Clavijo se mostró muy receptivo con este proyecto que aúna investigación, docencia y acción social sobre un asunto de suma importancia para Canarias y Europa como es el de las migraciones: cómo gestionarlas y cómo acoger a la población inmigrante. En su opinión, la experiencia está demostrando que la solución no está en elevar muros altos, sino en favorecer la integración sin establecer guetos, por lo que valoró la aportación de la Universidad de La Laguna para analizar la situación “con rigor, seriedad y humanidad”.

Por ello, el presidente manifestó su apoyo explícito a sufragar el funcionamiento básico de esta cátedra para que pueda comenzar a trabajar a partir de septiembre, con vistas a que pueda optar a proyectos nacionales y europeos que mejoren su financiación.

Una cátedra muy importante

En la reunión estuvo presente la codirectora de la cátedra, Carmen Ascanio, quien presentó brevemente los objetivos y potencialidades de este organismo universitario del cual ya forman parte catorce personas que representan a otras tantas entidades, por lo que la capacidad de impacto de la cátedra es ya muy fuerte. Su objetivo es servir como órgano que dinamice el necesario triángulo de acción para afrontar el estudio y gestión migratoria, conformado por la academia, las políticas públicas y la acción social. Sami Naïr también participó en el encuentro por teléfono y manifestó su compromiso con este proyecto, al cual ayudará a dar proyección internacional.

En el encuentro participaron también, por parte de la institución, los vicerrectores de Investigación, Francisco Almeida, y de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, así como el director de secretariado de Proyectos Internacionales, Gustavo Marrero, experto en desigualdad y director de un centro de estudios sobre esta materia. El ejecutivo regional estuvo representado por el director general de universidades, Ciro Gutiérrez, y la directora general de Políticas Sociales e Inmigración, Reyes Henríquez.

El rector valoró de manera positiva que el Gobierno de Canarias vaya a colaborar activamente con esta cátedra no sólo mediante su financiación, sino uniéndose a una comisión de trabajo para buscar proyectos comunes. También destacó que en el encuentro de hoy no solo se ha hablado de dinero, sino de ideas, ya que éstas son las mayores aportaciones que pude realizar la institución académica. “El gobierno podrá aprovechar las conclusiones que emanen de la cátedra”.

El 60 % de la población de Fuerteventura es extranjera

Por su parte, presidente regional señaló que la inmigración y la integración social son asuntos que llevan formando parte de la agenda canaria desde hace mucho tiempo, y recordó que la Universidad de La Laguna tiene un amplio bagaje en proyectos que los abordan, de entre los cuales citó Barrios por el Empleo y la labor de intervención comunitaria que el profesor del Departamento de Geografía e Historia, Vicente Zapata, ha desarrollado en Taco.

Clavijo explicó que este es un asunto prioritario para Canarias, máxime cuando una de sus islas, Fuerteventura, cuenta ya con un 60 % de población de origen extranjero. No ocultó que es un asunto que está generando ciertas tensiones en la Unión Europea, tal y como lo demuestra la configuración del nuevo gobierno italiano o la reciente crisis en el gabinete de la canciller Merkel.

Sin embargo, el máximo responsable autonómico señaló que hace unos días se reunió en Bruselas con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y el director general adjunto de Migración y Asuntos de Interior de la Comisión Europea, Simón Mordue, y pudo constatar que existe otra sensibilidad en las instituciones comunitarias, así como disponibilidad presupuestaria para financiar proyectos de interés en esta área.

Ascanio: «Queremos que sea un lugar abierto donde, aparte de crear esas sinergias entre investigadores, también salgamos fuera y contactemos con todos los agentes»

Como explica Ascanio, “las cátedras culturales tienen un aspecto importante de generar acción colectiva y participación. Queremos que sea un lugar abierto donde, aparte de crear esas sinergias entre investigadores, también salgamos fuera y contactemos con asociaciones, grupos y todos los agentes, que son muchos, importantes en estas cuestiones”.

En su opinión, la posición tricontinental de la entidad es clave. “Esa situación Latinoamérica-África-Europa igual hasta ahora no la hemos aprovechado, pero creo que posicionar a la ULL y, en general, al Archipiélago, en el Atlántico del conocimiento, es muy importante”.

Naïr desgranó las áreas temáticas que se tocarán. La globalización “crea consecuencias, sobre todo en términos intelectuales y humanos. Las primeras pasan por la necesidad de intercambiar ideas, crear conceptos y aprovechar las experiencias. Y en lo humano, genera desplazamientos de poblaciones, los cuales podemos llamar inmigraciones o libertad de circulación, todo depende del punto de vista. Pero, fundamentalmente, es un gran reto de la modernidad”. Asimismo, remarcó «la necesidad de reflexionar y construir lo que podríamos llamar una ciudadanía común, para favorecer la inclusión, la integración y la paz”.

Naïr: «En la Universidad de La Laguna, hay un gran capital intelectual para afrontar estos retos»

Por ello, el politólogo cree que el alcance será a largo plazo. “Estoy absolutamente convencido de que, por lo que he experimentado aquí en la Universidad de La Laguna, hay verdaderamente un capital intelectual para afrontar estos retos y para desarrollar un trabajo muy positivo, primero con las otras universidades canarias, con la península y a nivel europeo y africano».

Por su parte, el vicerrector agradeció tanto a Naïr como a Ascanio su compromiso y esfuerzo por asumir una meta “que no es fácil”. Señaló que los propósitos que se marcan se alinean perfectamente con las propuestas que el Ejecutivo autonómico, en su actual etapa en la presidencia de las Regiones Ultraperiféricas. “Estaremos en condiciones de establecer importantes relaciones con estas propuestas que se están impulsando desde el Gobierno de Canarias y establecer trabajos de colaboración y apoyo mutuo”, concluyó Almeida.

Uno de los objetivos de la nueva cátedra es crear sinergias entre los grupos de investigación que en el seno de la Universidad de La Laguna abordan temáticas relacionadas con las áreas que centran el interés de este organismo, como pueden ser las desigualdades y vulnerabilidades sociales, el impacto del cambio climático en la sociedad, la gobernanza, las identidades religiosas y colectivas, las políticas de integración y promoción de la convivencia y la desigualdad de género, entre otras.

La cátedra contará con una implicación intensa y activa del profesor Sami Nair, figura relevante a nivel mundial en varias de estas temáticas. Es catedrático de ciencias políticas en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Paris VIII y director científico del Instituto de Investigación Europa-Mediterráneo en París. Además, fue eurodiputado entre 1999 y 2004, consejero de Estado honorario, colaborador de varios medios de comunicación y autor de numerosos libros y artículos.

Ascanio argumentó que, generalmente, se suele dar un concepto “sedentario” de nacionalidad, entendida como “la pertenencia a un grupo con similares diacríticos culturales e inclusión en una identidad colectiva común”, excesivamente fijado a un emplazamiento concreto, inmóvil y cerrado. Pero la movilidad de personas y la posibilidad de nacionalizarse, apuntó, son realidades cada vez más evidentes, por lo que defendió reformular ese concepto con ese modelo “nómada”.

Esta reflexión es resultado de una investigación en la que se halla inmersa, sobre la identidad europea y los extranjeros. En ella, el foco se ha puesto en la inmigración desde que alguien llega a un país y luego se nacionaliza.

José Adrián García Rojas es el actual director del CEA, además de profesor de Ciencias Políticas y especialista en los procesos electorales.

¿Por qué se declina por África? «Yo me he dedicado a temas de Canarias desde hace tiempo. En el día a día, y más con la situación que estamos viviendo ahora, los medios de comunicación me piden análisis de los pactos políticos posibles, pero estoy un poco saturado. Quiero reconvertirme. Y pensé: Tenemos a África ahí al lado, ¿por qué no prestarle más atención? Así que me empezó a interesar lo subsahariano. Fui a uno de los grandes centros de investigación africana de referencia mundial, en la Universidad de Michigan State. También fui a Florida. Y así comenzó todo».

¿Quiénes integran el equipo del CEA? «Aparte de mí, que me encargo de la Ciencia Política, en el equipo directivo estamos Carmen Ascanio y Fernando Carnero. La actual vicedirectora, Carmen, es socióloga. Ella trabaja los temas de género en África. Fernando, profesor de Historia Económica y secretario del centro, es uno de los que más estudios ha publicado. También está con nosotros el profesor José Gómez Soliño, investigador de las lenguas africanas, como el wolf. Y varios miembros más».

¿Qué destacaría del CEA? «Una de las funciones más importantes del centro de estudios africanos es hacer una red de contactos. Intentamos ser conocidos y que alumnos nuestros puedan estudiar fuera.  A nivel individual tenemos muy buena conexión con, por ejemplo, el centro Los mundos africanos de Burdeos. Es muy prestigioso porque pertenece al equivalente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España y está dentro del instituto de investigación política de la ciudad. La inversión económica que se destinaba a los centros de estudio ha disminuido en los últimos años, lo cual retrasa y entorpece el trabajo en muchos aspectos. Por ejemplo, los gastos de movilización de los investigadores los tienen que costear ellos por su cuenta. Las becas de intercambio entre las Universidades de Dakar, Cabo Verde o Agadir también se han reducido. Se trata de subvenciones que da el Gobierno de Canarias, las cuales ayudan a nutrir los másteres de esta Universidad, y a todo su entorno. Aunque el máster en el que nosotros colaboramos no ha pasado de los tres alumnos, por lo que no se ha podido ofertar este año ni el anterior. Pronto se reactivará, si conseguimos reunir estudiantes que lo demandan».

¿A qué otra parte afectan los recortes? «Los estudiantes africanos que vienen a España, por regla general, no tienen dinero para mantenerse. Retirarle el dinero de las becas a estos chicos estando aquí repercute en su rendimiento académico. Tiene que haber una política de Estado para el fomento para los centros de estudio, con el fin de permitir un flujo de estudiantes satisfechos que aprovechen su estancia, tanto los que acuden a Canarias como los que lo hacen a África».

¿Tienen relación con entidades parecidas al CEA? «Hacemos colaboraciones con el Instituto de Enfermedades Tropicales y de Salud Pública de Canarias, aunque no trabajamos para el mismo fin. Este año volveremos a participar juntos en una actividad que se llama Campus África. Dinero no podemos dar para su desarrollo, pero estamos encantados de ofrecer conferencias o mesas redondas. El Cabildo de Tenerife y nosotros tenemos un proyecto en común: fomentar los másteres en estudios relacionados con África premiando los mejores resultados. Podríamos tenerlo activo para el curso que viene, pero aún hay que madurarlo. El objetivo de esto es que se estudie más el continente vecino a través de los alumnos. Aunque también tienen presupuestos ajustados».

Muchas personas se cuestionan la labor de las ONGs en África… «En algunas zonas, no en todas, la ayuda humanitaria se utiliza como un arma de guerra. El hambre se ha convertido en un instrumento de mediación. Hay algunos países que no se representan en los medios de comunicación, nadie conoce lo que sucede en ellos. Este es, por ejemplo, el caso de Myanmar, donde hay unas 18 pequeñas guerrillas activas que luchan por su supervivencia. Es posible que el gobierno esté presente en un 90% del territorio de la nación, por lo que hay un interlocutor para muchas cosas, se puede presionar a los grupos armados y controlarlos un poco. Por tanto, la ayuda humanitaria que pueda llegar allí se reparte más o menos de una manera equitativa. Somalia es otro espacio olvidado por los medios. El territorio somalí está dividido sin fronteras reconocidas oficialmente, se trata de límites móviles determinados por los señores de la guerra, cuya legitimidad es la fuerza. No existe control. Somalia está en conflicto interno desde 1991. Allí se lucha en la actualidad por lo poco que hay, y las ONG, a pesar de sus buenas intenciones, no tienen resultados eficaces».

¿Qué podemos hacer para que el CEA lo conozcan más los alumnos de la ULL? «Está claro que no nos sabemos vender, pero la culpa no es solo nuestra. La Universidad, los alumnos y nosotros nos tenemos que poner de acuerdo para que la información se haga visible. En el exterior se conoce al CEA, al igual que en el Cabildo y en otras entidades públicas de Canarias. Pero cuando nombro al centro delante del alumnado nadie sabe de qué se trata, ni que está en la misma Facultad en la que reciben clase».