Reseña Literaria – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Fri, 30 Jul 2021 20:49:27 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Reseña Literaria – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 ‘En la Tierra somos fugazmente grandiosos’, una obra intimista https://periodismo01.ull.es/en-la-tierra-somos-fugazmente-grandiosos-una-obra-intimista/ Sat, 31 Jul 2021 06:00:27 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=178914 Como el título de esta novela, nuestra época de mayor esplendor, casi se podría decir, dura un instante. Esta obra, cuyo autor revelación se llama Ocean Voung, se presenta como un relato en el que convergen muchas realidades. Bajo la dedicatoria inicial a su madre, se configura como un escrito de autoficción, en el que su protagonista lucha contra su procedencia y su homosexualidad, ante una familia disfuncional, en un país extranjero.

Si bien una novela escrita por un poeta significa un cúmulo de emociones concentradas, esta no sería la excepción. En palabras del autor, afirma haber escrito con tanta vehemencia que no sabe ni cómo se configuró el relato final. Lo cierto es que, a medida que nos adentra en la lectura, se pueden descubrir citas inspiradoras y de sutil belleza que se debaten con la crudeza de una vida que le repercute.

Ocean Vuong, nacido en la ciudad de Ho Chi Minh (conocida comúnmente como Saigón), en 1988, emigró a los Estados Unidos con su familia en 1990, tras pasar un año en un campo de refugiados en Filipinas. En 2014 ganó con El cielo nocturno con heridas de fuego, el Whiting Award, el Foward Prize y el premio T.S Eliot en Inglaterra. Actualmente es profesor en la Universidad de Amherst College de Massachussets y esta es su primera novela.

La obra cuyo título original es On earth we’re briefly gorgeous ha sido traducida a varios idiomas, entre ellos al español, con la editorial Anagrama, gracias a la traducción de Jesús Zulaika, conocido además por traducir varias obras al español del Permio Nobel de Literatura 2017, Kazuo Ishiguro.

«En una vida de un solo uso, no hay segundas oportunidades»


Con un estilo jovial, pero a la vez con toques nostálgicos, cuenta una historia que se construye a sí misma. El protagonista, también conocido con el mote impuesto por su abuela, «Perro pequeño», le escribe una carta a su madre con la certeza de que nunca podrá leerla, ni aunque llegue a sus manos, ya que es analfabeta. Con lo que es en realidad un examen de conciencia sobre los elementos claves que han conformado su identidad como hijo de inmigrantes que viajan rumbo a los Estados Unidos.

Es en esta larga epístola donde se contextualiza a sí mismo, a la relación tóxica con una madre que no sabe demostrar afecto, a un padre ausente y violento, y a una abuela llena de recuerdos que con el paso de la vejez se van borrando de su memoria.

En otras misivas le revela cómo se enamora de su amigo, Trevor, un joven que emana una masculinidad y resentimiento ante la figura femenina que solo pretende esconder lo que siente en realidad. Narra con minuciosos detalles cada uno de sus encuentros sexuales, caracterizados con una candidez y erotismo típicos de una persona que se está encontrando a sí misma en un lugar que ni siquiera habla su propio idioma.

«¿Pero por qué la lengua de la creatividad no puede ser la lengua de la regeneración?»


La lengua, pese a ser su principal barrera para comunicarse, es a la vez el instrumento maravilloso en una antítesis que combina dos mundos y formas de expresar sentimientos que no entienden de abecedarios. «Déjame volver a empezar» son las palabras con las que comienza el autor su libro y con las que termino yo esta reseña.

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La vida en las profundidades de Siberia https://periodismo01.ull.es/la-vida-en-las-profundidades-de-siberia/ Thu, 21 Jan 2021 08:00:05 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=151397 Los viejos creyentes del periodista ruso Vasili Peskov es un excelente reportaje escrito que nos cuenta su relación con los Lykov, una familia perteneciente a una secta religiosa que fue hallada en la taiga siberiana por unos geólogos. Sus costumbres, estilo de vida y mentalidad se remontan a la reforma de Nikon (1654), en la que sus antecesores se escondieron para no verse arrastrados por lo que ellos consideraban una afrenta religiosa. Un auténtico documento histórico que explica como el linaje llega a internarse en un lugar inhóspito para poder seguir viviendo bajo sus creencias.

Tras la explicaciones iniciales necesarias para que nos ubiquemos dentro de esta peculiar historia, nos encontramos con un relato periodístico sublime que nos hará sentirnos dentro este frío paisaje y nos mostrará la realidad de unos auténticos supervivientes. El cálculo del tiempo, la forma de cocinar y preservar los alimentos, o la construcción de su vivienda serán algunas de las cuestiones que se nos irán revelando según pasen las páginas.

El sacerdote encargado del tiempo era Savín. Y era intachable en su ejecución, no cometía errores. Savín no hacía ninguna muesca, como sí hacía Robinson. Una memoria extraordinaria, un libro antigua, la comprobación del cálculo siguiendo la aparición de la luna nueva y las indispensables aclaraciones comunes por las mañanas-«en qué día estamos»- formaban parte de este calendario cotidiano.

La narración de la relación del escritor con la familia Lykov, a su vez que con el resto de personajes que conviven con ellos en la taiga para sus investigaciones, es el punto fuerte con el que se sostiene la obra, consiguiendo un tono literario que no se preveía en los primeros compases y que sabe transmitir con maestría su humanidad. Poco a poco, pasa de contar los sucesos desde un punto de vista periodístico y lo convierte en un escrito que por su realidad parece una ficción.

A lo largo del texto, se relatan los diez años que pasó Vasili Peskov yendo a hacer visitas cotidianas a los habitantes de la taiga. Este se divide en capítulos cortos después de su primera incursión, que es el único momento que se extiende hasta las cien páginas. También nos ofrece retazos de sus complicados viajes para llegar al destino, con un cuidado al detalle minucioso, describiendo la belleza y el el peligro que acecha en aquel remoto paraje.

La naturaleza nos sonrió. La mitad del camino navegamos con sol. Las montañas que rodeaban el río emanaban olor a la pinocha del julio, en el acantilado color lila resaltaba el colorido de las flores, el cielo tenía un azul penetrante. Los recodos del río bien ocultaba, bien dejaban a la vista una sucesión de colinas enigmáticas, y en cualquier momento el río podía regalarnos algún misterio de la taiga…

Una joya que interesara a aquellos que gusten de historias reales alucinantes. Bien documentado y hecho con talento y oficio, Vasili Peskov da forma a una historia que conseguirá que te encariñes con sus personajes y pases con velocidad las hojas para saber de sus andanzas en las duras tierras de Siberia.

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‘El hombre que sabía demasiado’ https://periodismo01.ull.es/el-hombre-que-sabia-demasiado/ Thu, 10 Dec 2020 07:30:46 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=150485 Desde que leí por primera vez El hombre que fue jueves en segundo de Bachillerato, la figura de G.K Chesterton se ha colado de forma sorpresiva en mi casa, como si se tratase de la aparición de un fantasma de las lecturas pasadas. Esto, aunque lo parezca, no es ningún suceso sobrenatural. Más bien es culpa de mi hermano, el cual llena su mesa de noche con los mejores títulos del escritor británico y me incita a indagar en sus páginas. Y es que, sin ser de mis favoritos, es un autor cuya particular escritura tiende pulcras manos que son fáciles de estrechar.

El hombre que sabía demasiado es un compendio de relatos policiales en los que siempre se ve inmiscuida la figura de Horne Fisher, un caballero con unas capacidades deductivas que recuerdan a las del mítico Padre Brown, con una leve diferencia en el planteamiento que hace que los notemos como dos personajes similares, pero a la vez contrapuestos. Esto se debe a que, mientras que las resoluciones de los casos del Padre Brown siempre ponen a los asesinos en una posición delicada ante la justicia o ante sus valores morales e ideologías, las de Horne Fisher son indemostrables, por lo que el criminal nunca paga por su crimen.

Como me pasa con todo los relatos de Chesterton, no me importa tanto el final del mismo ni la historia que se cuenta en sí como las reflexiones de los personajes, la capacidad de trabajar las frases para que alcancen una complejidad filosófica y a la vez literaria que es irresistible para ejercitar la mente. Las tramas se suceden sin que el personaje principal repercuta en las mismas, siendo esto una pesada cruz que carga, pues su ingenio solo sirve para ser el estímulo de la persona que lo escucha, que compartirá con él el peso de la verdad.

-Nadie sabe la verdad excepto usted y yo-contestó Fisher suavizando ligeramente la voz-. Y no creo que usted y yo lleguemos nunca a reñir por ello.

-¿Qué quiere decir?-preguntó March con voz alterada-. ¿Qué ha hecho usted con respecto al caso?

Horne continuó mirando fijamente como se formaban los remolinos en el agua. Al fin dijo:

-La policía ya ha probado que fue un accidente de automóvil.

-Pero usted sabe que no fue así-insistió March.

-Ya le dije que yo sé demasiado-contestó Fisher con la mirada perdida en el río-. Sé eso y otras muchas cosas.

El desarrollo del protagonista entre relatos es nulo. Únicamente es presentado como una figura con una gran inteligencia, pero sin ningún atisbo de personalidad real. Más bien, parece que fuera un concepto humanizado. Y es que los escritos del autor inglés buscan con frecuencia provocar preguntas y dudas en la mente del lector, siendo muy disfrutables para una lectura pasiva, pero que cobran una dimensión diferente si los enfrentamos desde la postura de un receptor activo. El triunfo de sus mundos literarios se debe a que las historias son mentiras piadosas con las que encubre diferentes contraposiciones de ideas a las que enfrenta.

Una técnica depurada que le permite contar mucho con poco. Figuras literarias, retóricas o paradojas plasmadas con tal destreza, que convierten cada línea en un disfrute similar a observar un cuadro con la finalidad de encontrar todos sus detalles ocultos y que estos sean la llave a la puerta a la psicología que nos quiere transmitir. Una lectura muy recomendable, aunque puede que te deje algo frío si eres un lector asiduo de G.K Chesterton.

Atravesó la hierba en dirección al embarcadero cercano sintiendo todavía por todas partes de su alrededor, bajo la cúpula de aquel dorado atardecer, el sabor añejo y la resonancia de aquel jardín hechizado por el río.

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‘Viaje al pasado’, de Stefan Zweig https://periodismo01.ull.es/viaje-al-pasado-de-stefan-zweig/ Thu, 12 Nov 2020 07:00:46 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=149234 El pasado puede convertirse en una sombra alargada que proyectamos hasta hacerla tangible si hay malos recuerdos o deseos no resueltos que perturban las tranquilas aguas de la conciencia. Estas pueden enturbiarse hasta que perdamos la capacidad de ver con claridad el presente y solo podamos observar la negritud causada por un líquido ponzoñoso que, al impedirnos la visión completa de lo que sucede a nuestro alrededor, nos hace adentrarnos a una zona dónde el dolor se repite en bucle. La novela corta Viaje al pasado de Stefan Zweig no gira en torno a este pensamiento, pero lo transmite a través de sus páginas.

Podría resumir este texto de corta duración como la típica trama de novela romántica entre sirviente y señora adinerada que se ve atrapada en las relaciones con su esposo y su repentino joven amor, pero sería faltar a la verdad. Una de las razones son los derroteros que toma la historia, yendo en contra de los pecaminosos anhelos de los protagonistas y dejando al lector con la miel en los labios más de una vez. La razón principal: el dominio del uso de una tercera persona más introspectiva que nos cuenta los acontecimientos desde la perspectiva del joven enamorado.

Aunque ninguno de los personajes posee nombre, Stefan Zweig los dota con una personalidad distinguida y descriptiva a nivel psicológico que recuerda de forma fugaz a las caracterizaciones de Stendhal. Más que nada porque, a diferencia del autor francés, el escritor austriaco parece que trabaja economizando las palabras. Aún así, esta parquedad está cuidada de tal manera que consigue envolvernos en los sucesos y hacernos sentir más que otros con un mayor volumen.

Extraer la originalidad del tópico


Es difícil conseguir que una tema que puede resultar manido para el público por su gran difusión en las obras clásicas de la literatura, el cine o el teatro; alcance a vislumbrar un nuevo sendero que lo lleve a la frescura de la sorpresa. Los múltiples conflictos filosóficos internos del joven, unidos con las descripciones tan características y reflexivas del autor, forman un cóctel en el que son más importante las reflexiones que nos deja que la historia principal en sí, aunque está siempre se mantiene interesante y eso es lo que nos hace avanzar.

Y la magia que sintió en aquellos primeros minutos se convirtió en una gracia natural en las semanas y meses siguientes: con discreción y tacto, y esa mujer le atraía poco a poco, sin que él la sintiese ejercer presión alguna, al círculo íntimo de la vida domestica.

Con todo, es una obra que también trata las miserias de la guerra, pero a un nivel de complejidad mucho menor. En realidad, esta es solo una excusa para presentar el problema que le da continuidad al desarrollo. Sin embargo, eso no significa que su tratamiento sea de mero adorno, pues su intromisión cambiará el curso de los acontecimientos, provocando en el protagonista la sensación que he narrado en el primer párrafo.

Habían llegado telegramas de la costa diciendo que Europa estaba en guerra. Alemania contra Francia. Austria contra Rusia. Él no se lo quería creer; se subió a aquel jamelgo que avanzaba a trompicones y le clavó la espuela con tanta furia que el asustado animal se levantó sobre sus patas traseras… 

Una obra corta que posee virtudes propias de una novela larga y que no se queda estancada en la repetición del arquetipo, consiguiendo insuflar aire fresco al género a través de su prodigiosa originalidad. Sin lugar a dudas, un pequeño bocadito con el que se puede estrenar cualquier persona que no conozca aún a Stefan Zweig.

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La naturaleza de la relación https://periodismo01.ull.es/la-naturaleza-de-la-relacion/ Thu, 22 Oct 2020 07:00:23 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=148190 Cuando uno avanza ávido de conocimiento a lo largo de Internet o por librerías y bibliotecas debe hacer una pequeña pausa para hojear títulos que puedan interesarles y ver si se ajustan a las cuestiones que tiene en mente. Este pequeño ritual se torna en un acto necesario para tomar un respiro de la búsqueda planificada y expandir el campo de los intereses a temas que, por lo general, no suelen llamarnos la atención pero cuya lectura puede despertar en nosotros una llama que haga prender el bosque de los prejuicios en el que nos vemos inmersos a diario y del que no somos capaces de percatarnos.

Sobre las relaciones del filósofo hindú Jiddu Krishnamurti, es una obra que habría rechazado unos años atrás tras leer su premisa, al confundirlo con el típico libro de autoayuda barato que traza unas consignas inservibles en la vida real. Por suerte, la situación personal privada que llevo ha dado pie a que mi cerebro se pregunte sobre como se da la conexión vital con las personas que me rodean, lo que me ha permitido descubrir las interesantes lecciones que el autor es capaz hacer llegar a través de sus coloquios, pues el escrito es una transcripción de lo tratado en sus conferencias.

El pensamiento sin directrices


Es reconfortante encontrar una filosofía tan personal como es la de Krishnamurti, basada en un aprendizaje empírico que usa para despiezar la idea que tenemos de las relaciones y los problemas que surgen de ellas, sin por ello mostrarnos un camino que seguir, actuar de gurú o intentar meternos a la fuerza una serie de conceptos que dejan confuso al oyente. Su visión es simple y se basa en reflexiones concretas y específicas que nos permiten darnos cuenta de forma individual de las trampas mentales que creamos por culpa de no poseer un conocimiento real de nuestra psique a la hora de relacionarnos.

El conocimiento no puede adquirir ni sabiduría ni amor. Por consiguiente, es muy importante comprender toda la estructura de la relación porque esa es la base de nuestra vida. Desde la relación tienen lugar todas nuestras acciones. Si la acción es meramente la continuación del conocimiento, se vuelve mecánica. Y nuestra acción llega a ser mecánica cuando se basa en la rutina y el conocimiento. Cuando hay libertad respecto de lo conocido, la relación cambia totalmente. (Pag. 77)

Jiddu Krishnamurti señala que actuamos a partir de los recuerdos, por lo tanto, la relación que sostenemos con nuestro entorno se mantiene con el fin de perpetuar el placer que extraemos del otro individuo, ya pueda manifestarse este bajo los nombres de amor, amistad o familia. Si nuestra pareja nos deja y se va con otro, nosotros nos enfadaremos porque ya no podremos recibir aquello que nos daba. Esto no es amor según el filósofo, porque defiende que en él no intercede el yo, es decir, es algo natural que se da sin esperar recibir nada a cambio.

El amor es algo que no puede ser cultivado, no es una cosa que la mente pueda comprar. Si usted dice «Voy a practicar la compasión», entonces la compasión es algo de la mente; por lo tanto no es amor. El amor adviene secretamente, inadvertidamente, plenamente, cuando comprendemos todo el proceso de la relación. Entonces la mente está quieta, no llena el corazón con sus propias cosas; por lo tanto, eso que es amor puede surgir a la existencia. (Pag. 46)

Es un libro ligero y corto para aquellas personas que gusten de reflexionar sobre una materia que domina nuestra vida y es la que ha conformado lo que somos a día de hoy. El autor cree con firmeza que si logramos comprender como funcionan estos mecanismos del subconsciente, seremos capaces de actuar de manera correcta al librarnos de la carga de recuerdos que nos lo impide. Con independencia de la ideología que profese, una obra particular que seguramente le haga meditar sobre la complicada naturaleza del ser humano.

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Destino: Marte https://periodismo01.ull.es/destino-marte/ Thu, 01 Oct 2020 07:00:13 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=147309 Tanto la literatura fantástica como la de ciencia ficción han sido relegadas, bajo la supervisión de una regla nunca escrita, a un segundo plano en el mundillo de la escritura, siendo consideradas como géneros menores, de fácil consumo y de nulo valor artístico. Con suerte, esta visión ha ido cambiando con el tiempo, aunque en los círculos académicos sigan reticentes. La creación de universos irreales que pueden parecernos verosímiles y, hasta posibles, es un arte que encontró su hueco el siglo pasado en Estados Unidos. Dentro de la marabunta de grandes títulos a elegir, me he decidido por Crónicas Marcianas de Ray Bradbury.

La obra es una colección de relatos que conforman un lienzo común en el que se narra la colonización de Marte por parte de la humanidad, pudiéndose leer cada capítulo de forma independiente y salteada, pero cobra una cariz diferente si los hacemos en el orden seleccionado por el autor. La premisa suena a tópico. Nada más lejos de la realidad, pues la imaginación, originalidad y sentimientos que transmite el libro a través de la sencillez de su estilo, secundado por un buen trabajo de guion, hace que se distancie del género hasta alcanzar una nueva dimensión.

El escritor estadounidense consigue una rara simbiosis al conseguir plasmar un texto que puede ser leído con la misma devoción por jóvenes y adultos sin que pierda la frescura o se haga demasiado infantil, manteniendo una línea clara entre la seriedad y una lectura tranquila y distendida, no por ello banal. Es más, reinventa historias y conceptos. Un ejemplo es el relato Usher II, referencia a La caída de la casa de los Usher de Edgar Allan Poe, en el que coge elementos de la trama y le da un vuelco, manteniendo la tensión y misterio que eran la esencia del original a la par que da su toque.

-¿El nombre de Usher no significa nada para usted?

Nada.

-Bueno, ¿y este nombre: Edgar Allan Poe?

El señor Bigelow  meneó la cabeza

-Por supuesto-gruñó delicadamente el señor Stendahl, con desaliento y desprecio a la vez-. ¿Cómo pude pensar que conoce al bendito señor Poe? Murió hace mucho tiempo, antes que Lincoln. Quemaron todos sus libros en la Gran Hoguera. Hace ya treinta años…

-Ah-dijo juiciosamente el señor Bigelow-. ¡Uno de aquellos!

El uso de los adjetivos es brillante, siendo exactos y necesarios, fundiéndose en la sencillez narrativa, llenando de matices la lectura. Los recursos estilísticos también están bien implementados, otorgándole un aire fantástico y poético a la obra, convirtiéndola en un tratado de como se debe escribir historias cortas. Es decir, convierte los lugares comunes, las situaciones manoseadas y los capítulos de transición en un momento marca de la casa, en el que nunca pasa lo que esperamos. Lo más difícil para cualquier escritor: no resultar previsible.

Los cohetes incendiaron las rocosas praderas, transformaron la piedra en lava, la pradera en carbón, el agua en vapor, la arena y la sílice en un vidrio verde que reflejaba y multiplicaban la invasión, como espejos hecho trizas.

Las aguas negras y cálidas descendían desde lo alto de la calle e inundaban el pueblo, como si se hubiera roto un dique. La marea negra corría entre resplandecientes riberas blancas de las casas, entre los silencios de los árboles.

Un mundo mágico y extraordinario, capaz de atrapar al lector más voraz y experimentado y transmitir emociones, sensaciones y sentimientos típicos de las grandes obras a partir de un estilo sencillo, pero cuidado al milímetro y con un talento poco usual, remarcado por el famoso Jorge Luis Borges: «¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y soledad? ¿Cómo me pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima?».

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‘Gracias por el fuego’ https://periodismo01.ull.es/resena-literaria-gracias-por-el-fuego/ Thu, 24 Sep 2020 07:00:08 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=147028 La palabra escritor es una hermosa trampa en la cual caemos todos los que nos dedicamos a rayar las hojas de nuestros cuadernos hasta convertirlas en una especie de texto que cree contar algo de interés para el desafortunado lector. También es importante señalar que, vista la abundancia de géneros en los que se puede trabajar, existen pocos escritores cuyos textos sean capaces de transcender hacia personas interesadas en otro campo de escritura diferente. Aquí resalta Mario Benedetti como un artista multidisciplinar que dominó la poesía, el ensayo, los cuentos y la novela.

Gracias por el fuego es una obra que toca en profundidad la corrupción del ser humano a través del relato de Ramón Budiño y la tentativa de asesinar a Edgar Budiño, su padre, un magnate de prensa que representa los valores decadentes de Uruguay y la existencia de un caudillismo que reprimía a las clase más desaventajadas. Aunque esto solo es una excusa para poder hablar de ideologías, sentimientos y jugar con los conceptos y los significados de modo que la lectura alcance la complejidad y la necesidad de reflexión de un ensayo.

El escritor uruguayo, fiel a su poético estilo, es capaz de crear diálogos y monólogos internos que plasman a la perfección las diferentes visiones de los personajes, sin influir a favor de uno o de otros, quedándose como un narrador neutro que te cuenta una historia en la que se refleja una lucha de clases sociales que hace tiempo encontró un claro vencedor.

-No me hagas reír-dijo el Viejo-. ¿A quién le van a poner bombas ustedes, lactantes, nenes de mamá, marxistas de ojitos?

-¿Y sus famosos Hijos de Padres Demócratas? ¿Eh, abuelo? ¿Son menos lactantes, menos nenes de mamá, menos capitalistas de ojito?

-Pero, Gustavo, no me lo vengas a decir a mí. Son tan tarados como los tuyos. O más. Yo los uso porque me sirven. Y además no cuestan un solo peso. Hay quién corre con los gastos. El problema no es que ustedes sean de izquierdas y ellos de derecha. El problema es que unos y otros pertenecen a una generación debilucha, novelera, frívola, habituada a pensar en frases hechas, incapaz de pensar por su cuenta.

El principio del texto puede resultar lioso, pero sirve para hacernos a la idea de como serán los protagonistas de la acción, personas individualistas que creen que sus actos nacen a partir de lo correcto en vez de por las circunstancias y privilegios, y, por el contrario, personajes sin escrúpulos que se denominan en posiciones de desprecio a cualquier atisbo de humanidad, demostrando de este modo la debilidad de su verdadera naturaleza.

La frustración será el eje sobre el que nos hará reflexionar Mario Benedetti, relatando unos sucesos con los que podríamos sentirnos cercanos, no ya por lo que se va desarrollando, sino por unos sentimientos que muestran la dificultad de luchar contra las injusticias por el miedo a que el mero hecho de hacerlo perturbe para siempre la tranquilidad de tu vida.

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Ensoñaciones con forma https://periodismo01.ull.es/ensonaciones-con-forma/ Thu, 13 Aug 2020 07:04:45 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=143425 Una novela puede tornar en un color oscuro si desde la primera página hallamos una cita extraída de El castillo, obra póstuma del escritor checo Franz Kafka. Más aún si, al mirar el título, somos capaces de entender la correlación que el autor busca establecer entre ambos libros, preparando nuestros sentidos para recibir macabros estímulos que parecen esconder algún tipo de significado que, al menos en una primera lectura, se hace difícil de decodificar.

Me refiero a La ciudad del uruguayo Mario Levrero, un trotamundos del mundo de la escritura que se desempeñó en múltiples disciplinas como guionista de cómics, columnista, humorista, fotógrafo y creador de crucigramas.  Desde su publicación, el autor ha admitido que leía El castillo mientras escribía su libro, siendo este su principal fuente de inspiración para crear una realidad que revela sin ningún rubor cuales son las aguas de las que nace, sin que por ello se vea comprometida su originalidad o se convierta en una mala copia.

Una reseña que no es una reseña


La principal dificultad a la hora de afrontar esta reseña se me presenta en el deseo del novelista, poco amigo de cualquier tipo de texto que pudiera desvelar alguna parte de su obra, pese a que esta es difícilmente destripable, pues tenía la convicción de que perdería parte de su encanto y arruinaría la sorpresa. Así mismo, procederé a cumplir la voluntad del autor, con unas pequeñas comillas.

Una de las similitudes que poseen ambos escritos es que se centran en un personaje que se ve envueltos en una serie de hechos y acciones que escapan totalmente de su control, mezclándose en una realidad onírica que poco se parece a nuestra cotidianidad, pero en la que todos reconocemos elementos comunes que nos son cercanos. Su escritura es fluida, amena y breve, invitando en lo leamos de una sentada, a pesar de que no entendamos lo que está pasando.

Y he ahí el motor que mueve los sucesos y nos hace sentirnos como el protagonista, pues avanzamos junto a él solo por el afán de encontrar una razón al sin sentido, aunque en el fondo creamos que todo es un sueño del que tarde o temprano despertaremos. Una atmósfera que recuerda, si entendemos la distancia que separa una corriente de la otra, a la fantástica Crimen del escritor canario Agustín Espinosa, no tanto por el estilo ni la temática, sino por el buen hacer de ambas a la hora de fabricar ambientes caóticos, oscuros y llenos de simbología. Una lectura ideal para aquellos amantes del surrealismo.

 

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