Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid en 1986, su trayectoria profesional siempre ha estado ligada al mundo deportivo. ¿Por qué eligió este camino? “Desde pequeña, siempre me aficionó el deporte. Me gustaba y me gusta practicarlo. Mis compañeros de promoción, Vicente Vallés o Fran Llorente, tuvieron claro desde el primer día de carrera que querían dedicarse a la política. Yo, por el contrario, siempre quise deporte. Paco Lobatón, cuando dejó de presentar el telediario, hizo un programa sobre el Parlamento y me quiso llevar, pero me negué. ¿Qué hacía hablando de política? Yo sabía lo que quería».

Su voz inconfundible destaca en las narraciones de campeonatos de gimnasia rítmica, patinaje artístico o hípica. ¿Es satisfactorio este reconocimiento por parte del público? “La gente me conoce más bien por la voz que por la cara. Me encuentro muy bien haciendo lo que hago, me documento, trabajo duro para hacer las cosas de manera correcta. El que piense que al terminar la carrera deja de estudiar está muy equivocado. Hay que continuar con el aprendizaje. Te tiene que diferenciar del resto tu preparación y, para ello, tienes que darle tiempo; tienes que especializarte. Luego, debes intentar llegar al público. Yo, por ejemplo, lo que hago es contarle a la gente las cosas utilizando un lenguaje accesible a ellos, teniendo en cuenta que los deportes que yo transmito son muy técnicos”.

Su experiencia en la cobertura de los Juegos Olímpicos es muy distendida. ¿Cómo calificaría un despliegue informativo de estas características?  “Es brutal. Unos JJ. OO. empiezan a prepararse dos años antes de que se disputen. Ahora mismo, en 2018, estarán empezando a prepararse los de 2020 de Tokio. Todas las televisiones deben prepararlo a la vez con el comité organizador y con la empresa que organiza toda la señal televisiva y esto avanza en silencio, es invisible. La gente ve las Olimpiadas y ve a los periodistas allí, pero no sabe todo el trabajo que hay detrás”.

«No estaré en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020»

Ha estado presente en la cobertura de los Juegos Olímpicos de Verano de manera ininterrumpida desde Seúl 1988 hasta Río 2016. ¿Repetirá en los próximos? “No. Esto se debe a que los derechos de las Olimpiadas los ha comprado Eurosport para las ediciones de 2018, 2020, 2022 y 2024. Salvo que TVE negocie con el canal una sublicencia o una compra, no creo que participe. Creo que los de Río fueron mis últimos Juegos».

¿Guarda con especial apego la locución de alguna competición? “Todas en las que hay medallas de deportistas españoles tienen un punto de emoción, no solo por el hecho de ser los que nos representan, también porque te das cuenta de que eres tú la que lo va a contar. Esto tienen un plus de intensidad”.

¿Cree que el papel de la mujer está infravalorado en los medios de comunicación y en el deporte? «Es algo por lo que llevo luchando desde el metro cuadrado que me ha tocado en esta sociedad. No solo las deportistas tienen que tener su espacio. Las mujeres somos el 50 % de la población y debemos tener la posibilidad de demostrar la valía, preparación y formación que tenemos. Se debe reconocer que estamos tan capacitadas como los hombres para ocupar los puestos de gestión”.

«Las mujeres somos el 50 % de la población y debemos tener la posibilidad de mostrar nuestra valía»

¿Cuál es su postura con respecto a las reivindicaciones de los “Viernes Negros” del personal de Radio Televisión Española? “Allí he estado, me he hecho mi foto de negro todos los viernes. Llevo 32 años en RTVE y he visto pasar por allí a 14 directores generales y 14 de televisión. No hay nada que sea perfecto, pero el equilibrio en la información y en la manera de contar las noticias tiene que ser imprescindible en la televisión pública. En los últimos años, sinceramente, creo que no ha sido así. Se ha hablado más de entretenimiento en los telediarios que de la propia información y eso es otra manera de desinformar. La televisión pública es un caramelo muy apetitoso para todos los gobiernos”.

¿Qué le ha parecido su experiencia en la Universidad de Verano de Adeje? “Excelente. El concejal de deportes, Adolfo Alonso, me propuso hacer la ponencia inaugural y la hice. Fue un honor estar aquí abriendo los cursos de verano y luego participando en este curso de periodismo deportivo”.

Entrevista realizada junto a Sara Toj.

Son muchas las entidades que mandan notas de prensa a los media en vano, ya que no hay espacio en la agenda del día. Sin embargo, hay informaciones que ocupan una gran porción. ¿Respetamos los periodistas realmente los rasgos de selección de un hecho? El caso del asesinato de Gabriel estuvo en boca de gran parte de los ciudadanos durante las semanas pasadas, algo que obviamente impulsaron los medios, ya que son ellos quienes comunican.  Así, como veíamos en el primer párrafo con la situación geográfica de Canarias, la política condiciona el factor «cercanía» del periodismo.

Obviamente no nos preguntaremos por qué los periódicos canarios escogieron publicar una multitud de noticias del caso Gabriel, ocurrido a 1300 km, en vez publicar informaciones sobre los 50 000 niños, vejados sexualmente, en las calles marroquíes a pocos cientos de kilómetros según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Pero sí podríamos preguntarnos si las primicias del caso Gabriel eran las más relevantes para ser transmitidas, en su cuantía, a la opinión pública.

Este suceso se relaciona en gran medida con la prisión permanente revisable. ¿El asesinato de Gabriel influye sobre su derogación? Y en tal caso, ¿utilizarían los media un determinado tratamiento de este hecho para influenciar a la opinión pública? No se trata de si la influencia sobre la sociedad de los medios va a ser positiva o no, fomentando o no la prisión permanente revisable. Se trata de si la actitud pretensiosa sobre la opinión pública de los mismos nos está informando o desinformando. Esta deja fuera otras realidades que añoran ver luz. A ello se le suma no solo la importancia, sino la capacidad de ser publicada o no, de una realidad en función de su bandera.