Yapci Ramos – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Mon, 20 Nov 2023 23:10:19 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.1 https://periodismo01.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Yapci Ramos – Periodismo ULL https://periodismo01.ull.es 32 32 «Yo siempre digo que el arte elige a cada persona, no al contrario» https://periodismo01.ull.es/yo-siempre-digo-que-el-arte-elige-a-cada-persona-no-al-contrario/ Tue, 21 Nov 2023 07:01:29 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=268667 Yapci Ramos es una artista canaria que actualmente vive y trabaja entre Tenerife, Barcelona y Nueva York. Estudió fotografía en el Central Saint Martins College of Arts & Design de Londres (CSM) y cuenta con un máster en Documental Creativo en la Universitat Pompeu Fabra. A la hora de inspirarse para crear las diferentes obras suele pivotar entre tres líneas de trabajo: la sexualidad, la identidad y el territorio. Recientemente ha clausurado la exposición Monumenta. Nueve encarnaciones guanches en La Laguna.

¿Cómo se introdujo en el arte? «Siempre digo que el arte elige a cada persona, no al contrario. Desde pequeña me he puesto a hacer cosas manuales, me gustaba mucho ir a museos. En cada viaje que realizaba con mis padres quería ir a los museos. El arte siempre ha formado parte de mi vida, se fue introduciendo poco a poco».

Sus obras han sido expuestas en lugares como Barcelona, Nueva York, Tenerife, Viena. ¿Qué siente al poder recorrer el Mundo gracias al trabajo que crea? «Es una satisfacción. Me siento muy afortunada de que mi trabajo me haga viajar tanto. Por ejemplo, he estado en Mali, Angola, Congo, Zimbabue… También he tenido la suerte de estar en Montevideo, en el Caribe, Moscú, París».

«Una vez que expones los proyectos ya pertenecen al mundo»


Bruma, Lloro, Guayec, Lolita, Red-Hot son algunas de sus obras, ¿cuál ha disfrutado más? «Cada vez que te metes en una inversión de un proyecto, todos los disfrutas igual. Luego pasan y ya dejan de ser tuyos. Una vez los expones ya pertenecen al mundo y entonces ya te metes en otro, pero en cada uno de ellos hay una transformación».

¿Hay alguno que le haya costado más? «Siempre hay algunos que a la hora de la inspiración llegan de una manera diferente. A la hora de la realización sientes que te cuesta más y que no estás transmitiendo lo que en un inicio querías. En mi caso, cuando quiero comunicar algo debo tener muy presente el medio de difusión. Yo utilizo varios, en algunas ocasiones video, en otras fotografías. También trabajo mucho a través de mi cuerpo. Cada una de mis obras tiene un trasfondo diferente».

«Watermill Center es un sueño para cualquier artista»


En 2020 fue seleccionada para el programa de residencia en The Watermill Center en Nueva York. ¿Cómo definiría la experiencia? «Increíble, la experiencia fue maravillosa. Cuando llegas a un lugar como ese te das cuenta del valor del artista. Ellos te dan un sueldo, un espacio, una casa, materiales, te cocinan… Te facilitan la creación de una familia con otros artistas que están en el mismo lugar que tú. Surge una nueva comunidad. Trabajamos entre todos en un espacio maravilloso. Watermill Center es un sueño para cualquier artista. Al llegar te encuentras única y exclusivamente centrada en la inspiración. Te nutres del trabajo de otras personas y de toda la experiencia del lugar».

¿Cuenta con algún lugar soñado en el exponer su trabajo? «Bueno, siempre hay museos, tienes tus lugares de referencia y para mí Nueva York siempre ha sido mi lugar. Desde 2010 estoy trabajando allí, es como mi ciudad. Todos los artistas tenemos nuestras metas».

¿Ha pasado por algún momento de crisis en alguna de sus obras y ha decidido abandonarlas? «Dejarlas no, pero tengo crisis todo el rato ja, ja, ja. Es algo normal tenerlas. En el proceso de creación surgen dudas, destruyes tu trabajo, lo vuelves a construir, y así en bucle. Todo esto forma parte del proceso de creación. Incluso llegas a dudar de si estás en el camino correcto, de si te has equivocado».

¿Algún plan de futuro? «Sí, en febrero del próximo año inauguro una nueva exposición en el Centro de Arte de Santa Mónica, en Barcelona. También tengo otra residencia el próximo año en Nueva York, en Brooklyn, Residency Unlimit«.

«Monumenta es una reivindicación a la visibilidad de la mujer aborigen»


En base a la exposición que ha clausurado recientemente en La Laguna, ¿qué es Monumenta? «Es una reivindicación a la visibilidad de la mujer aborigen. Ha estado invisibilizada incluso en nuestros museos. Entonces, fue una manera de otorgarles luz para que ellas consigan colocarse en su sitio. La exposición ha servido para abrir una puerta pero, quedan muchas más, quedan muchos otros temas por tratar. Me he encargado de iniciar este diálogo pero, lo que considero interesante es que a partir de ahora sean otras personas las que continúen».

¿Cuál es el proceso de creación de estas obras? «Lo primero fue darme cuenta de la ausencia de la mujer aborigen en el espacio público. Luego, realicé un mapeado con estudiantes sobre las diferentes esculturas que hay en nuestra Isla que hacen referencia a nuestro pasado. Nos dimos cuenta de que entre todas, eran muy poquitas las que hacían referencia a la mujer. El hombre siempre tenía esa fuerza, ese protagonismo. Después, junto con museos de Tenerife llevé a cabo una investigación. También me reuní con diferentes personas que saben sobre cultura aborigen. Realicé una investigación profunda para entender y decidir cómo representar a estas mujeres».

¿Y en concreto de cada una de las mujeres? «Para la representación decidí basarme en la división que realizó el antropólogo Cuscoy de cómo estaban divididos los menceyatos antes de la conquista. Cada una de ellas, impresa mediante tecnología 3D, está representada en cómo serían hoy en día, en la vida contemporánea. A la hora de la performance, se realizó una fotogrametría de mi cuerpo que posteriormente se le realizó un tratado de artesanía digital donde se pulieron y limpiaron los elementos. Cada una de las esculturas está dividida entre 150 y 290 piezas».

«El color rojo para mi representa la fuerza»


¿Por qué el color rojo? «El color rojo para mí representa la fuerza. Es un color que ha predominado en mi trayectoria, está muy vinculado para mí a la mujer. Junto con el negro, forman parte de las pintaderas que se han encontrado en Gran Canaria. Por tanto, son colores que se han utilizado en nuestra cultura».

Anteriormente estuvo expuesta en el MUNA, ¿dónde obtuvo una mejor acogida? «Curiosamente la acogida que tuvo en La Laguna fue muchísima más que en Santa Cruz. Supongo que el lugar donde se expuso tiene también su repercusión. Alonso Fernández de Lugo, adelantado y conquistador, construyó este edificio en conmemoración a la victoria contra nuestros ancestros. Que ahora estas mujeres entren y conquisten este espacio, simbólicamente, es como el cierre de un círculo».

¿Qué conclusión extrae de este proyecto? «Bueno, lo que lo que realmente me parece interesante es que se está abriendo la conversación. Este era el objetivo inicial del proyecto. Que empecemos a cuestionarnos ya  ser críticos sobre todo aquello que está en el espacio público y aquello que nos rodea. Que no pasemos alrededor de ello y lo dejamos como si nada, sino que pensemos, oye, que realmente falta la otra mitad».

 

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Yapci Ramos reivindica a la mujer guanche a través de ‘Monumenta’ https://periodismo01.ull.es/yapci-ramos-reivindica-a-la-mujer-guanche-a-traves-de-monumenta/ Tue, 17 Oct 2023 07:01:38 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=263887

La artista canaria Yapci Ramos inauguró el pasado sábado, 9 de septiembre, la exposición Monumenta. Nueve encarnaciones guanches en la Ermita de San Miguel, La Laguna. Estará disponible hasta el próximo jueves, 9 de noviembre. Se trata de una propuesta alternativa en la que los antiguos nueve menceyatos de Tenerife, en esta ocasión, pasan a ser representadas por mujeres. A su vez, las protagonistas se apropian de aspectos que tradicionalmente se han asignado al guanche como la añepa o el banot. Cada figura se encuentra realizada mediante tecnología 3D. La exposición puede visitarse de lunes a viernes en horario de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, mientras que los sábados de 11.00 a 14.00 horas.

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‘Show Me’ o cómo diseccionar el tabú de la carne, de la videoartista Yapci Ramos https://periodismo01.ull.es/show-me-o-como-diseccionar-el-tabu-de-la-carne/ Fri, 07 Dec 2018 15:00:06 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=86082 El aire está cargado. Fuera, el frío de diciembre es casi imperceptible por culpa de las hordas que caminan sin rumbo de tienda en tienda. Dentro, en cambio, el calor es casi tangible, tan artificial que resulta turbador. La exposición que me adentro a descubrir, sin embargo, es la antítesis de la atmósfera que la envuelve. Porque Show Me, de Yapci Ramos, es el retrato de la naturaleza humana más paradójicamente incómoda: la sexualidad. La disección de Ramos es tan certera que la visión que construye, poliédrica y versátil, aborda temas tan variopintos como el despertar de la libido adolescente, la maternidad y la prostitución.

Nada más llegar a la Sala A del Tenerife Espacio de las Artes (TEA), el visitante se topa con un cartel de advertencia: “Algunas obras de esta exposición pueden herir la sensibilidad del espectador”. La tinerfeña Yapci Ramos está acostumbrada a ese tipo de etiquetas: su apuesta artística, tan punzante como transgresora, se manifiesta con la misma crudeza que un gancho en el estómago. No obstante, aunque la sutileza no es la seña de identidad de esta videoartista conceptual, sí que lo son la reflexión y la provocación. Porque si algo caracteriza Show Me, una colección de sus mejores trabajos desde 2005 y la primera individual en Canarias de una artista con veinte años de trayectoria, es su carácter provocador y, al mismo tiempo, sumamente provocativo.

Provocadora y provocativa


La premisa no engaña; nada más cruzar el umbral del salón, nos encontramos con una columna triangular. Desde el techo hasta el suelo, se suceden una serie de paneles rectangulares que muestran vídeos de una pared de mármol blanco. En algunos de ellos, aparecen escritas palabras. En otros, estas mismas se borran. Lo hace una mujer desnuda. La vemos de espalda, con la marca del sujetador cruzándole de forma transversal bajo los omóplatos: es el surco que deja la opresión del día a día. Las palabras dibujadas sobre la pared (más tarde descubro que el muro pertenece al baño de la propia artista) están escritas con sangre, más en concreto, con la regla de Ramos. Cada mes en un lapso de dos años, la artista anotó estas pequeñas reflexiones monosilábicas con su sangre menstrual a modo de diario, una memoria de sus decisiones y renuncias que, al igual que el líquido escarlata, emanaban de ella de forma inevitable y dolorosa.

En la habitación contigua y bajo el título de Lo-li-ta, una serie de fotografías muestran a una niña de alrededor de seis años. A través de las imágenes, Ramos explora el despertar sexual en edades cada vez más tempranas. La máscara en las pestañas, la laca de uñas, el labial, las botas altas y el vestido corto… Todos los elementos de la modelo construyen una apariencia hipersexualizada de la infancia. Posturas tan sencillas como una niña sentada al final de la escalera se convierten en pura perversión a través de la mirada de Yapci Ramos.

La semilla familiar


El exhibicionismo propio de Show Me, de cualquier modo, no solo es palpable mediante las historias ajenas, sino que la vida de la autora también se transforma en un vehículo para transportar las emociones más elementales y primigenias de la raza humana. En Identidad, sin ir más lejos, Ramos reflexiona a propósito del sedimento que la familia, de manera premeditada o no, deposita en nosotros. Dos ventanales de su casa familiar, anotaciones fugaces e ininteligibles sobre sueños suyos y de su madre o una colección de pipas y un cuerno son algunos de los elementos que ella reivindica como símbolos que corren por su torrente sanguíneo. Destaca, más allá de esta dispar antología, un retrato lenticular que cambia en función de la perspectiva del espectador y que alterna la imagen de una mujer joven (Ramos) con la de un hombre barbudo.

Bushes in the night, por otra parte, recoge imágenes documentales de plantas comunes en paisajes nocturnos. El viento esquivando las briznas de hierba, el silbido de los animales de la noche y una descripción científica de cada ejemplar vegetal son ornamento poético suficiente para hipnotizar al visitante. Al cabo de un rato, sin embargo, me veo a mí mismo andando rumbo a una nueva sala, atraído por sonidos extraños que tensan el ambiente. Se trata de una música climática en su sentido más estricto: son orgasmos que se presentan bajo el lema I don’t mind. Para cerrar la propuesta audiovisual, estos van a acompañados de una serie de retratos móviles de personas de todas las etnias y edades.

Yapci al desnudo        


Algo similar ocurre en el ala opuesta de la exposición. Ocupando toda la pared frontal, un mural descomunal retrata a ocho personas completamente desnudas. La fuerza de la pulsión sexual, completamente desatada llegados a este punto de la colección, se refuerza con una serie de entrevistas audiovisuales que se proyecta en forma de tríptico. En ellas, Yapci Ramos conversa con algunos de los amigos que hizo en 2006 al trasladarse a Barcelona. Ahora, diez años después, Ramos pretende captar en esas breves charlas el paso del tiempo y la personalidad desinhibida y cínica de una generación de artistas que, como ella, se muestran rebeldes y soñadores.

En el espacio colindante, se reproducen dos producciones audiovisuales simultáneas. Los vídeos tratan de capturar la esencia de los rituales que las mujeres malauíes realizan en torno a la maternidad y la fertilidad. Cuando llego al final, a la serie fotográfica Perras, coronada también por una breve película que explora el tema de la prostitución, me doy cuenta de lo rendido que estoy ante una Yapci Ramos desconocida, críptica y crítica a partes iguales. La potencia de su arte, tan inexplorada como universal, queda inmortalizada en los ojos de esos perros callejeros en la noche, tan solo iluminados por los faros de un coche. Un símil punzante para cerrar el iter que Ramos realiza a través de lo políticamente incorrecto y un lenguaje personalísimo que resbala entre lo autiobiográfico y lo ajeno.

Al marcharme a casa, el aire sigue estando igual de cargado. Durante un rato, me limito a andar por las concurridas calles, inmerso en el pensamiento que únicamente se desata en el silencio que te ofrece la soledad. Sin embargo, ahora mi percepción es distinta: ya no cargo con los tabúes y cadenas a los que están sometidos todos los demás. Es una de las tantas maravillas del arte, una pugna permanente contra la represión y la vacuidad.

 

 

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