamento de voluntariado, que se encarga de ver cuáles son las inquietudes de esas personas y ver también en función de sus experiencias, capacitaciones y su formación profesional, dónde pueden ubicarse dentro de la institución, si pueden colaborar en un proyecto, en una acción, o en cualquier otro departamento. También contamos con personas voluntarias profesionales en Derecho, Economía, Trabajo Social.

Y, luego, personas que trabajan y colaboran en las Cáritas parroquiales y arciprestales, prestando lo que llamamos «la acogida», es decir, esa primera labor de escucha y acompañamiento a todas las familias que se dirigen a esas parroquias pidiéndonos ayuda».

«La sociedad se construye con el aporte de todos, fundamentalmente con el de las entidades públicas»

Además del voluntariado, ¿existe algún ente gubernamental que se haya unido a ustedes? «Colaboramos con todas las administraciones públicas, ya sea el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias o el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. La verdad es que hay muy buena colaboración todo el tiempo, igual que nosotros venimos colaborando desde hace muchos años con ellos sin ningún problema.

La sociedad se construye con el aporte de todos, fundamentalmente con el de las entidades públicas, ellas son las encargadas de salvaguardar todos los derechos de las personas y nosotros lo que hacemos es colaborar en la medida de lo posible con esas instituciones. Es lo mismo que esas instituciones a través de proyectos que financian y en los que colaboran nos ayudan a desarrollar todas nuestras acciones, es una colaboración mutua que en los últimos meses se ha reforzado».

¿En qué puntos de la Isla se puede donar? «Durante el estado de alarma pusimos en marcha una cuenta específica para realizar donaciones que se encuentra en nuestra página web, ahí pueden encontrar el número de cuenta y también hacer un bizum con el código 33616. Esas son las dos principales vías, pero luego pueden acudir a cualquier Cáritas parroquial o bien participar en las colectas del primer domingo de cada mes en las iglesias que, gracias al obispado de Tenerife, está imperado para la organización. Es decir, todos los beneficios de esa colecta van destinados a los proyectos y acciones de Cáritas Diocesana de Tenerife».

En cuanto al plan de formación que ofrece Cáritas Diocesana, ¿cuál es su objetivo? «Cuando una persona se dirige a Cáritas para ser parte del voluntariado, le hacemos una formación específica donde explicamos en qué consiste Cáritas, cuáles son las acciones, cuáles son los proyectos y dónde se puede colaborar. Aparte tenemos un plan de formación para el personal porque siempre tenemos que estar en continuo aprendizaje. Ahora, durante la pandemia, nos hemos convertido en youtubers y tuiteros, hemos tenido que aprender a manejar nuevos conceptos de comunicación y navegar por las redes sociales. Eso está todo incluido dentro de nuestro plan de aprendizaje, es continuo, se va desarrollando año a año y se va adaptando un poco a las necesidades de cada departamento».

Disponen también de un gabinete jurídico, ¿cómo funciona este servicio? «El gabinete jurídico es un departamento que es trasversal, es decir, presta servicios a todos nuestros proyectos y a todas nuestras acciones, además de la gente profesional en Derecho que tenemos contratada y que forma parte de la identidad de la casa. También hay unos cuantos bufetes de abogacía de las provincias que colaboran en determinadas cuestiones con nosotros.

Fundamentalmente trabajan en el ámbito de la vivienda, el tema de la exclusión residencial, los desahucios, las ejecuciones hipotecarias y los lanzamientos. También trabajamos mucho en el ámbito de las migraciones, las personas que se encuentran en situación administrativa irregular y, en general, prestan asesoramiento a todas las personas que son atendidas por Cáritas y que demandan de este servicio».

«Tenemos que poner nuestro granito de arena para conseguir una sociedad más justa e igualitaria»

¿Quiere enviar algún mensaje para animar a la ciudadanía a que se unan como voluntaria? «Como siempre decimos, Cáritas es un poco como urgencias. Está abierta las 24 horas del día, los 365 días del año, pero Cáritas se sostiene gracias al voluntariado, es un pilar fundamental de nuestra institución, y animamos a todo el mundo a que nos visite, a que nos conozca, a que entre en nuestra página web y colabore de alguna manera. Tenemos que poner nuestro granito de arena para conseguir una sociedad más justa e igualitaria».

¿Qué le llevó al sacerdocio? «Lo cierto es que no puedo decir que siempre quise hacer esto. Cuando yo era niño quería ser carpintero como mi abuelo, o profesor de Historia como mis padres. Pero fue a través de mis profesores de catequesis que me dejaron la posibilidad de ser sacerdote y ayudar a  la gente de una forma distinta».

¿Se ha arrepentido alguna vez? «Siempre hay momentos de dificultad, de dudas. Uno con 15 años no tiene las cosas muy claras. No voy a negar que hay momentos en los que de verdad te planteas si esto es lo que realmente quieres hacer por el resto de tu vida. Creo que, como con cualquier carrera o matrimonio, siempre hay momentos en lo que piensas si estarás con la persona correcta, pues lo mismo se aplica para la Iglesia. Crisis hay siempre, pero hay que superarlas, y si no la superas será que no estás en el lugar correcto».

¿Cómo ha sido su trayectoria? «Cuando me ordené, mi primera parroquia fue en La Gomera, en Vallehermoso. Desde un principio he coordinado Cáritas. Unos años después de la carrera me quise especializar  y realice un máster de dos años en Roma. De resto, mi trabajo lo he desarrollado en un gran número de parroquias en la isla de Tenerife«.

¿Cree que la Iglesia tiene cabida en la sociedad actual? «Por supuesto que lo creo, si no, no estaría aquí. El ideal que pregona la Iglesia es el de estar unidos. Pone de manifiesto todo lo que tiene que ver con la moral y la política social. El Papa Francisco es un ejemplo de cómo su voz, que es la voz de la Iglesia, ha llegado a personas que no tienen por qué ser creyentes».

«A parte de ser tradicional, creo que la iglesia es muy prudente»

¿Considera posible que la Iglesia cambie su estructura de poder e incluya, por ejemplo, a las mujeres en el sacerdocio? «La Iglesia es como un gran elefante. Un elefante va caminando, pero sus pasos son lentos, un poco torpes, da pasos hacia delante pero también muchos hacia atrás. La institución de la Iglesia más que ser pionera es la última que se apunta al carro. Aparte de ser tradicional, creo que la Iglesia es muy prudente. La vida de la Iglesia y el desarrollo sí que va en progreso, pero más lento de lo que la sociedad quiere o espera. Es verdad que por otro lado estamos sufriendo cambios muy rápidos y hay que buscar el punto medio entre el inmovilismo de la Iglesia y el progresismo de la sociedad».

¿La Iglesia debería quedarse en los pregones o ser más activa en destruir desigualdades? «La Iglesia no solo se queda en la palabra. En verdad tiene un poder activo, pero a veces no se promociona tanto. Creo que el papel de la misma es indispensable en países latinoamericanos donde el estado no es capaz de poner herramientas indispensables para el desarrollo de la sociedad. De manera subsidiaria una de las instituciones principales sigue siendo la Iglesia a través de la labor de misioneros, proyectos, ONG, etc.».

¿Comentan entre ustedes la opulencia con la que se vive en El Vaticano? «Hay que decir que a veces es más fachada que otra cosa, es decir, es una riqueza que fue acumulada después de muchos siglos de historia, sobre todo en el Renacimiento y en el Barroco. Es un poco de dilema del patrimonio inmueble, pero con lo del dinero sí es verdad que tenemos que cambiar a una Iglesia que sea más transparente, más pobre, porque eso lo hace más creíble. Tenemos que trabajar por una iglesia que sea pobre para los pobres».

La escritora Rosa Montero afirma que la pandemia es una cura de humildad , ¿lo percibe usted de esa manera? «Para comenzar es importante dejar claro que no creo que la pandemia sea un castigo divino. Sí que es verdad que la vida que llevamos tiene unas consecuencias. Quizás la sobreexplotación de la naturaleza favorece a estas mutaciones. Esto nos ha hecho ponernos en nuestro sitio, en realidad somos polvo de estrellas, no somos absolutamente nada en la galaxia y mucho menos en el universo. Y que una cosa tan insignificante y microscópica haya puesto en jaque a la humanidad es una demostración de que esto nos ha hecho una cura de humildad».

¿Con todos estos cambios se han logrado adaptar como la realización de misas por la vía telemática Misas online ? «Cuando empezó la pandemia no sabía muy bien qué hacer, estábamos un poco en shock. Sí es verdad que hemos hecho misas online, aunque ciertamente la fe tiene una dimensión horizontal y dimensión fraterna, con lo que las redes ayudan pero no son lo ideal».

«Nadie deja a su tierra o a su familia por gusto»

¿Qué opina del fenómeno migratorio que ha puesto en el punto de mira a la sociedad canaria ? «La crisis de la Covid-19 ha causado mucho daño en estos países empobrecidos, sobre todo en África, e incluso en Latinoamérica, pero de ellos no se habla porque vienen en avión. Lo cierto es que todas las personas buscan un futuro mejor, así como nosotros lo hicimos años pasados cuando emigramos a Cuba o a Venezuela. Yo creo que hay que ayudarlas, pero primero es escucharlas. Nadie deja a su tierra o a su familia por gusto, sino por que tienes que mantener a una familia que se muere de hambre. Hay fondos para todos y las sociedades desarrolladas tienen que invertir en estos países de manera desinteresada para que todos vivamos en igualdad de condiciones».

¿Cómo es el sistema de caridad que realiza su parroquia? «Cáritas es el principal brazo social de la Iglesia. No es el único, claro. También contamos con el apoyo de Manos Unidas, pero sin duda el más conocido es Cáritas. Cada diócesis tiene su Cáritas diocesana que se concreta en cada jurisdicción parroquial. Nosotros atendemos a la gente que viene, escuchamos sus necesidades y sus problemas, y tratamos de ayudarlos en la medida de nuestra posibilidades. Le tratamos de ayudar con bonos de alimentos, ropa, medicación y en algunos casos puntuales si es algo muy grave, le pagamos algunos recibo de agua o de alquiler. Ahora mismo estamos un poco parados por el tema de la pandemia, pero también hacemos cursos de formación como de informática, manipulación de alimentos e, incluso, de autoayuda».

Mario Vargas Llosa en su libro La civilización del espectáculo, habla un poco de la cultura del entretenimiento y cómo avanzamos a una sociedad superficial. ¿Cree que nos estamos perdiendo a nosotros mismos ? «Hay muchos colectivos que piensan que hay que levantar el pie del acelerador y volver a la naturaleza, a un modelo más armónico. Parece que la vida está en una etapa de la adolescencia, una crisis en la que estamos insatisfechos con lo que somos, queremos un futuro mejor pero no sabemos cómo hacerlo» .

«El dolor que sentimos ante la pérdida de un ser querido es el precio de amarlo»

Con la muerte tan cerca este último año, ¿cómo la afronta usted, le tiene miedo? «A la muerte creo que le tenemos miedo todos, sobre todo cuando le vemos los dientes. Yo siempre hago uso de una expresión a la que llamo el vértigo de la muerte, como si fueras a lanzarte ante un precipicio. La muerte siempre da vértigo, la cosa es la respuesta que le damos a ese vértigo. Uno no puede minusvalorar el dolor, lejos de huir de ese problema lo tenemos que asumir. El dolor que sentimos ante la pérdida de un ser querido es el precio de amarlo. Bendito sea aquel que es capaz de sufrir por amar, ay de aquel que nunca ha sufrido porque nunca ha amado».

¿Cuál es la labor de Cáritas durante este tiempo de alarma? «Seguimos prestando nuestros servicios esenciales. Evidentemente, tuvimos que tomar precaución para adaptarnos a la situación actual cerrando el centro de día de mayores, flexibilizando el horario y los turnos para el cuidado de los más vulnerables. Asimismo, aumentamos la atención telefónica y abrimos nuevos recursos temporales de emergencia. Todo ello siempre extremando las precauciones sanitarias recomendadas para la protección del personal laboral, del voluntariado y de las personas atendidas, con el fin de no favorecer la expansión del virus».

¿Qué tipo de ayuda ofrecen? «El trabajo de acompañamiento personal se ha reducido por las medidas de seguridad y nos centramos en la ayuda de emergencia. Por otro lado, estamos trabajando con personas sin hogar  ayudándoles a conseguir recursos para su subsistencia. Igualmente, desarrollamos un trabajo de seguimiento de aquellas que se encuentran en la calle o en infraviviendas con los servicios de Unidad Móvil de Atención en Calle, y lo estamos haciendo en el norte y sur de Tenerife y en La Palma. También hemos adaptado otras áreas que ahora se están desarrollando con teletrabajo vía telemática, como la formación para el empleo y el acompañamiento en conflictos con la vivienda».

¿Hay una mayor cantidad de gente voluntaria dispuesta a ayudar? «En la actualidad tenemos noticias de personas que se han ofrecido de manera especial para prestar servicios de voluntariado. Se les está atendiendo para ver dónde puede ser aportar sus conocimientos. No es un número muy alto de momento y esperamos que en el futuro podamos aumentar la cifra».

«Además del voluntariado, contamos con una plantilla de profesionales que asesoran y acompañan»

¿Cuáles son sus fuentes de financiación? «Son diversas. En principio, al ser una entidad de voluntariado, nuestros ingresos provienen de personas socias y donantes particulares. Igualmente, contamos con las aportaciones en las eucaristías de los primeros domingos de mes. Por otro lado, también tenemos financiación pública que responde a la capacidad que tenemos para desarrollar proyectos concretos en lugar de la administración».

¿Cómo es el plan de seguridad que siguen? «Las medidas de seguridad se corresponden con las indicaciones que han puesto sobre la mesa las autoridades. Nos tuvimos que adaptar, como todos los sectores de asistencia social, al no contar con los recursos de protección adecuados. Hemos tenido que reinventarnos y proteger especialmente a nuestros voluntarios más sensibles para que no estuvieran en contacto con gente a la que pudieran contagiar o poner en peligro. Por otro lado, aplicamos el sistema de prevención de riesgos que nos aporta nuestro servicio de prevención externo».

El catedrático de Derecho Financiero y Tributario Francisco Clavijo presidió una de las ponencias que tuvo lugar a las 17.15 horas. La charla estuvo dirigida, principalmente, a los alumnos de Trabajo Social, abogados, funcionarios y personal de las administraciones públicas. En la misma, se abordó el cobro de las deudas tributarias, y los embargos de cuentas bancarias y de salarios.

Con un aforo limitado a 100 personas, lo que se pretendía con esta sesión es que los interesados se informaran sobre qué hacer ante estos casos desde una perspectiva legal. “La fase de embargo consiste en trabar un bien y llevarlo al procedimiento para que la Administración Pública pueda transformar, mediante la enajenación, ese bien en dinero y cobrarse la deuda tributaria”, aportó el catedrático. La sesión finalizó con una ronda de preguntas en la que los asistentes podían preguntar al ponente cualquier duda que les surgiera a medida que transcurría el evento.

Elvira Afonso, decana de Derecho

Las jornadas comenzaron a las 9.00 horas con la presentación de Elvira Afonso, decana de la Facultad de Derecho; Leonardo Ruiz del Castillo, director de Cáritas Diocesana de Tenerife, y Aurelio Abreu, vicepresidente primero y consejero de Cooperación Municipal, Vivienda y Aguas del Cabildo de Tenerife.

Seguidamente, la profesora del Departamento de Derecho Procesal y magistrada suplente en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, Ana Afonso, presentó el tema sobre crisis económica. Luis Prieto, profesor del Departamento de Derecho Administrativo, continuó hablando sobre el derecho al empadronamiento de España. La mañana finalizó con el ponente Ruymán Torres, quien explicó el patrimonio público en la política de vivienda.

A las 16.00 horas dio comienzo la ponencia de la abogada de Cáritas Diocesana de Barcelona, Sonia Lacalle. Trató el marco constitucional y europeo del derecho de acceso a la vivienda. Por último, Francisco Clavijo clausuró el evento con su charla.

El hall de la Facultad de Derecho acogerá hasta el 3 de abril una muestra de 25 fotografías realizadas por los participantes de los recursos alojativos de Cáritas Diocesana de Tenerife y por varios fotoperiodistas. La exposición titulada Somos personas. Tenemos derechos. Nadie sin hogar pretende reflejar la realidad social de los sintecho, sensibilizar sobre la situación de exclusión que sufre este colectivo, así como la necesidad del ejercicio y promoción de derechos fundamentales como el acceso a la vivienda, el derecho al acompañamiento y a la participación, entre otros.

Tras estar expuesta durante el pasado mes de enero en la Pirámide de Guajara, en esta nueva ubicación buscará, además, ilustrar las II Jornadas sobre Derecho e Inclusión Social que organizan de forma conjunta la Asociación Eclesiástica, la Universidad de La Laguna y el Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife. El evento, que se celebrará en la Sección de Derecho los días 21 y 22 de marzo, contará con varios ponentes de diversas organizaciones.

El Programa de Inclusión Social de Cáritas Diocesana de Tenerife, que tiene cerca de 40 años de experiencia en este sentido, cuenta con siete recursos alojativos (126 plazas), ubicados en los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Puerto de La Cruz y Granadilla de Abona. En ellos, además de la cobertura de necesidades básicas de los usuarios, se ofrecen servicios de orientación, información y acogida; de atención psicosocial y educativa; asesoramiento jurídico, orientación laboral y formación para la mejora de la empleabilidad.

El año pasado se atendieron a más de 545 personas sin hogar en la Isla, frente a 495 en 2016, un dato que revela la cronificación de este problema, que afecta sobre todo a usuarios de entre 35 y 65 años, en muchos casos con alguna discapacidad.

En la presentación participarán Leonardo Ruiz del Castillo, director de la entidad en Tenerife, Francisco García, vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la ULL, y Coromoto Yanes, consejera de Acción Social y Atención Ciudadana del Cabildo insular. Será itinerante a comienzos del próximo año, concretamente en enero de 2018, y se instalará en distintos puntos de la provincia.

También, en la mañana de hoy, entre las 9.00 y las 11.00 horas, técnicos, voluntarios y participantes del Programa de Inclusión Social de la organización humanitaria en la Isla llevarán a cabo una acción de sensibilización en el campus de Guajara. Igualmente, a partir de las 11.30 horas, se celebrará en el Aula Tomás y Valiente una mesa redonda en la que participarán dos trabajadoras sociales de la institución eclesial, Jessica Pérez González y Lucía Raquel Díaz León.

El Programa de Inclusión Social cuenta con siete recursos alojativos (126 plazas), ubicados en los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Puerto de La Cruz y Granadilla de Abona. En ellos, además de la cobertura de necesidades básicas de los usuarios, se ofrecen servicios de orientación, información y acogida; de atención psicosocial y educativa; asesoramiento jurídico y orientación laboral y formación para la mejora de la empleabilidad.

«La soledad es uno de los mayores males de nuestra sociedad», afirma el joven. Por ello, Invisibles ha ofrecido ante todo, acompañamiento. Según datos del Observatorio Hatento, el 51% de las personas en situación de precariedad sufre agresiones en más de una ocasión por jóvenes de entre 18 y 35 años; lo sorprendente es que el 80% de esos ataques son presenciados , y un 95% de los testigos los ignora. «La indiferencia es una forma sutil de racismo», asevera Socas.

Cáritas Diocesana de Tenerife ha focalizado su atención en los individuos sin hogar, ya que «de los 60 años que lleva funcionando, 35 de ellos los ha dedicado a una red de viviendas», subraya uno de los coordinadores de la oenegé. Un total de  7 casas con 121 plazas y con una media anual de 400 a 500 personas. Este es un objetivo solapable con la misión de Invisibles.

Por su parte, Flora Marrero, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de la Laguna, confirma la mayor presencia de las Unidades de Trabajo Social (UTS) en Taco (La Cuesta) donde existe una gran demanda: “La situación es complicada porque hay 23 trabajadores para 21 personas», explica.

La entidad pública no solo facilita vales de alimentos amplios gracias a un convenio con supermercados, sino también bonos de transporte a alumnos sin recursos, algunos de la ULL: «contamos con  universitarios en comedores sociales que acuden sin atender a los estigmas». La Concejalía ofrece ayuda al 10% de los habitantes de San Cristóbal de la Laguna y anima al colectivo a sumarse a la teleasistencia.

El empadronamiento es un problema frecuente, porque «el usuario agota las ayudas y en una situación de desesperación tiene la necesidad de acudir a otros municipios», señala la concejal. El miembro de Cáritas Tenerife, apunta que «es un método de supervivencia», «otra dificultad es el acceso al mercado laboral, pues se ofrecen empleos eventuales y con una temporalidad establecida», asevera.

Para Francisco Javier García , vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la ULL , «es un privilegio que Invisibles haya tenido su origen en nuestra universidad». Añade además que » las competencias de los estudiantes no solo deben ser de créditos sino también de solidaridad con los demás».