Vogue – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Thu, 15 Jul 2021 10:13:51 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Vogue – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 ‘Pose’, empoderamiento en la pequeña pantalla haciendo historia https://periodismo01.ull.es/pose-visibilizacion-y-empoderamiento-en-la-pequena-pantalla-haciendo-historia/ Wed, 14 Jul 2021 06:00:40 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=178492 El entretenimiento está cambiando, y lo está haciendo para bien. Las nominaciones a los Premios Emmy, publicadas ayer martes, 13 de julio, lo evidenciaron nuevamente. Pose, que optará al título de mejor serie de drama, ha demostrado en sus tres temporadas la importancia y necesidad de la representación positiva de las mujeres trans racializadas. No en vano, se puede decir que ha hecho historia, y es que MJ Rodriguez, por su papel como Blanca, es la primera mujer trans nominada a mejor actriz protagonista de drama. También, Billy Porter, por su personaje como Pray Tell, competirá por el puesto de mejor actor protagonista de drama.

La septuagésimo tercera entrega de los galardones, que se celebrará el 19 de septiembre, ha puesto el foco en una creación que su público ya había recibido con entusiasmo desde su episodio piloto, lanzado en 2018. Y no resulta de extrañar, ya que la industria del entretenimiento rara vez representa con fidelidad, dignidad y sin eufemismos al colectivo LGTBIQ+ como lo ha hecho esta serie. Más aún, como es el caso, cuando se trata de mujeres trans no blancas que luchan contra el VIH, la violencia, los estigmas sociales y la prostitución como única manera de ganarse la vida en el Nueva York de los ochenta y noventa.

Dignidad y autorrepresentación


Pose ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de visibilizar y empoderar a los colectivos socialmente marginados y vulnerables. Las pocas veces que se les da un papel suele ser a través de personajes secundarios, tremendamente estereotipados, y cuya personalidad y vivencias giran exclusivamente alrededor de su identidad de género u orientación sexual. No obstante, en esta historia lo que se muestra son personajes dignos, complejos y protagonistas de sus propias vidas.

La serie explora la peligrosidad y exclusión diarias en diversos ámbitos por ser una persona LGTBIQ+ que, además, van ligados a entornos de pobreza y marginalidad. Sin embargo, lo hace lejos de un tono lúgubre y dramático que suele ir aparejado al típico enfoque que se le da al colectivo en pantalla. Así, Pose gira en torno a la cultura del baile vogue y de los ballrooms, eventos nocturnos clandestinos en los que el colectivo, sobre todo latino y afrodescendiente, iba a bailar y desfilar para expresarse libremente y ganar trofeos.

Ello se desarrolla en el contexto de las Casas, en los que una Madre acoge a personas a las que han echado de sus hogares por su identidad u orientación sexual. Formando una nueva familia, compiten contra otras para hacerse con premios en distintas categorías. Blanca, una joven trans negra que fue acogida años atrás por Elektra, otra mujer trans negra, decide luchar por independizarse y fundar su Casa.

Cuantos más trofeos consigue una Casa, mayor es su prestigio entre la comunidad. Foto: PULL

A lo largo de las tres temporadas, a pesar de todos los duelos y batallas contra una dura realidad, se muestra a personajes empoderados y reivindicativos que luchan por prosperar. Buscan la superación y dejar un legado para que las futuras generaciones puedan vivir, expresarse y ser quienes son con libertad. Poco a poco, subiendo escalones, logran construir sus propias vidas, su presente y su futuro.

Derecho a existir y a la felicidad


El gran éxito de la serie reside, sobre todo, en la ruptura con una cultura cinematográfica cisheteronormativa. Sus protagonistas reclaman sus derechos, y la felicidad o el amor se convierten en aspiraciones realistas. En este caso, la ficción va mucho más allá: la representación positiva de colectivos históricamente discriminados es fundamental para que el público pueda identificarse con lo que ve y proyectarlo en la realidad. Más aún cuando el colectivo se representa a sí mismo, cosa que no es habitual, y es que Pose cuenta con el elenco trans más amplio jamás visto.

Racialización, prostitución, LGBTIQfobia y VIH son algunos de los temas que están presentes desde el principio hasta el final. A lo largo de los episodios, otros igualmente relevantes van aflorando. Sororidad, drogadicción, sexualización de las mujeres con pene o deconstrucción de la masculinidad son algunos de ellos. Siempre con un trasfondo de lucha y fuerza para continuar, pero sufrimiento y dolor por lo vivido y lo perdido.

Por todo ello, Pose se convierte en un imprescindible. No es una serie feliz, y tampoco pretende serlo. Es una serie cruda y real, pero bonita y empoderante, que puede hacer sonreír y llorar en pocos minutos. Y lo que es más importante, demuestra que esas personas marginadas y excluidas, a las que se les ha negado incluso el derecho a existir, merecen un futuro feliz.

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El postureo https://periodismo01.ull.es/el-postureo/ https://periodismo01.ull.es/el-postureo/#comments Sat, 07 Apr 2018 13:00:53 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=59418 Lo llevan blogueros, influencers, modelos y hasta tu perro. Las sudaderas Thrasher, las camisetas con el logotipo de Ramones, el estilo Old School que lucía Stacy Peralta con sus Vans o las chaquetas de cuero con tachuelas propias del movimiento punk de los años 70, son algunas de las prendas que se han convertido en algo muy trending, pero a la vez típico de ver en las calles. Es triste decirlo, pero la camisa del grupo Ramones es más famosa que su música.

En ese sentido, hasta su propio diseñador, Arturo Vega, afirmó en una entrevista que se vendieron decenas de miles de copias de cada uno de sus catorce discos, sin embargo, la ropa se está vendiendo por millones. “Que la gran mayoría de los compradores no hayan escuchado sus temas musicales es algo que me entristece”, ha afirmado su director artístico.

Pero esto no ocurre solo con esta banda, Metallica, AC/DC y, ahora, los Sex Pistols, son otras marcas (para muchos) que invaden actualmente tiendas como H&M o Bershka. Mi pregunta es: ¿Qué pasaría si Sid Vicious levantara la cabeza? ¿Y si Iosu Expósito viera la colección anti todo de Zara?. Está claro. Ambos les llamarían ignorantes, y también añadirían que el punk es basura y que es una controversia relacionar una revolución con moda.

¿Quién no se compró unas Vans o tiene un amigo que las lleve?


Es evidente. El skate se ha transformado en un complemento más en las pasarelas y en los escaparates de los centros comerciales. ¿Quién no se compró unas Vans o tiene un amigo que las lleve? Junto con un vestido negro, las ha usado hasta la princesa Carlota Casiraghi en la última conferencia de prensa de Montblanc. Cuando las grandes superficies comienzan a vender estos tenis creados originalmente para patinar, y que solo se encontraban en establecimientos específicos de skateboard, es cuando se produce una verdadera popularización del producto.

Por otro lado, la masificación de las sudaderas con llamas por parte de celebrities ha hecho arder al editor jefe de la revista Thrasher. Jake Phelps aclaró, tras leer un artículo en Vogue, titulado Cómo la camiseta de Thrasher se convierte en la prenda informal que toda modelo guay debe vestir, que “nosotros no enviamos ninguna caja a Justin Bieber, a Rihanna o a ninguno de esos putos payasos, es en el asfalto donde está la mierda. Sangre y sudor, ¿hay algo más real que eso?”.

Aunque el postureo nos ha invadido y, a pesar de que muchas personas con zapatillas Stefan Janoski no sepan ni lo que es un kickflip, cada persona tiene toda la libertad del mundo para llevar puesto lo que quiera. Aún así, nuestra vestimenta es un sello personal con un valor identificativo y, en cierta medida, haciendo este tipo de actos la ropa va perdiendo su auténtica esencia. Lo que es indiscutible es que las modas cambian y, en un instante, famosos y teenagers se fijarán en cualquier otro logo sin significado aparente. En ese momento, será cuando Phelps y Vega podrán descansar en paz.

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Louis Vuitton no ha sido nunca Louboutin https://periodismo01.ull.es/louis-vuitton-no-ha-sido-nunca-louboutin/ Wed, 05 Oct 2016 21:01:06 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=9352 Siento vergüenza por los amantes de la moda. Mejor dicho, el sentimiento de pena surge por aquellos que se hacen pasar, como si de un gran teatro se tratase, por seguidores de este arte. Uno no es fashion ni cool cuando utiliza a la industria como si fuera un vil instrumento. Nos centramos en los precios antes que en los artículos. Nos consideramos expertos, aunque sigamos pensando que Louis Vuitton y Louboutin son lo mismo. Entendemos que Primark es la nueva competencia de las grandes casas que despliegan su esplendor en las semanas de la moda del mundo. Pues no, queridos, no. La moda se ama y se siente, no solo se lleva y se paga. A veces pienso que la estupidez nos ha vuelto tontos. Puede que envidiosos sea la mejor palabra.

¿Y qué pasa con todos aquellos que nos acusan de superficiales? Para responderles, voy a permitirme el lujo de recuperar una de las citas que más me han marcado. Para los que no hayan visto El diablo viste de Prada, que sepáis que está sacada del guion de Meryl Streep en el papel de Miranda Priestly. ¡Aquí va!

Una industria poderosa


La moda mueve al año más de 1,3 billones de dólares, según un estudio de la Consultora Global Investor y publicado por Credit Suisse. En España, unos 10 millones de euros, en función de los datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. No es de extrañar, entonces, que el sector textil sea uno de los más poderosos.

Este mundo de belleza y de banalidades, como muchos de mis conocidos lo califican, es más importante de lo que, a primera vista, parece. Y no hablo de la escandalosa cantidad de dinero que maneja, sino de lo que ahora mismo estás haciendo, lector. Sí, sí, me he expresado bien. Si la moda no fuese tan importante, probablemente nadie estaría leyendo este artículo. Ni este, ni los cientos que se publican en miles de blogs. Tampoco se vendería Vogue, la cabecera por excelencia del llamado lifestyle (estilo de vida), que «tiene una audiencia de 991 000 lectores mensuales y una difusión de 101 631 ejemplares», según informaba recientemente Yolanda Sacristán, directora de la considerada Biblia de la moda en nuestro país, al portal Infocif.

Con estos datos, no veo por ningún lado ese supuesto sentimiento de rechazo que suelo ver cuando hablo de este mundo. Además, me sigue pareciendo un atrevimiento que nos midan a todos con la misma regla. Es muy feo que te tachen de frívolo y de egocéntrico. Tampoco es agradable que te digan que solo vales el importe de tus bolsos. Pero así funciona la cosa. Quizá, no debería externalizar la culpa de lo mal que entendemos hoy a la industria textil. Quizá, debería analizar la imagen que proyecto y la forma en la que inconscientemente utilizo las prendas y los complementos. Nunca ha sido mi intención hacer sentir a alguien inferior porque no lleve un Chanel. Y esto, combinado con el papel de los seudo amantes de la moda, han generado un ambiente bastante tóxico y enfermizo.

Ilustración: Antonio Soares

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