La profesora dividió su conferencia en tres partes. La primera tuvo como objetivo el análisis del estado de la figura femenina en el deporte, refiriéndose a los datos que han sido publicados recientemente. Como segunda parte de la presentación, según ella misma la más interesante, reflexionó por qué hoy en día pasa lo que pasa en el deporte femenino y por qué nos encontramos en esta posición. Por último, el tercer punto lo enfocó en los retos, en los que los asistentes pudieron participar para cambiar la situación o, al menos, intentar mejorarla.

Hablando de la práctica deportiva por géneros, Lecumberri encontró una diferencia: las mujeres mayoritariamente hacen ejercicio para conservar una buena línea en su organismo, mientras que el porcentaje de los hombres en esta cuestión es muy bajo. En cuanto a la infancia, entre los seis y siete años, la mayoría de chicos y chicas tienden a hacer ejercicio, aunque a partir de los once o doce, las estadísticas bajan de forma considerable y las niñas desaparecen de la práctica gimnástica.

A su vez, comentó que a través de un estudio reciente realizado en las comunidades autónomas españolas, se descubrió que la presencia de estudiantes en el grado de CAFD desciende y, como siga así, en el futuro habrá escasas entrenadoras y profesionales de la enseñanza física.

«No es justo que en los baños se represente a la mujer con una falda acampanada»

La ponente invitó al público presente a elaborar una reflexión: ¿Por qué en los servicios de todo el Planeta se representa a la mujer con una falda de campana? Para Cati Lecumberri esto no es razonable, ya que casi ninguna mujer hoy en día usa ese modelo. A raíz de este ejemplo, propuso un nuevo reto, el de transformar el concepto de balón por melón, para asimilar así la habilidad deportiva con una dimensión más abierta en la que dentro hay muchas «pepitas». Estas pueden ser salud, amistad, valores, educación, etc. «Si logramos entender el deporte de esa manera, será más democrático, ya que todas las personas podrían pertenecer a este universo», admitió la pedagoga.

Lecumberri concluyó la exposición afianzando que los ejercicios físicos deben ser un escenario en el cual podamos adquirir conocimientos para luego transportarlos a otros ámbitos de la sociedad y de nuestra existencia. Además, agradeció a la Organización haber confiado en ella, afirmando que «es un honor venir a Tenerife a colaborar y, sobre todo, a aprender otras formas de comprender el género deportivo».

El foro continuó con una breve clase llevada a cabo por Candelaria Vera Luis, técnica deportiva y exdeportista de élite.

La iniciativa se desarrollará en los días 24 y 25 de octubre en el Aula Magna de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo. La jornada de mañana, que comenzará a las 16.00 horas, contará con una ponencia inaugural; una pausa saludable en la que habrá cinco minutos de actividad física y un aperitivo; una tertulia en la que intervendrán seis profesionales; un espacio de micrófonos abiertos; y un debate de despedida culminando así a las 20.00 horas. Por su parte, el viernes a partir de las 09.00 horas tendrán lugar más ponencias; una mesa redonda; un maratón de ideas, una mesa de experiencias y, finalmente, el acto de clausura hasta las 20.00 horas.

La finalidad de estas actividades es reflexionar sobre la práctica físico-deportiva desde la perspectiva de género e incorporar las claves necesarias para conseguir la paridad entre hombres y mujeres. Asimismo, en esta edición se pretende dar voz a los proyectos ejemplares en materia de igualdad para su reconocimiento social y motivación de otros.

A pesar de que la entrada al Foro es libre, el cupo de inscripciones está completo desde hace una semana. Sin embargo, todavía se puede rellenar el formulario y permanecer en lista de espera hasta que haya posibilidad de encontrar una plaza vacía. La grabación completa del acto se publicará en las redes sociales tras la celebración del mismo. Además, durante todo el evento estarán presentes intérpretes de lengua de signos.

Pese a que no quiso introducir contenidos sobre la historia de la educación física, sí que matizó que «venimos de la gimnasia del mejor, en la que una mujer nunca podrá superar la calificación de un hombre». Además, «si destacabas en algún deporte te consideraban como un macho más».

Por otro lado, Lucía Quintero hizo mención a la normalización de la regla en el aula, pues «a pesar de estar en el siglo XXI, sigue siendo un tema tabú en los centros». Al respecto, señaló que «tenemos que hablar con el alumnado y recordar que no es una enfermedad».

Ultimate, baloncodo o spikeball

La ponente habló, además, sobre que «las relaciones de poder se suelen manifestar por una lucha del espacio de deporte», por lo que «una solución puede ser dividir el espacio de manera equilibrada por materiales pero nunca por sexo, al igual que la distribución de material no estereotipado». La idea, subrayó, «es que fomentemos la práctica de deportes no convencionales como ultimate, baloncodo o spikeball, que no sesgan según el sexo».

Lucía Quintero tampoco se olvidó de aplicar «diversidad sin etiquetas» en las aulas. Así, sugirió formar grupos según el peinado, el color de la ropa…

Referentes deportivos

Abogó, asimismo, por buscar referentes deportivos en términos de igualdad. Por ejemplo, «chicos que practiquen deportes estereotipadamente feminizados o chicas que destacan en disciplinas estereotipadamente masculinizadas». En este sentido, Quintero instó a dos de sus alumnos del IES Punta Larga, Amado y Talía, a contar sus vivencias.

Amado practica gimnasia rítmica y sintió menosprecio desde sus comienzos como atleta: «Cuando empecé, mi equipo en Güímar era conocido como el del ‘chico’. No obstante, me siento orgulloso de serlo y seguir practicándolo».  Talía, por su parte, recuerda que cuando decidió inscribirse en boxeo «nadie quería competir con ella, ya que todos eran chicos y tenían miedo de hacerle daño».

Vídeo: Rita Robaina / Rap: Keta