Lana del Rey, cantante y compositora estadounidense, ha sido otra de las intérpretes que ha compartido su opinión respecto a este tema. En su caso, ha hecho pública su queja a través de una canción titulada Coachella – Woodstock in My Mind. Podemos ver reflejada la opinión de la artista en los primeros versos del tema: «Estaba en Coachella , apoyada en tu hombro / Viendo a tu esposo balanceándose en el tiempo. / Creo que estaba en eso, porque el bebé, por un minuto. / Era Woodstock en mi mente».

«La idea de que estamos perdiendo la capacidad de disfrutar de los momentos importantes es uno de los grandes debates del siglo»

¿Nos sentimos como Lana del Rey? Parece muy triste admitirlo, pero sí. La artista afirmó que mientras estaba en el festival de Coachella hace unos años, su mente estaba en Woodstock. Es como si  hubiese viajado en el tiempo, imaginando cómo eran las fiestas en los sesenta y cómo el público bailaba hasta tal punto de parecer enloquecidos sin necesidad de tener una pantalla delante. ¿Han hecho las nuevas tecnologías que ya no disfrutemos de momentos únicos como los conciertos? ¿Es normal que muchos intérpretes como Rihanna se hayan molestado por sentir que un iPhone le ha robado el protagonismo?

La idea de que estamos perdiendo la capacidad de disfrutar de los momentos importantes es uno de los grandes debates del siglo. Pero, ¿es cierto? ¿Estamos perdiendo la capacidad de disfrutar de las cosas importantes?

Los teléfonos móviles se han asentado hasta tal punto en nuestra sociedad que para muchas personas es muy difícil imaginarse un mundo en el que no existan. El escritor Hernán Casciari escribía que mientras le contaba a su hija el cuento de Hansel y Gretel  y le explicaba el momento en que se encuentran perdidos en el bosque, su hija le respondió quitándole dramatismo: «No importa. Que llamen al papá por el móvil».

Vivir el momento. Carpe Diem. No hay más. Cantar a pleno pulmón mientras vemos a nuestro artista favorito. Ser un poco más hippies. Apostar por la complicidad entre las personas, hablar más y enviar menos mensajes. Los mejores momentos de nuestra vida deberían de quedar grabados en nuestra mente, no en ninguna pantalla.

Es el deseo de compaginar o imitar al resto de personas es lo que nos lleva a todos a adentrarnos en seguir un cierto modelo de consumo. Seguir estas tendencias de uso nos hacen pertenecer a un grupo social con características similares a las nuestras. En los últimos años, hemos podido observar que esta tendencia se ha arraigado aún más con la utilización de las nuevas tecnologías.

Herramientas como las redes sociales han dado paso a prácticamente modas globalizadas. Antes un jugador de videojuegos no era más que un friki con su consola. Hoy en día los videojuegos son una predisposición que mueven miles de millones de euros en todo el Mundo. Existen grandes eventos que movilizan la atracción a una actividad que hasta escasos últimos años eran para reducidos grupos de personas con afinidad en cierta materia.

«Lo que se ve en Coachella será lo que más se llevará en verano»

Estos últimos días hemos podido observar una de las actividades que más da de hablar en las distintas plataformas informativas. El festival de música Coachella. Tiene lugar durante dos fines de semana consecutivos al año y lo que gusta en redes no es la celebración en sí, sino qué estilos o oufits se podrán ver en él. Esto es básicamente la observación de la próxima gran moda del momento. Prácticamente no interesa el artista que está en alza, ni la actuación que realice y muchos menos la aclamación del público. Lo importante es saber quién ha vestido al cantante, ver que llevan puesto los influencers y que es lo que más destaca en las social networks. Sin más que decir se busca saber que está en lo mas alto.

Este festival es la mejor forma de ver cómo se crean las próximas modas. Sirve cada año como pasarela para los diferentes personajes influyentes, para exhibir el próximo estilismo en auge. Por esto, lo que se ve en Coachella será lo que más se llevará en verano.

Los seres humanos buscan adentrarse en una corriente social para no quedar excluidos. Todos quieren pertenecer a una tribu y no hay mejor ejemplo que este evento para darse cuenta de que, al menos, una vez en la vida, se ha caído en la tentación de seguir algo que se sabe será el próximo hit.

Las personas y la moda van de la mano. ¿Son la forma en la que nos expresarnos o, simplemente, la manera de incluirnos en la sociedad?