Será un show cargado de humor y risas en el que la audiencia podrá dejar sus preocupaciones a un lado. López añade que «Empuretando es el acto más participativo de los que hemos hecho hasta el momento». También asegura que esto es lo que hace a cada actuación especial y única, porque «al final las intervenciones del público son las partes más locas e improvisadas».

Al ser un espectáculo donde se hará un recorrido por la vida, se abordarán diversos temas para que todo el mundo pueda sentirse identificado con lo que se expone. «Me gusta que la gente vaya a entretenerse con el solo hecho de poder estar como espectador», explica el cómico. Por otra parte, deja un mensaje claro para quién acuda al evento: «Es una muestra de cariño y de respeto el mero hecho de que compren una entrada, se desplazen hasta el lugar y pongan atención a lo que uno hace. Me siento afortunado de ello».

Darío López, humorista de Palante producciones, fue el encargado de guiar al público en esta experiencia cinematográfica de pequeño formato. La velada comenzó con un pequeño monólogo del cómico, que puso a prueba al los asistentes y sus aplausos. Luego compartió con su audiencia la mecánica del concurso. En primer lugar, expuso los diferentes premios a los que optan estas películas: 2000, 1000 y 500 euros para el primer, segundo y tercer puesto respectivamente, además de otros 500 para el premio del público.

El siguiente paso fue presentar al jurado, que estaba integrado por: Emilio Ramal, jefe del departamento de actividades y audiovisuales del TEA; Miguel Miralles, profesor de CIFP César Manrique; Lorena Martín, comunicadora audiovisual; Enrique Carrasco, profesor de la Universidad Europea de Canarias, y Lucía Pitters, también docente en esta entidad.

Una aclamada primera parte

Una vez introducida la gala, llegó el momento de disfrutar del cine. La primera parte estuvo compuesta por cuatro cortometrajes y se extendería una hora, aproximadamente. Moros en la costa, de Damiá Serra Cauchetiez, fue el encargado de abrir la sección oficial con un relato que tocaba temas como el racismo o las sexualidades reprimidas, combinando comedia y suspense.

La proyección continuó con la película más larga de la noche, El Infierno, de Raúl de la Fuente. Sigue la historia de Chennu, un jóven de Sierra Leona que, con solo quince años, entró en la cárcel de Pademba Road, donde vivió cuatro años hacinado y en condiciones infrahumanas. Tras este drama en versión original, la propuesta de Fran Menchón y Sandra Reina consiguió relajar el ambiente en el auditorio. El humor es el protagonista de Trivial, que sigue una quedada entre una pareja excéntrica e increíblemente culta y otra con menos bagaje intelectual que deciden jugar una partida a este famoso juego de preguntas. Con una fotografía muy personal, esta pieza resalta las filias y los problemas de un matrimonio fuera de lo común.

Para cerrar la primera mitad, Jorge Yúdice aportó el corto menos largo, pero uno de los más aclamados de la noche, Cocodrilo. Esta propuesta se desarrolla en un único escenario, un escritorio desde donde Alicia observa un directo de un youtuber sobre videojuegos. Es entonces cuando las preguntas que hacen los fans llevan a la protagonista a escribir al chaval que está al otro lado de la pantalla. La emotividad y las nuevas tecnologías fueron el hilo conductor de esta historia.

Una vez acabada esta parte, volvió a aparecer Darío López sobre el escenario, en el que bromeó sobre la infancia y los recuerdos del ayer. Mientras tanto, el público aprovechaba para acudir al servicio o estirar las piernas. Cuando acabó su intervención, las luces se apagaron y comenzó otra batería de cuatro cortos.

La realidad social protagoniza la segunda parte

El primero de ellos, Caracoles serranos, de Víctor Cerdán, exploraba la violencia y el racismo. El protagonista, que disfrutaba de una paella con amigos, se entera de que su hija se ha ido con un marroquí. Es entonces cuando aflora la ideología de un padre que no dudará a la hora de ensañarse con quien toque a su hija. Probablemente fue el corto más incomprendido por parte de la audiencia, que reaccionó con un aplauso vago.

El divorcio fue el tema del siguiente cortometraje, Snorkel, de Borja Soler. El relato sigue a Inés y a Julia, dos niñas que viven cómo su padre descarga en ellas las frustraciones respecto a su madre, que ha conseguido rehacer su vida. A esta historia de celos y rencores, le siguió la propuesta de Fernando Bonelli: La tierra llamando a Ana. La música y el silencio destacan en esta producción que se centra en las discusiones de pareja y en las infidelidades de una manera peculiar. Esta película creó otro de los momentos emotivos de la noche y consiguió arrancar alguna lágrima entre los espectadores.

Las proyecciones terminaron con Alirón, un corto de Adrià Llauró. Jugando con los límites de la sexualidad y la confianza entre dos amigos, Llauró construye un relato repleto de situaciones divertidas, basadas en la confusión y la tensión sexual. Tras finalizar, Darío López hizo aparición por última vez sobre el escenario, despidiendo al público y recordándoles que hicieran sus votaciones.

Esta noche, también a las 20.30 horas, se proyectarán las otras siete producciones participantes y se dará entrega a los diferentes premios del concurso. Una vez finalizada la gala, tendrá lugar una fiesta oficial del festival en la plaza del Quinto Centenario, que está situada al lado del Auditorio, amenizada por la Baby Black Soul Band.

Una misma expresión define a ambos: ¡Chiquito máquina! Pues bien, esa delgada línea es la que el humorista de Tenerife explicará con profundos argumentos sobre las tablas del Guiniguada, tal y como lo hizo como su anterior entrega humorística, Eso es así, con el que llenó el recinto en 2018.

«El cariño, el calor y el buen rollo del público de Gran Canaria el año pasado me dejó igual que cuando te echas un bocadillo bueno del Yazmina, con muchas ganas de repetir. Volvemos con un montón de ilusión y con ganas de pasar otro ratito guapo».

Uno de los pesos pesados del humor en Canarias se viene arriba del escenario un año más. En ¡Chiquito máquina!, Darío jugará con proyecciones, interactuará con su entregado público y se dispondrá a demostrar cómo ha conseguido llegar a ser un auténtico máquina.

Darío López es la cara visible de Palante Producciones, firma bajo la que se ha programado esta función en el teatro capitalino para el 5 de octubre y que repetirá casi un mes más tarde en Arona, en el Auditorio Infanta Leonor.
El protagonista de las populares secuencias del proyecto Palante Producciones, asegura que sus seguidores siempre han estado en las redes sociales. En ellas es donde comparte con frecuencia sus particulares producciones audiovisuales buscando el humor, la originalidad y el entretenimiento.

Darío se mueve en un estilo variado que canaliza a través de la parodia, el chiste y el juego de palabras siempre con una visión moderna y actualizada combinada con los aspectos más representativos de la idiosincrasia canaria.

Además de los disfraces del Carnaval -al 50 % entre populares y originales- de los últimos años, otra de sus facetas destacadas en la calle, entre los trabajos de mayor recorrido de Palante Producciones destacan las parodias de anuncios y trailers de películas de cine. No obstante, en una etapa más reciente Darío López ha apostado por verse las caras con sus seguidores y lo que ha conseguido es llenar teatros y auditorios con sus monólogos y sus presentaciones en la línea humorística por la que se ha hecho con una posición destacada en el podio del humor canario.

Humor Canario

Darío López, aparejador de profesión y natural de Icod de los Vinos, tropezó con el humor de casualidad. Sencillo, campechano y con un especial interés en hacer uso de un sinfín de vocablos canarios en sus historias, se ha hecho propietario de ese humor del «mago» canario, pero con el ingrediente de los montajes audiovisuales.

En este sentido, este crack del humor se atreve con todo, desde parodias de las grandes producciones que llevan la firma «Hollywood» a programas de TV de máxima audiencia como First Dates, Cuarto Milenio, La Casa de los empeños, o incluso la transformación a nuestra jerga de anuncios publicitarios de teléfonos móviles de última generación o los coches más deseados.

Palante Producciones comenzó su andadura en el año 2006 y, desde entonces, no ha parado de generar risas a su audiencia. Dentro de su trayectoria destaca también su serie La caseta, que se emitió en La 2 gracias a un contrato nacional con RTVE, y de la cual se pudieron visualizar un total de 12 capítulos.

Gómez cumple ya casi dos décadas sobre los escenarios con sus muecas, ingenio y capacidad de improvisación como señas de identidad. En esta ocasión, y ayudándose de la música como suele ser habitual, hace un claro ejercicio para intentar sacar algo bueno de una situación insostenible o, por otro lado, darle la vuelta al estado crítico en el que se encuentran las relaciones humanas, la empatía y la bondad.

El también actor se encuentra en uno de sus mejores momentos profesionales. A su participación en cortometrajes, webseries como Mambo, giras nacionales, y clásicos vídeos reflexivos o en defensa de la ‘canariedad’ para Facebook, se ha unido un nuevo proyecto televisivo: El Programa con Aarón Gómez. Cada viernes en TVEC, personajes de las Islas de distintos ámbitos y compañeros de la escena como Darío López (Palante Producciones) o Abubukaka se dan cita en un espacio donde reina el humor.

Este último será el principal ingrediente de la nueva función del chicharrero, de la cual ya restan pocas entradas. Todo aquel que quiera asistir y soltar carcajadas, puede adquirir su localidad desde los 15 euros en taquilla o en Tomaticket.

En esta ocasión, el hacedor de risas, tal y como se le ha definido en alguna ocasión, hablará sobre las verdades absolutas que nosotros mismos creamos por conveniencia, acabando esta afirmación con la expresión eso es así. Como siempre, utilizará material audiovisual y apelará a la participación del público para conseguir que todos pasen un buen rato.

Darío López es natural de Icod de los Vinos, y en sus originales creaciones hace uso de un sinfín de vocablos canarios. Sus vídeos en YouTube y en Facebook alcanzan decenas de miles de reproducciones. En ellos, se dedica a parodiar situaciones o realidades cotidianas con el fin de arrancar más de una carcajada a quien le esté viendo. Ha colaborado con humoristas de la talla de Aarón Gómez.

Su productora, Palante Producciones, comenzó su andadura en el año 2006 y, desde entonces, no ha parado de generar risas a su audiencia. Dentro de su trayectoria destaca también su web-serie La caseta, que se emitió en La 2 gracias a un contrato nacional con RTVE, y de la cual se pudieron visualizar un total de 12 capítulos. Además, han recibido numerosos galardones, como el Premio Siempre nos quedará…, otorgado por Binter Canarias, el Premio del Público Movilfest de Tenerife o el Premio Paisajes de Tenerife, que fue entregado por el propio Cabildo Insultar de Tenerife.