Esperanza – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Sun, 14 Mar 2021 17:34:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Esperanza – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 Divino tesoro https://periodismo01.ull.es/divino-tesoro/ Sun, 14 Mar 2021 07:00:19 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=155716 Nos ha cambiado la vida. Desde el 13 de marzo de 2020 la empatía hacia muchas partes de la sociedad ha sido necesaria a la par que enorme. Pero, ¿a la juventud qué papel se le ha dado? Salimos de forma cautelosa de una crisis que, por lo que escuchábamos, empezaba a arrebatar nuestros sueños y metas. Fuimos personajes principales de un capítulo en el que no servíamos, éramos insuficientes y, según la sociedad, carecíamos de ganas de trabajar. Y, encima, ahora, la Covid-19 viene a oscurecernos el camino un poquito más.

Nos encierran, el miedo por nuestras familias es indescriptible. Nos sorprende una ansiedad vehemente con la que nunca habíamos tenido que coincidir, y la hicimos nuestra compañera. La quisimos tanto que nos saludaba desde el primer momento de la mañana, cuando los informativos auguraban un futuro lleno de desempleo y precariedad, y nos despedía por las noches para recordarnos que éramos insignificantes y que, encima, comenzábamos a ser malas personas.

Aunque la lluvia de información sobre la enfermedad no permitía escuchar otros datos, el 73 % de las personas entre 16 y 29 años sintió la necesidad de pedir ayuda durante el confinamiento, según revela UNICEF. Era un secreto a voces y nadie se percató.

«¿Cuántas veces se ha dado aliento a la generación de un futuro que en el mismo presente ya lloraba por verlo roto?»

Fiestas, botellones, alcohol e irresponsabilidad. ¿Cuántas veces hemos leído que teníamos que cargar con cientos de rebrotes y muertes? ¿Cuántas veces se nos ha pedido precaución y cuidado, sin si quiera saber qué teníamos entre manos? Quizás, la última pregunta es la más compleja, pero, díganme, ¿cuántas veces se ha dado aliento a la generación de un futuro que en el mismo presente ya lloraba por verlo roto?

Disculpen el atrevimiento, pero somos sensibles, en ocasiones débiles,  y tenemos muchos más objetivos vitales que salir a divertirnos. Hemos estudiado en situaciones inimaginables para docentes y alumnado. Hemos hablado bajito para no hacer ruido y no tapar lo importante. Y nos hemos callado cuando nos han llamado culpables. El paro juvenil para menores de veinte años, según el EPA, asciende a un 85,2 %, y, pese a eso, seguimos sacando la motivación de lugares inimaginables para demostrar que no somos como nos han pintado.

Por supuesto, hay una parte nefasta a la que no quiero nombrar. A quienes mancharon nuestro nombre con risas, fiestas y faltas de respeto constante. A quienes valoraron más la vida social que un futuro potencial. A quienes no pensaron en su abuela ni en su abuelo. De esa parte, si me disculpan, no quiero hablar, porque son minoría y ya han hecho mucho daño y malestar.

Antes de acabar, me gustaría recordar que la ansiedad, el miedo y la tristeza forman parte de la realidad. Lo que oculta una sonrisa es mucho más grande de lo que puede albergar la imaginación. Por favor, empaticen con nuestra situación, vuelvan a darnos esperanzas y apoyo. Sin juzgarnos, sin poner más piedras en el camino. Háganos entender que somos una juventud apasionante y que es mucho el futuro que nos queda por delante. Háganlo antes de que se acabe, porque ya dijo Darío que este divino tesoro se irá para no volver y una vez marchado poco podremos hacer.

 

 

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Música y Poesía, en el Búho Club https://periodismo01.ull.es/musica-y-poesia-en-el-buho-club-la-laguna/ Sun, 26 Nov 2017 18:00:24 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=40679 El Búho Club La Laguna acogió ayer el concierto de dos jóvenes artistas. Lucía Sweeran y Danhy Lobato fueron los protagonistas de una velada en la que se fusionó la música y la poesía. Ambos, estudiantes de la Universidad de La Laguna, hicieron estremecer al son de sus canciones y poemas a los espectadores que llenaron el local lagunero hasta las 22.30 horas.

A las 20.30 horas, daba comienzo el espectáculo con varios teloneros invitados. Canciones propias y otras más conocidas sonaron de la mano de Aythami Baute, Tori Ferrer y Eric Pérez. A continuación, subió al escenario Danhy Lobato acompañado de Fran Gutiérrez, el pianista. «No va a ser un concierto exactamente porque, como saben, llevo tanto tiempo en la música como en la poesía. Y por eso es que quiero dedicarlo a la poesía», e iniciaron la función recitando un pequeño poema con una dulce sintonía de piano que resonaba de fondo. “Mi objetivo es cambiar el panorama, salir de lo comercial e inculcar una forma de contar las cosas fuera de lo convencional”. Tras esta introducción, pronunció otros dos poemas: Oscura diafanía y Hemistiquio de un demente, antes de dar paso a la protagonista de la noche

Café frío, no quiero que vuelvas y mantra en verso, el postre de la velada


Entre ánimos y aplausos por parte de sus seres más queridos, Lucía Sweeran subió al escenario junto a su fiel compañera, la guitarra. Café frío y No quiero que vuelvas fueron dos de las canciones propias con las que comenzó su interpretación en el espacio del Búho Club. Seguidamente, entonó Nunca entendiste una melodía que, según explicó, «habla de amor plagado de misoginia”. Un tema que ella definió como su “grito de ayuda».

La noche siguió. Paula, la ganadora del concurso creado por los jóvenes artistas a través de las redes sociales, se dispuso a subir para hacer sonar, junto al pianista, un pequeño fragmento de una canción. Al finalizar, Lobato, que se encontraba entre bastidores, salió en pijama y con un peluche para representar el siguiente verso que recitó, Poema para un niño que ha crecido, seguido de Aún te quiero y Esperanza.

La última intervención de Lucía estuvo marcada por lo que ella consideró “la parte feliz” de su actuación. Así, versionó Jesucristo García, del grupo español Extremoduro, y continuó con Primavera, Si no eres tú y, para finalizar, el éxito de Jarabe de Palo La flaca, junto a una de sus mejores amigas al bajo.

«A quienes valoran la cultura musical les quiero dar las gracias», fueron las últimas palabras, acompañadas de unas estrofas del poema Mantra en verso, de Danhy Lobato. Con ellas, se puso fin a una noche donde la poesía y la música fueron uno.

Una coincidencia que les llevó a compartir escenario


Lucía y Danhy, se conocieron hace dos años, y la casualidad les hizo coincidir en la noche de ayer. Él, estudiante de Administración y Dirección de Empresa de la Universidad de La Laguna, confesó que en realidad, se llamaba Julio y que su nombre artístico estaba marcado por su parte oscura y sus sentimientos. Asimismo, confirmó en una pequeña entrevista para PERIODISMO ULL que lleva 9 años en la música pero que “lo que realmente le gustó a la gente era la poesía con la que empecé hace dos años. Comencé a escribir por desahogo, y en esa época había sufrido la pérdida física de mi pareja sumado a otras cosas”, aseveró.

Lucía Sweeran, también estudiante de la ULL en el Grado de Psicología, complementa sus estudios con los de Conservatorio, donde lleva ya cinco años. Su nombre artístico es la mezcla de los apellidos de dos cantantes famosos: Ed Sheeran y Taylor Swift. Además, reveló a nuestro periódico que “escribir es quitarme todo lo que llevo dentro y poder enseñárselo a los demás y, cuando los demás lo sienten, eso me llena y me hace feliz. Por eso seguí y pretendo continuar en esto”, explicó.

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