¿Cómo se define? «Un chico con suerte, no me considero actor, no me considero cómico. Para mí decirlo de esta forma me libera, yo siento que estoy investigando, probando cosas que me gustan y por eso me defino como un tío con suerte».

¿De dónde nacen esas ganas por hacer humor? «Empecé hace ocho años a hacer vídeos. Siempre me ha llamado la atención la risa. Sobre todo lo hago porque sé que algún día moriré y tengo la sensación de que tengo que entretenerme a mí mismo, como si fuera yo mi hijo. También es verdad que yo pienso mucho en el público, pero en el teatro hay un lema que es, si yo no me divierto nadie se va a divertir. Se transmite todo en un escenario».

«Es una locura la organización que tienen en la cabeza las personas que improvisan»

¿Cómo surgen esas ideas? «Las ideas parten de como se me ordena a mí la cabeza. Todo el mundo tiene ansiedad y cada uno la atiende de forma distinta. Pues yo atiendo mis situaciones diarias de una manera distinta. A mi me viene lo absurdo de lo cotidiano, esas ideas que parten de las cosas más básicas, yo las convierto en algo muy complejo».

¿Cómo llegaste a ser humorista? «He ido llegando hasta aquí gracias a muchas compañeras y compañeros. Empecé con la improvisadora teatral, Delia Santana, luego gracias a Abubukaka, sobre todo a Carlos Pedrós, que es como mi hermano mayor, quien me impulsó. También a Aarón Gómez, que me dio muchas oportunidades y me aguanta muchas cosas. A Kike Pérez también le agradezco que me dejara momentos para compartir con él. Casi con todo el mundo he podido colaborar y siento que me han acogido muy bien».

«Tengo miedo al momento de antes de morir»

¿Siempre se ha visto como cómico? «No, tampoco me veo ahora. Siempre que me preguntan esto se me viene a la mente una imagen mía en bachillerato pensando en que me voy a morir algún día. En esos momentos lo que hacía era levantarme de la silla e irme. Mi intención no era faltar al respeto a mis docentes, pero necesitaba hacer algo, irme a la playa o jugar, porque tenía mucha ansiedad y veía que la vida era muy limitada. Tenía  y tengo miedo al momentito de antes de morir. Toda mi adolescencia fue ansiedad pura y  se basó en ser un cagón».

¿Qué esperas transmitir en cada show? «Yo hago todo lo posible para que la gente lo pase bien. No me gusta el término desconectar, prefiero pensar en que conectan y que estamos viendo este absurdo espectáculo. Lo que quiero transmitir realmente es que las personas no estamos solas y demostrar que nada es realmente tan importante»

¿Qué proyectos tienes en mente para este 2023? «Lo que yo quiero en realidad es empezar a montar mi nueva obra que saldrá este próximo mes de marzo en el Teatro Leal de La Laguna. También estoy trabajando en algunas series. Pero realmente ahora quiero centrarme en mi show, que espero que sea una nueva etapa, muy atrevida y arriesgada».

Entre el público se encontraba una mujer que había escrito unos días antes al cómico diciéndole que el cumpleaños del novio era el mismo día que su show. Díaz localizó al cumpleañero entre el público y  como obsequio le regalo la muela causante del hipo, «te voy a regalar un euro, pero para ello pon esta noche el diente debajo de la almohada», dijo el humorista.

Díaz hizo chistes de experiencia personal de cuando estuvo viviendo en Madrid, propios del humorista Kike Pérez, «aquí no se dice muyayo» o «las personas canarias tienen acento raro» fueron algunos entre ellos. También hizo alusión a los famosos chistes de Jaimito o como él decía «Jimmy».

Entre los múltiples temas de su vida que abordo durante la noche contó el lastre que lleva cargando desde que era pequeño, «todo el mundo me llama Adrián», «mi nombre es Abián Díaz y el día que sea padre llamaré a mi progenitor Buenos, para que cuando pasen lista suene sonoro el Buenos Díaz», una broma que dejó al público sin aliento.

«Ajo y agua viene de a joderse y aguantarse»

Entre las risas, el cómico dio paso a una reflexión sobre el día de su muerte. «Estamos aquí de paso», fue una de las frases que marcó a quienes asistieron. Aparte, contó como quería que fuera el día de su funeral, un día único para seguir siendo recordado. Entre los momentos filosóficos que nos regalaba el humorista se proyectó un vídeo de él bailando al desnudo, una imagen que dejó a la multitud sin habla.

El evento contó con la aparición sorpresa de Carlos Pedrós y Víctor Hubara, componentes de Abubukaka y compañeros de profesión de Díaz. Los cómicos contagiando a todo el Paraninfo con su humor centraron la conversación en el proyecto de Cuna del Alma, mostrando su mayor preocupación en las orcas y en que están en contra de la construcción porque «no pueden permitirse una mansión ahí».

Cuando ya se estaba acercando el fin del show, el cómico dijo que lo peor que se le da son los cierres, por lo que esta vez quería terminar con alguien del público. «¿Alguien ha tenido una semana mala?», preguntó a las personas del teatro. Entre ellas se encontraba una chica que levantó la mano, y fue la elegida para subir al escenario y bailar al ritmo de la música para finalizar la noche.