¿Cómo fue su comienzo en la música? «Pues la música la vivo desde siempre, desde que era pequeñito, pues siempre he disfrutado de todo tipo de géneros musicales, pero siempre alejado de los escenarios». 

¿Cómo se definiría como artista? «Como artista creo que soy bastante fiel a como soy con mis amigos, familiares y conocidos. Realmente me he criado bajo una manta de humildad, respeto y trabajo. Hago respetar mi trabajo, pero jamás tendré como opción pisar o mirar por encima del hombro a nadie. Vivo y soy feliz viendo como los demás disfrutan de lo que me gusta, cantar». 

¿Qué artista le han inspirado en el transcurso de su carrera? «Es complicado decidirme realmente, pero sin duda he encontrado inspiración en artistas como, Carlos Rivera, Leoni Torres, Dacio Ferrera o Ico Arrocha». 

Canta diferentes géneros musicales, ¿con cuál es con el que se siente más cómodo? «Sí, claro. A día de hoy canto Pop, Pop latino, Son cubano, salsa, folklore… Realmente canto un poco de todo y no podría decidirme únicamente por uno».

«El folclore es una parte indispensable de mi vida»

El folclore es parte de su vida, ¿cómo definirías lo que es para usted?  «Para mí el folclore de mi tierra, es sobre todo un signo de identidad. Me acompaña desde que era un niño, es una parte indispensable de mi vida y negar este vínculo sería negar hasta mi propia existencia».

¿Cómo ve el folclore en la actualidad?, ¿Por qué no tiene tanto público como otra música? «Pues es un tema realmente preocupante. A día de hoy, creo que el folklore no se está dando a conocer como se debería; existe una gran precariedad en cuanto a su promoción y en ocasiones hasta el propio sistema educativo del archipiélago desestima lo relacionado a nuestra idiosincrasia y promueve más la cultura foránea. Y claro está, si no se le da una visibilidad suficiente es más complicado que no tenga tanto público».

En la actualidad le hemos podido ver en el programa Noche de Taifas, ¿cómo fue la primera vez en el programa? ¿Le gustó la experiencia?  «Ha sido una experiencia que me ha curtido mucho como cantante, la primera vez que fui hace años realmente pasé muchos nervios, ya que, en otras ocasiones había ido al programa siendo yo miembro de colectivos musicales. En este caso, me tocó vivirlo de manera individual. Ahora, pasados varios años y habiendo ido al programa en muchas más ocasiones, agradezco realmente haber conocido a muchas personas que me siguen acompañando y enseñado a día de hoy».

¿Le gustaría participar en otros programas? «Siempre me han llamado la atención programas como Operación Triunfo, pero en ocasiones pienso que no estoy hecho para esos mundos».

¿Tiene algunos proyectos? «A día de hoy estoy abriendo mi propio camino en géneros como el Son Cubano, con un grupo que reside en la isla de La Palma y nos movemos por el Archipiélago principalmente. Asimismo, estoy dando paso también a nuevos grupos que aún están en fase de desarrollo».

Los objetivos son dotar al alumnado de los conocimientos necesarios que le lleven a comprender y profundizar en la influencia en Canarias de la décima, la improvisación poética y de transmisión oral. También quieren concienciar al alumnado de la importancia y utilidad de la composición a la hora de canalizar emociones y desarrollar destrezas a nivel lingüístico y cognitivo. Y, por supuesto, dar a conocer el interés por la interacción que estos fenómenos han propiciado entre la cultura canaria e iberoamericana.

Entre los temas que se analizarán está la cultura popular del folclore, que, según Justo Roberto Cruz, catedrático del Departamento de Física de la Universidad de La Laguna, «el énfasis está centrado en la influencia que ha tenido en Canarias la interconexión con América como consecuencia de la ida y vuelta de los emigrantes desde finales del siglo XIX, como en las abundantes visitas e intercambios culturales de los últimos años».

«Fasnia tiene un patrimonio cultural, social y etnográfico único que se está perdiendo»

El curso se dividirá en tres partes. La primera sesión de cada día será teórica y se fomentará el debate entre el profesorado y estudiantado acerca de diferentes temas. La segunda sesión diaria será práctica y se pondrá sobre la mesa distintos tópicos estudiados durante el inicio del evento. «Fasnia tiene un patrimonio cultural, social y etnográfico único, el cual corre el riesgo de ser irrecuperable a medida que las generaciones van desapareciendo. No hablo de las personas ilustres, sino del conocimiento encerrado en personas anónimas y costumbres que se van perdiendo», explica Francisco Javier Díaz Díaz, profesor en el departamento de Matemáticas, Estadística e Investigación Operativa de la ULL.

La formación está dirigida a personas interesadas en acercarse a la cultura de la décima, una estrofa creada en el siglo de Oro por el poeta malagueño Vicente Gómez Martínez Espinel, que a lo largo del tiempo se extendió en la poesía popular, principalmente en Canarias. Las sesiones tendrán una duración aproximada de tres horas en total.

El profesor Francisco Díaz asegura que «existen proyectos que se están desarrollando en diferentes colegios e institutos en los que no solo se anima al alumnado a interesarse por el mundo de la poesía o la cultura, sino que se les insta a encontrar esos tesoros todavía escondidos». La décima es una parte importante de nuestro patrimonio y este curso permitirá ampliar su difusión.

No obstante, a pesar de la riqueza cultural que entraña el folclore canario, este parece ser cada vez menos atractivo para la juventud. Actualmente, la mayor parte de las agrupaciones folclóricas, grupos, rondallas, etc. cuentan con un índice muy bajo de participación por parte de personas menores de treinta años. Lucía Estévez, Marcos Antonio Luis, Alberto Sosa, Marta Hernández y Alicia Hernández, cinco jóvenes del norte de Tenerife, son de las pocas excepciones que rompen la regla.

Aunque individualmente cuentan con estilos de vida diferentes, lo que los une es su pasión por mantener vivas las tradiciones y costumbres de las Islas a través del folclore. En la actualidad, Lucía Estévez es estudiante del grado de Derecho en la Universidad de La Laguna. Por su parte, Marcos Antonio Luis cursa segundo de bachillerato y sueña con ingresar en el grado de Química.

Por otro lado, Alberto Sosa se graduó en la ULL del grado de Ingeniería Civil y ejerce su oficio en una empresa de Tenerife. Marta Hernández, quien realizó la totalidad de sus estudios superiores en la ULL, es matemática y profesora de ESO. Y, por último, su hermana Alicia Hernández es estudiante del grado de Arquitectura Técnica en la ULL.

«Empecé en esto del folclore cuando aún no tenía ni diez años», es una frase que actúa como nexo común entre los cinco y, quizás, sea la clave para entender por qué estos jóvenes continúan eligiendo esta actividad como su hobby. Sin prejuicios ni vergüenzas comenzaron a cantar, bailar o tocar algún instrumento sin todavía entender muy bien lo que aquello significaba.

De generación en generación

Otra clave para entender la pasión de estos jóvenes por el folclore es la tradición familiar. Un claro ejemplo de ello son Alicia y su hermana Marta Hernández. Ambas crecieron escuchando el rasgueo de las cuerdas del timple pues su padre, Emiliano Hernández, es artesano y fabrica este instrumento tan típico de la música canaria. «En mi casa, desde siempre, se han vivido las fiestas de La Orotava con mucha pasión. Eso me ha llevado a sentir una conexión especial con el folclore», asevera Alicia Hernández. A lo largo de sus vidas, sus padres les incitaron a pertenecer a múltiples asociaciones culturales, grupos, etc. donde aprendieron a, por ejemplo, bailar, cantar o confeccionar trajes típicos.

Al igual que ellas, muchos otros niños y niñas comenzaron sus andaduras en el folclore gracias a sus familiares. Este hecho no es casualidad, pues una de las características del folclore es su transmisión de manera informal entre individuos de una misma comunidad.

«Creo que llegará un momento en el que los jóvenes dejarán de elegir el folclore como pasatiempo»

Existen diversos estigmas asociados al folclore que han producido un distanciamiento por parte de los jóvenes. «Muchas personas me preguntan si me gusta realmente. Lo ven como algo atípico», afirma Lucía Estévez. La supuesta ruralidad o las diferencias de edad entre los miembros de los grupos parecen resultar poco atractivos para muchos adolescentes.

La consecuencia más visible de estos estigmas se manifiesta a través de la opinión general de la juventud. Marcos Antonio Luis apunta ante ello: «Si no se sigue fomentando creo que llegará un momento en el que los jóvenes dejarán de elegir el folclore como pasatiempo».

Este fomento, asegura Marta Hernández, «se debe potenciar desde el aula a través de la inclusión de contenidos canarios en los planes de estudio». El hecho de que los primeros contactos de una persona con el folclore se den a una temprana edad y el entorno escolar facilita el reconocimiento de esta actividad como una alternativa de ocio más en la que poder participar. «Es cierto que a día de hoy existe una mayor oferta de ocio, pero sería interesante que los jóvenes también tuvieran en mente la opción del folclore», apunta Alberto Sosa.