Las charlas, a nivel mundial, tratarán de investigaciones en torno a seis temáticas principales: Planeta Tierra, Mente Maravillosa, De los Átomos a las Galaxias, Nuestra Sociedad, Tech Me Out! y Nuestro Cuerpo. Cada día se realizarán tres ponencias por un plantel de personas expertas, entre las que destacan la de Adriana Rodríguez, con El Cambio Global en los Océanos, la de Victor García con Herencia Genética Materna de la Población Canaria, y la de Ana Perdomo con Ratones Avatar: El Sentido de Estudiar lo Raro.

Itahisa Marcelino, coordinadora del evento en la Isla desde su primera celebración en 2016, será una ponente más del evento y asegura que la organización es sin ánimo de lucro y dirigida por personas voluntarias. «Tenemos mucho apoyo del resto de sedes de España que lo organizan al mismo tiempo que lo hacemos en Tenerife, este año somos 57 a nivel nacional, por lo que nos lo han puesto muy fácil», concluye.

El evento también contó con la intervención de diferentes especialistas, como Abel López, doctor en Geografía Física; Omaira García, doctora en Física de la Atmósfera, y Victoria Palma, licenciada en Ciencias Físicas. Como moderadora participó la periodista Verónica Pavés, redactora de Ciencias, Salud y Medioambiente en el periódico El Día. 

Durante la actividad se habló sobre la crisis climática en tres entornos: tierra, mar y aire. También se recalcó la importancia de distinguir entre calentamiento global y cambio climático, ya que el primero «está asociado indiscutiblemente al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero», afirmó Omaira García. En cuanto a los efectos de ese calentamiento global, la investigadora asegura que ya hablamos de consecuencias climáticas, es decir, de cambio climático.

El debate se realizó durante el II Encuentro de Sostenibilidad, organizado por el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz como parte de la Agenda Urbana y Cambio Climático 2023. 

¿Por qué decidiste estudiar Física? «Pues realmente no lo sé, pero es algo que me lleva gustando desde que soy muy pequeña y siempre he sido una niña muy curiosa. Solía leer, investigaba y me preguntaba muchísimas cosas. La carrera que es la que más dudas me respondía, así que lo he tenido muy claro».

¿Y por qué elegiste TikTok? ¿Consumías el tipo de contenido que creas? «Sí. De hecho, era una de mis fuentes de información porque empecé muy pequeña a intentar formarme y lo que veía eran vídeos. Mi entendimiento no era suficiente para leer un libro más teórico, más técnico. Empecé con esta plataforma ya que vi que estaba de moda, que se usaba mucho y yo también lo hacía. Entonces, pensé en acercar un poco lo que me encantaba, hacerlo un poco más divertido, rápido y ligero, que puedas ver rápidamente y te quedes con la información. Mi objetivo es enseñar usando una red social y por eso me decidí».

¿Te considerarías influencer o divulgadora? «Divulgadora más que influencer».

¿Consideras que hace falta más divulgación en TikTok? «Creo que es algo fundamental en absolutamente todos los campos. Es una manera de acercar el conocimiento a cualquier persona. Además, creo que poder nutrirte de las redes sociales es ponértelo sencillo. Estás aprendiendo a través de algo que utilizas con tanta frecuencia. Por eso creo que este formato que tenemos es muy importante, hay que mantenerlo y, sobre todo, hay que darle voz».

¿Cómo eliges los temas que tratas? «Pues principalmente pienso lo que a mí me gusta que es la cosmología, la astrofísica, etc. A continuación, ideo una pregunta. Si te fijas, usualmente empiezo planteando una cuestión. Yo lo que hago un día a la semana es sentarme y plantear preguntas. A lo mejor algunas para mí son obvias, pero incluso tiro de amigos míos y les pregunto: «Oye, ¿te harías esta pregunta, sabrías responderme?». Por qué el cielo es azul o por qué la tierra se inclina a un ángulo específico son algunos asuntos que he tratado, además, me centro más en el campo que a mí me atrae. Por ejemplo, he hablado de agujeros negros de relatividad. Además, últimamente, deseo enfocarme en hechos cotidianos, del día a día».

«Yo con cinco años leía por curiosidad, no estudiaba matemáticas»

¿Has recibido alguna crítica por el enfoque que utilizas o incluso por tu estética? «Sí, por supuesto. De hecho, recibo tres tipos de críticas. Primero de todo, yo creo que ser una mujer en cualquier campo es más difícil y odio decir esto pero, desgraciadamente, es así. Por otro lado, la apariencia. The Big Bang Theory es una serie muy famosa y hay una creencia que somos como sus protagonistas pero no, tu apariencia no determina tus conocimientos. Y, en tercer lugar, el formato que yo he escogido es un vídeo rápido. Obviamente yo soy estudiante, no me apetece abrir un canal de Youtube pues no siento que pueda explicar ciertos asuntos. No lo veo ético. Tengo que simplificar y, por ello, gente que estudia lo mismo que yo y que no comparten mis técnicas me juzga. Siempre ha ocurrido, pero bueno, yo hago lo que me apasiona. No voy a parar por esto».

¿Sientes que el odio se deben al medio que has escogido? «Al fin y al cabo, detrás de una pantalla es muchísimo más fácil comentar. Opino que TikTok es muy tóxica a nivel de comentarios y odio».

Hablando de redes sociales, ¿qué opinas de la astrología? «Yo lo respeto pero hay un algo que debo decir. La astrología no es una ciencia. Entonces, yo como científica me molesta un poco que se hable de ella como tal. Al fin y al cabo, lo veo como creer en algo. ¿Crees en que los planetas influyen en ti de algún modo? Vale, genial, pero es imposible demostrarlo. Yo sí puedo, en cambi0, enseñar que un planeta y su órbita no puede hacer esto o, si lo hace, es un grado mínimo».

«Me encantaría ver a más mujeres de mi edad haciendo divulgación»

¿Has presenciado que lo que haces atrae a gente nueva a este mundo? «Yo opino que sí. Yo lo que explico son simplificaciones de los mismos conceptos matemáticos pero te pueden atraer otras partes. Si te llama la atención creo que es positivo. Yo con cinco años leía por curiosidad, no estudiaba matemáticas. Luego, comprendes que responde las dudas que tienes, te enseña a ver el mundo de una forma más analítica, diferente. Creo que una cosa puede llevarte a la otra».

¿Piensas que te ve gente que no se relaciona con la física? «O sea, yo no sabría decirte estadísticas exactas, pero yo creo que sí. Aunque quizás simplemente nunca se han interesado por la hasta el momento o que no tienen conocimientos de esta. En parte me alegra porque es al público al que pretendo dirigirme. Yo quiero dirigirme a personas que antes odiaban la ciencia y ahora les llama más la atención. A veces me paran por la calle o me escriben por mi estética, que no tiene nada que ver con mi temática. Al principio me molestaba esto ya que subía un vídeo muy trabajado sobre minas, por ejemplo, y los comentarios eran de mis uñas. Actualmente no me afecta tanto, es intrínseco a mi personaje. Me encantaría ver a más mujeres de mi edad haciendo divulgación».

Quienes asistan al evento podrán hacerlo en calidad de ponente u oyente. En el caso que se desee exponer un proyecto o trabajo de divulgación científica, cada persona tendrán 5 minutos para explicar su iniciativa. El evento comenzará a las 15.30 horas y  la entrada será gratuita.

Desde el Museo de la Ciencia y el Cosmos subrayan que ha crecido el número de personas que se dedican a la rama de las ciencias, de manera completa o parcial, a divulgar aspectos generales de la ciencia o de sus propias investigaciones. El auge de las redes sociales ha facilitado este trabajo a causa de la aceptación y demanda informativa por parte del público.

En las Islas este fenómeno también ha ocurrido. El interés de la audiencia, los proyectos de divulgación universitarios y las iniciativas de los distintos centros de investigación se han traducido en un incremento del  número de profesionales que focalizan su trabajo en la difusión y la comunicación de la ciencia.

Por eso es contradictorio que cuando se descubre un objeto o fenómeno en el espacio cuyo origen podría ser artificial, la mayoría de la comunidad científica parece dejar esa hipótesis como la última opción, o peor, la rechazan. Pasó cuando se descubrió una estrella que variaba su grado de luminosidad de manera anómala, con lo que se rumoreaba que una civilización alienígena podría haber construido una gran estructura que cubriera su astro para aprovechar su energía. También, en menor medida, con el hallazgo de grandes concentraciones de fosfina en Venus, lo que puede tratarse de un biomarcador, es decir, una firma que podría significar la existencia de vida microbiana en su atmósfera.

El caso más mediático fue Oumuamua, en 2017, el primer objeto que se ha detectado en el Sistema Solar que procedía de su exterior. Se trató de nuestro primer visitante interestelar del que se tienen registros. El problema es que se descubrió demasiado tarde, pues ya se estaba alejando demasiado rápido. Eso hizo que el enigma de su naturaleza no se pudiera revelar. De entre todas las hipótesis que surgieron con rapidez, una pequeña parte de profesionales propuso la idea de que se tratara de una nave alienígena. Si los humanos hemos enviado sondas fuera de nuestro sistema planetario, ¿por qué otros seres avanzados no lo habrían hecho?

Abraham Loeb, el más atrevido

Y no todas esas personas son poco conocidas. El prolífico astrofísico e investigador de Harvard Abraham Loeb no solo sugirió que Oumuamua podía tratarse de una sonda alienígena sino que llegó a afirmarlo. «Era una nave extraterrestre», sigue repitiendo hoy en día. Por estas declaraciones, él mismo denuncia que se ha visto rechazado por el mundo de la ciencia, discriminado o difamado. Hay quienes lo consideran loco, mal científico o genio del marketing, pues aseguran que todas sus proclamaciones solo tienen como objetivo publicitar su libro Extraterrestre: La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra.

Una de esas personas que opina esto último es el físico del Instituto de Astrofísica de Canarias Héctor Socas. Según él, lo que cuenta Loeb sobre su supuesta discriminación profesional «es victimismo». Asimismo, tacha sus prácticas de mala ciencia. Así lo explica el que también es director del  Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife: «Hasta ahora no hemos encontrado nada claro que apunte a vida no terrestre, por lo que estas hipótesis son muy débiles. Es por eso por lo que hacer tales afirmaciones sin tener pruebas es algo que incomoda a nuestra comunidad. No es que descarte o se desprecien esas ideas, sino que no se les ha dado importancia porque no hemos encontrado evidencias de vida fuera de nuestro mundo».

El experto se muestra optimista y espera que esto cambie en el futuro. Cree que estamos cada vez más cerca de toparnos con ese descubrimiento, ese cambio de paradigma que alterará nuestra manera de pensar al darnos cuenta de que la vida no solo se ha abierto paso en La Tierra. Si esto ocurriera, dichas hipótesis cobrarían más fuerza y estarían más sustanciadas. Por el momento, «si estás en tu casa y escuchas un ruido en el patio puedes asumir que es un alien o puedes pensar que es un gato, que según nuestras vivencias sería lo normal», compara Socas.

«No se persigue a quienes buscan vida en el Universo, se les financia»

A pesar de que hay gente que hace esas afirmaciones sin pruebas, otra extensa parte de profesionales de la ciencia se esfuerza en realizar una búsqueda exhaustiva y de manera rigurosa, no solo de vida extraterrestre sino de grandes civilizaciones inteligentes. Tal y como defiende Socas, este es uno de los principales problemas a resolver y se destina mucho dinero a grandes líneas de investigación sobre ello.

Héctor Socas también ha colaborado con la NASA en este tema y recalca que «no he sentido que se te linche, más bien todo lo contrario», pues ha observado que a la gente le interesa este asunto mucho más que otros.

No obstante, el físico menciona que esto da lugar a otro conflicto, el del «mal periodismo científico». A pesar de que entiende que los medios se centren en lo que a la población le llama la atención, él critica que destaquen la «hipótesis alien» por encima de las muchas otras sobre las que se hace menos o nula cobertura informativa, lo que genera desinformación.

El problema de los medios de comunicación

Quizá esa sensación de que en el mundo científico relegan estas hipótesis a la última opción esté provocada por los medios informativos. Cuando se publican noticias sobre estas hipótesis, solo están enfocadas a lo extraterrestre. Lo que enfada a la comunidad científica es que se dejan de lado los demás planteamientos  Y  esto es algo en lo que Socas y el Coordinador de Divulgación de el Instituto de Física Corpuscular de la Universidad de Valencia Alberto Aparici coinciden al completo.

Aparici entiende que a la sociedad le atraiga la idea de vida inteligente fuera de La Tierra, pero argumenta que para su sector lo más importante es poder demostrar que existe. «La posibilidad de que haya elefantes rosas flotando por el Universo está ahí, claro, pero hay que corroborarlo con pruebas», expresa el divulgador.

Alberto Aparici explica como «el periodismo es una muestra representativa de lo que la gente está dispuesta a leer», algo que se ve reflejado en los titulares. Es ahí donde el experto identifica la diferencia entre la comunicación y la ciencia. «Mientras que al primer grupo le interesa lo posible, el segundo se esfuerza en probar mediante certezas que algo es seguro», ultima.

La obra contiene veinte fisquitos acompañados de ilustraciones, ambas expresiones introducidas por el prólogo de Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático y divulgador de referencia a nivel nacional. El nombre de este proyecto matemático, que ahora toma forma de libro, nace de una expresión canaria: fisquito. Un término toma su origen en fisco, que significa «pequeña cantidad de algo». Así, los fisquitos se convierten en píldoras de infoentretenimiento dirigidas al alumnado de dentro y fuera de la Facultad de Ciencias.

En sus inicios, la idea surgió de la necesidad de «animar al estudiantado que comenzaba a estudiar Matemáticas», de forma que sea «un soplo de aire fresco» ante «la sensación apabullante» del ámbito académico. En la actualidad, la iniciativa sigue en curso, tanto es así que en la actualidad están por la undécima temporada. El resto de fisquitos que no aparecen reflejados en el libro pueden visualizarse en el canal de Youtube de la Universidad de La Laguna.

El doctor en Ciencias Biomédicas trasladó a su audiencia «los secretos que esconden las personas que se dedican a las matemáticas». En su afán por la divulgación y por despertar vocaciones científicas en la juventud, demostró cómo se puede llegar a apreciar las Matemáticas una vez se las conoce en profundidad: «Pensamos que las odiamos, pero lo hacemos sobre aquello que creemos que son las Matemáticas. En el momento en el que las comprendes, las amas».

La profesora y licenciada en Matemáticas por la Universidad de La Laguna Edith Padrón fue la encargada de dar la bienvenida al ponente. La profesora destacó la valía y profesionalidad del biólogo en su campo de estudio, así como su poder en el ámbito divulgativo. «En la ciencia es muy importante la interdisciplinariedad y Guido es ese puente perfecto que buscan quienes son especialistas en las Matemáticas y la Biología para avanzar juntos», elogió Padrón.

«¿Por qué nos esconden la verdad?»

El profesor Santos utilizó el cortometraje Donald en el país de las matemáticas (1959) como hilo conductor. Esta pieza cinematográfica es el reflejo de la situación que puede experimentar cualquiera que, sin contextualización, se sumerja en las Matemáticas: un mundo extraño y fantasioso que contiene infinidad de secretos.

El biólogo trasladó a sus oyentes cómo el número áureo, esa cifra irracional que perfila lo considerado como bello, no es el único que nos encontramos en la naturaleza. También, con picardía, señaló que no todas las reglas matemáticas son tan exactas como nos las hacen creer, como ocurre con el Teorema de Pitágoras o el cálculo de las raíces cuadradas de números negativos.

Guido Santos culminó su ponencia con una sencilla pregunta, «¿por qué nos esconden la verdad de las Matemáticas?». Asimismo, el profesor de la Universidad de la Laguna reflexionó sobre el valor social que se le ha dado a esta disciplina a lo largo de los tiempos: una especie alienígena odiada y cada vez menos comprendida.

El concurso, que se realiza en el marco del proyecto europeo MacaroNight: la Noche Europea de los Investigadores de la Macaronesia y es financiado por las acciones Marie Sklodowska-Curie, lleva ya ocho años impulsando el desarrollo de investigaciones.

Quienes participen deberán grabar un vídeo de cinco minutos que explique su labor de investigación de una forma cercana y amena, de tal manera que la ciudadanía pueda conocer la aplicación social que tendrán los resultados. Los vídeos ganadores serán utilizados para el fomento de las vocaciones científicas en las Islas, por lo que el jurado valorará el carácter didáctico y la utilización de un lenguaje sencillo.

Otra característica que se valorará en los vídeos será la claridad y atractivo del título, el uso de un lenguaje divulgativo pero sin pérdida de rigor, la calidad ilustrativa y técnica de las imágenes y la actualidad del tema elegido. Las bases establecen dos premios dotados de 800 euros para el primer clasificado y 200 euros para el segundo.

La Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+I)-CienciaULL organiza y coordina este concurso desde el año 2014. Hasta este momento el certamen estaba acotado a la Universidad de La Laguna, pero el éxito y los buenos resultados alcanzados en las anteriores ediciones ha animado a las entidades organizadoras a abrir esta convocatoria a todas las Islas.

MacaroNight es una iniciativa promovida por La Palma Research Centre, el Fondo Regional para la Ciencia y la tecnología de Azores, la Fundación del Parque Científico Tecnológico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad de Madeira, Fundación General de la Universidad de La Laguna y la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno de Canarias. Este proyecto tiene como principal objetivo acercar la labor de investigación que se desarrolla en Canarias, Madeira y Azores, a través de la organización de un programa de actividades el 27 de noviembre de 2020.

Aunque ya forman parte de nosotros, háblenos de los Fisquitos… «Se tratan de unas minicharlas de diez  minutos que se dan cada jueves, en el Aula Magna de Matemáticas y Física de la ULL de 10.45 a 11.55, durante el curso académico. Fisquiteras y fisquiteros tratan de contar de una manera divulgativa una o dos ideas sobre alguna temática relacionada con su campo, y así despertar la curiosidad en la audiencia. El público en cada sesión está atento, ávido de aprender algo nuevo y vigilante de que el ponente no sobrepase el tiempo estipulado».

¿Por qué terminar ahora? «Porque todos los buenos proyectos tienen que tener un principio y un final. Acabamos con diez temporadas en cinco años. Diez por cinco es cincuenta, y cincuenta son los años de estudios de Matemáticas en la Universidad de La Laguna. Así que los números se han confabulado para indicarnos que hay que echar el telón. Estamos elaborando un libro con veinte fisquitos que pretendemos que salga este año. Será un precioso final».

«Ha sido difícil conseguir mujeres para que se convirtieran en fisquiteras»

¿Cómo y cuándo surgió la idea de estas ponencias? «Surgió hace cinco años. Un día la vicedecana, Candelaria González, me comentó que deberíamos hacer algo para que el alumnado de primero del grado de Matemáticas se motivara. Varios compañeros y yo habíamos organizado años anteriores talleres y conferencias con la idea de complementar la formación, con un carácter muy divulgativo, pero el alumnado no terminaba de participar porque le suponía dedicarle mucho tiempo. En principio pensamos que fuera el profesorado el que contara las microcharlas, pero enseguida algunos alumnos nos dijeron que ellos tenían cosas que contar».

En cuanto a la participación de las mujeres en los Fisquitos, ¿cree que ha aumentado su visibilidad en la divulgación científica? «Es verdad que ha sido difícil conseguir mujeres para que se convirtieran en fisquiteras pero se ha puesto especial atención en que no hubiera ninguna temporada sin mujeres y eso sí lo hemos conseguido. El segundo fisquito de esta temporada lo impartió una alumna, Aitana Martín, con una ponencia preciosa. Creo que es importante que mujeres como ella den este tipo de charlas, así otras se pueden animar».

«No quiero hacer spoiler y desvelar los contenidos que nos esperan»

¿Cómo valora esta última entrega? «Esta es la décima temporada, ya hemos oído 81 fisquitos, la mayor parte de ellos grabados por ULLMedia. Esta última temporada empezó muy bien, los tres ponentes consiguieron un lleno del Aula Magna con algo más de 200 asistentes en cada sesión. Hablaron del estudio de las figuras de plastilina, la topología, el análisis matemático del juego de la ruleta, y de la mejor manera de repartir una pizza para que nos toque más cantidad. Sin embargo, el maldito coronavirus nos ha obligado a aplazar el resto de las sesiones. No quiero hacer spoiler y desvelar los contenidos que nos esperan, así que hay que estar atentos».

¿Tiene en mente algún otro proyecto para el futuro? «Será difícil reemplazarlo. Creo que estas charlas han abierto una ventana a nuevos proyectos que tenemos en mente. Hay dos cosas importantes que los Fisquitos han ayudado a generar. La primera es un grupo de divulgadoras y divulgadores de las ciencias en la ULL, pues este año nos hemos constituido en Aula Cultural y estamos organizando múltiples actividades para un público variado. El otro aspecto relevante es que han sido una muy buena escuela para el alumnado, ya que ha aprendido a comunicar y a transmitir una idea, y esto es importantísimo en una sociedad como la nuestra».

El programa centrará su recorrido en las Pirámides de Güímar, que cuenta con un convenio marco de colaboración y asesoramiento suscrito con la ULL. Este evento se realiza con el objetivo de que el alumnado adquiera las competencias necesarias para desarrollar actuaciones relacionadas con la divulgación científica y el turismo sostenible. Es necesario, destaca la profesora Martín, fomentar la difusión de estos temas en todos los niveles educativos, no únicamente en el universitario. Así, asegura lograr una base imprescindible para el desarrollo de una cultura científica en el adulto.

Agrega también la relevancia de este evento: «Los itinerarios dan a conocer la biodiversidad que se desarrolla en los jardines botánicos, que son museos vivos con tres objetivos muy definidos: la educación, la investigación y la conservación del patrimonio botánico de nuestro Planeta. Hasta el momento es nuestra única casa y de la que dependemos, pero parece que no nos percatamos de ello o no queremos darnos cuenta».

«El concepto de revista, en realidad, no define a la perfección lo que es Hipótesis”, afirmó Juanjo Martín. La publicación digital está diseñada para ser leída únicamente a través de una aplicación disponible en Google Play y App Store, y desde que la idea se empezó a plantear se tuvo claro que tenía que tratarse de algo atractivo visualmente.

En cuanto al contenido de la aplicación, Martín subrayó que “los terraplanistas, los negacionistas del cambio climático, los supuestos casos paranormales y las pseudoterapias son algunas de las evidencias más claras de que estamos en guerra”. Asimismo, señaló la creación de nuevos canales de investigación como una manera de luchar contra los constantes ataques a la ciencia.

Además, la revista también incorpora otras temáticas relacionadas con las Humanidades, la Historia, la Filosofía o la Antropología. La razón, señaló Juanjo Martín, es que uno de sus objetivos principales es derribar el muro entre las ciencias y las letras: «Crear una manera de acercar los dos mundos a través de la investigación».

El objetivo planteado por parte de la organización será formar a una nueva generación de divulgadores científicos que refuercen este pilar tan importante sobre el que se sostiene la materia. Los contenidos se estructurarán en tres bloques: compuestos por la Organización (la gestión de recursos en el espacio y en el tiempo, así como la valoración y concatenación adecuada de objetivos), la Generación de Contenidos (el trabajo que abarca desde la documentación hasta la elaboración de lo que se pretende divulgar) y la Exposición (la fase final en la que se presentan los resultados al público).

El taller se celebrará en el aula 5 del Edificio Blanco de las secciones de Física y Matemáticas y estará dirigido por María Jesús Arévalo Morales, profesora titular del Departamento de Astrofísica y directora del Aula Cultural Cassiopeia de la ULL, y Josep Albert Perellón Font, codirector del colectivo universitario. La fecha de inscripción permanecerá abierta hasta el 22 de octubre.

Por último, cabe destacar que la matrícula necesaria para asistir al curso tendrá tres opciones posibles: una tarifa general para todo el público por 22 euros; 15,40 para alumnado, jubilados y desempleados; y 5 para los miembros del Aula Cultural, estos dos últimos premiados con 1 ECTS.