La Asociación para la Prevención, Rehabilitación y Estimulación Cognitiva de Tenerife (APREC) comenzó a funcionar a mediados del año pasado. Dirigido por dos psicólogas, Yasmina Berg Fandiño y Violeta García García, y una abogada, Saray Fortes Marichal, la iniciativa tiene como propósito prevenir la aparición y retrasar los procesos de las demencias como el alzhéimer.
La entidad jurídica que promueve las actividades es sin ánimo de lucro. De esta manera, las entonces recién graduadas por la ULL no tuvieron que invertir dinero para su formación. Además, gozan de acceso a subvenciones y ayudas sociales para que el trabajo que llevan a cabo se pueda desempeñar. Las instalaciones con las que cuentan son de dominio público y su funcionamiento es democrático.
Uno de los objetivos de APREC, de carácter jurídico y terapéutico, es intentar facilitar la convivencia con el deterioro físico y psicológico de los afectados por demencias. La participación de una abogada en el equipo directivo permite orientar a los familiares de los usuarios en asuntos legales. Asimismo, evalúan el deterioro cognitivo y lo estimulan diseñando, así, la atención que merece cada paciente de una manera personalizada.
Estas jóvenes emprendedoras tienen claro que APREC les ofrece muchas posibilidades positivas. El trato con sus clientes les deja una satisfacción personal, por lo que están muy agradecidas. “Es muy difícil pasar tiempo con alguno de ellos [los usuarios] y no establecer una relación fuera de lo profesional”, comenta Berg. Igualmente, la formación de esta asociación también les permite desarrollarse en el campo laboral que más les gusta. Según Fortes: “Es muy difícil acabar trabajando en lo que uno quiere. Es más fácil crearlo”.