David González, entrenador del Juvenil Preferente del CD Llamoro. Foto: PULL

«Anhelo el agobio diario de preparación y de toma de decisiones para el partido»

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David González es el primer entrenador del Juvenil Preferente del CD Llamoro, equipo que hace dos temporadas consiguió el ascenso a esta categoría por primera vez. Además, hace algunos años realizó la diplomatura en Relaciones Laborales en la Universidad de La Laguna, aunque le hubiese gustado realizar sus estudios de INEF en Gran Canaria. En cuanto al trabajo con su club actual, nos dice que «lo están haciendo bien, con pequeños pasos, pero firmes».

Su carrera como entrenador empezó cuando tenía 30 años en la Unión Deportiva Icodense, pasando por la categoría infantil y cadete, donde vivió tanto ascensos como descensos, que considera que son «vivencias que suman y enseñan para hacerte más fuerte». Tras recibir la llamada del CD LLamoro decidió dar el salto, pues le atraía mucho el equipo y su director deportivo de ese momento era un buen amigo suyo. Además, sabía que los años que formase parte de la entidad le ayudarían a crecer en lo deportivo y en lo personal.

«Tuve la suerte de disfrutar bastante el fútbol como jugador»


González no llegó a ser jugador profesional. Sin embargo, había alguna expectativa de poder llegar a serlo. En todos los equipos en los que pudo jugar, hasta cadete, en el UD Centinela (base del UD Icodense), tuvo la oportunidad de cada temporada estar en la disputa por ganar el campeonato. Luego, en juveniles jugó en División de Honor llegando a ser terceros de Canarias, por detrás de la UD Las Palmas y del CD Tenerife. «Tuve la suerte de disfrutar bastante el fútbol como jugador», subraya.

En esa etapa, en la que su referente era Fernando Carlos Redondo, sufrió una lesión que le tuvo un año sin pisar los terrenos de juego y, al volver, entre los estudios que seguía realizando en la ULL, el trabajo y el darse cuenta de que jugadores que estaban a un nivel por debajo del suyo le habían adelantado de una forma considerable, supo que tenía que ver al fútbol de otra manera, más como un hobbie que como algo más profesional.

Esa faceta como jugador, en momentos puntuales, le ha ayudado en su carrera como entrenador. Sobre todo a la hora de comunicarse con su plantilla y darle el consejo adecuado y de la manera precisa. Aún así, piensa que se puede llegar a ser un gran entrenador sin haber jugado antes.

«Afición y fútbol deben ir de la mano»


Por otra parte, no concibe su deporte sin público, sin ese ánimo desde la grada y sin esa presión en contra cuando juegan en casa del equipo rival. Afirma que «afición y fútbol deben ir de la mano», pues si no se pierde la esencia total de este. Adaptarse a este contexto no lo está llevando del todo bien, pues comenta que «anhelo ese agobio semanal de preparación y de toma de decisiones para el partido» para lograr que cada jugador esté al cien por cien en el partido. A pesar de eso dice que tienen que adaptarse a la situación actual y seguir las recomendaciones.

La temporada para él y su equipo ya ha acabado y eso ha supuesto que el año que viene puedan jugar en División de Honor. Factor que se ha dado al finalizar en los puestos altos de la tabla antes de la llegada de la Covid-19. Desde que llegó siempre lo ha dicho: «El CD Llamoro es un club joven, pero con un potencial importante».

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