El objetivo de este encuentro, señalan Manuel Luna e Íñigo Arregui, investigadores del IAC y organizadores de BUKS2018, «es crear un foro de intercambio de ideas y presentación de los últimos resultados en el área”.

Durante este encuentro, que reunirá a cerca de 80 participantes de centros de investigación de 14 países de Europa, Estados Unidos y Asia, se incidirá en aspectos como la explotación actual y futura de instalaciones, instrumentos y bandas de observación. Además, se analizarán el desarrollo y la aplicación de métodos modernos de análisis de datos y la confrontación con los modelos de las últimas investigaciones.

Algunos temas de actualidad que se abordarán esta semana son el papel de las ondas magnéticas en el calentamiento de la corona solar –la capa más externa y caliente del Sol- mediante fenómenos de turbulencia de plasmas a pequeña escala, las oscilaciones de gran amplitud e inestabilidades de Kelvin-Helmholtz que se observan en protuberancias solares, los efectos de la ionización parcial del plasma en la cromosfera solar –donde encontramos las características espículas y protuberancias de esta estrella- en las ondas magnéticas, las mejoras en nuestra capacidad de observación de fenómenos ondulatorios con instrumentación en el radiotelescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) o los últimos avances en sismología utilizando técnicas novedosas como en análisis bayesiano.

Por primera vez, en Tenerife

Desde que en 2009 varios centros de investigación de Bélgica (B), Reino Unido (UK) y España (S) (de ahí el nombre BUKS) organizasen la primera de estas reuniones temáticas, se han celebrado encuentros en Lovaina (BUKS2009, BUKS2016), St. Andrews (BUKS2010), Palma de Mallorca (BUKS2011), Creta (BUKS2012) y Budapest (BUKS2015).

Esta es la primera vez que el congreso se celebra en Tenerife, lo que demuestra el grado de crecimiento y madurez adquirida en los últimos años por los investigadores en ondas en la atmósfera solar del grupo de Física Solar del IAC.

El proyecto forma parte de una colaboración internacional que comenzó en 2015 a través del International Space Science Institute (ISSI) y también del proyecto de la NASA para el estudio de este tipo de oscilaciones.

Gracias a esta recopilación, se ha encontrado una gran variedad de eventos y se ha podido determinar que, en muchos casos, las oscilaciones son producidas por fulguraciones cercanas. Es decir, por la liberación repentina de energía en la atmósfera solar.

Estudio estadístico

Con los datos recogidos se ha realizado un estudio estadístico de las propiedades de las oscilaciones. Los datos apuntan a que “la dirección del movimiento de las oscilaciones forma un ángulo de unos 27 grados con el eje principal de la prominencia”, explica Luna. Y añade: “Esta dirección coincide con la de las estimaciones previas de la orientación del campo magnético”. Además, usando técnicas sismológicas, los investigadores han podido deducir detalles acerca de la geometría e intensidad del campo magnético que soporta a las protuberancias.

Esta indagación abre una nueva ventana a la investigación de la estructura de las protuberancias solares y a los mecanismos que eventualmente las desestabilizan produciendo su erupción. En el futuro, los autores pretenden ampliar este análisis a todo un ciclo solar para entender la evolución de estas estructuras a lo largo de los 11 años que dura. Para conseguirlo se tendrán que aplicar técnicas de inteligencia artificial y de procesado de gran cantidad de datos.