Tenerife Isla Colaborativa es una iniciativa que en 2017 alcanza su tercera edición, con el propósito de presentar nuevos enfoques de la actividad económica, empresarial y social, poniendo especial énfasis en la denominada “economía colaborativa”. El encuentro fue inaugurado ayer, jueves 23 de noviembre en el Aula Magna del Aulario General del Campus de Guajara de la Universidad de La Laguna, sede de este foro con múltiples actividades que se desarrollará hasta este próximo lunes 27 de noviembre. En la inauguración estuvieron presentes el vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la ULL, Francisco García; la consejera insular de Área de Gobierno Abierto, Acción Social y Atención Ciudadana del Cabildo de Tenerife, Coromoto Yanes; el director de secretariado de Responsabilidad Social Universitaria de la ULL, Francisco Javier Amador; y el representante de la iniciativa Commonomía Pedro Martín.
Tras la inauguración, abrió el programa de ponencias de Tenerife Isla Colaborativa Sarah de Heusch, responsable de la Unidad de Desarrollo y Estrategia de Smart – Société Mutuelle pour artistes, una cooperativa creada en Bélgica en 1998 inicialmente diseñada para cubrir las necesidades de profesionales del arte, un sector en el que abunda los trabajadores por cuenta propia, quienes en numerosas ocasiones tiene difícil acceso a prestaciones de las que sí disponen otros colectivos profesionales.
La ponente presentó las características de la cooperativa Smart, que ya está implantada en nueves países, incluido España, especializada en atender las necesidades de empleos atípicos y apoyo a trabajadores autónomos para que desarrollen sus actividades en un ámbito seguro, que les libre de tareas administrativas. Tras casi dos décadas en activo, posee unos 80 000 miembros, una cantidad significativa de personas que han permitido crecer a esta iniciativa, negociar en ámbitos como el de los seguros (que precisa poseer una masa crítica de usuarios), e ir más allá de su condición de plataforma on-line para ofrecer también servicios presenciales, como espacios de coworking o encuentro formativos y de intercambio de experiencias.
“Cuando los estados y gobiernos no son capaces de dar soluciones, la gente se une y se organiza”
De Heusch explicó que los trabajadores autónomos en general, y también los del campo artístico, se caracterizan por tener que desempeñar diferentes habilidades y asumir diferentes roles, de tal modo que pueden ser tanto empleadores como empleados. Además, es un perfil que exige alta movilidad, incluso internacional.
Ha observado que en Europa, si bien este colectivo puede tener diferentes status sociales, debe enfrentarse a las mismas situaciones laborales: obligaciones legales y administrativas, encontrar trabajos y oportunidades de negocio, dificultades de cash flow, necesidad de formación específica y acceso a protecciones sociales.
Todo ello hace que el contexto legal sea complejo, algo que trata de suplir en Smart mediante una plataforma que da servicio 24 horas al día, siete días a la semana. Sus dos productos principales son el Smart contract y el Activity Management Tool, y ofrece a sus miembros servicios como asesoría legal y contable, consejería “a medida”, ayudas para cobro de deudas de los clientes, acceso a seguros, formación e, incluso, un fondo de garantía para cubrir emergencias de falta de efectivo.
La ponente defendió el modelo cooperativo porque “pone a la gente por encima del beneficio, crea redes, hace que los miembros participen en la gobernanza, permite la colaboración con otros colectivos y, en general, contribuye a crear una economía y una sociedad maña sostenibles”.
Además, señaló que, tal y como suele suceder en los momentos de crisis, se está experimentando un auténtico ‘boom’ de las cooperativas: “Cuando los estados y gobiernos no son capaces de dar soluciones, la gente se une y se organiza”.