La palabra terapia en la actualidad asusta a muchas personas. Algunas creen que está relacionada con la locura y otras, en cambio, con algún trastorno o enfermedad. Su verdadero significado no va mucho más allá de esos pensamientos. Se trata de un proceso que se lleva a cabo para lograr un objetivo. Y, en el ámbito de la medicina, se refiere al medio que ayuda, alivia o incluso cura enfermedades.
De entre las diversas terapias que existen hoy en día (ocupacional, grupal…), una bastante peculiar y de la que no hay disponible mucha información es la asistida con animales. Se han recogido evidencias de la antigua Grecia donde ya se empleaban caballos para ayudar a las personas enfermas a mejorar su autoestima, por lo que esta práctica no es reciente.
Son muchos los países que los utilizan como ayuda a los enfermos debido a sus efectos positivos: colaboran con la actitud del paciente, ayudan a que se relaje, contribuye a que se olvide de su realidad durante el tiempo que están juntos, les ayudan a comunicarse y transmitir sus emociones, etc.
Un país que se ha involucrado mucho en este tema es Alemania. Cuenta con un centro en Bielefeld donde, en 1867, se utilizaron animales de compañía con enfermos epilépticos. Actualmente, atiende a más de 5000 pacientes con trastornos físicos y mentales, los cuales participan en actividades con varios tipos de animales.
En Estados Unidos, la Comandancia de Servicios de Salud del Ejército Estadounidense orienta esta asistencia a los soldados que se encuentran en proceso de rehabilitación. Esta, se utiliza en Norteamérica desde la Segunda Guerra Mundial, concretamente con los veteranos de guerra, aunque también se da en el Centro para Convalecientes del Ejército del Aire (Nueva York).
Por otro lado, dentro de lo poco que se conoce la terapia asistida con animales, la más famosa es la TAP (Terapia Asistida con Perros). Las primeras bases las puso el psiquiatra Boris Levinson. En una de sus consultas, su perro Jingles estaba presente. El paciente, un niño con dificultad de expresarse y con problemas de retraimiento, mostró mejoras cuando Boris decidió incluir al perro en su tratamiento. El resultado fue del todo positivo, ya que el niño fue capaz de expresar lo que sentía.
Llevar a cabo un programa de estas características no es sencillo, ya que se deben tener en cuenta varios puntos. La herramienta que utiliza el profesional es un ser vivo, por lo que no se puede jugar con él. Los perros llevan consigo emociones y comportamientos determinados debido a su naturaleza, por lo que es un aspecto importante. El principal fin que se persigue con el TAP es que el paciente en cuestión mejore o encuentre alivio, pero no hay que olvidar que el animal también debe sentirse cómodo y seguro a la hora de realizarlas.
Verónica Doval Expósito: “Cualquier raza o tipo de perro puede realizar la labor de coterapeuta”
La psicóloga Verónica Doval Expósito, licenciada en Psicología por la Universidad de La Laguna, afirma que “los perros de terapia deben ser dóciles, deben disfrutar de lo que hacen y tener un vínculo con el terapeuta. No tienen porqué tener unas características físicas concretas, ya que cualquier raza puede realizar la labor de coterapeuta”.
También se han descubierto otras ventajas y abarcan desde factores emocionales hasta motores, trabajándose, en especial, la psicomotricidad. Los más característicos se centran en el área cognitiva y psíquica, referido a la disminución de la ansiedad y el estrés, la mejora del estado de ánimo, la atención, además de generar habilidades de ocio. Asimismo, favorecen la motivación, la interacción verbal durante las sesiones, aumentan la atención del paciente, además de fomentar el equilibrio, la empatía, la diversión y la relajación, entre otros aspectos.
La asociación Nahai, un ejemplo de TAP en Canarias
Junto a todos estos beneficios, Doval Expósito remarca que “facilitan el acceso a las personas con las que se interviene, ya que la sesión se convierte en un juego para ellos y participan prácticamente sin darse cuenta. El perro es el conductor para que la terapia psicológica pueda desempeñarse más fácilmente y con mejores resultados”.
En lo que se refiere a la ubicación de este tipo de centros, cabe destacar que se encuentran por toda España. Yaracan, situado en Madrid, es uno de los más conocidos dentro de este ámbito. Otro ejemplo es Perros Azules, conocido también por realizar estas actividades, además de tener varios servicios como, por ejemplo, entrenamiento animal, proyectos de apoyo social, educativos…
En Canarias, se cuenta con la asociación Nahai, centrada en la tercera edad, así como en niños con problemas físicos y mentales. Ellos buscan, como se puede leer en su página web, “un nuevo aire de intervención, fomentando una mejora en la calidad de vida de las personas con quienes intervenimos tanto en su funcionamiento social, como cognitivo, emocional, físico y educativo, contribuyendo con ello en su recuperación”.