Aarón Gómez estrenó ayer, viernes 13 de octubre, su reciente espectáculo Todo de nuevo en el Teatro Leal de La Laguna, con un concepto donde muestra «lo de siempre» desde otra perspectiva diferente. En una combinación de música, expresión corporal y monólogos, consiguió un ambiente agradable en las filas del espacio lagunero.
La vida en Canarias es muy peculiar, y eso quiso dejar claro el comediante desde una irrompible digestión de dos horas hasta la inmensidad de un estómago canario que siempre tratamos de llenar hasta el límite: «Los canarios sentimos mucho y cuando veo el mar lleno de mierda, lo siento”.
Lo mismo desde un punto de vista diferente
Quiso realzar dos figuras típicas canarias: las madres y los quinquis. Las primeras dejaron un rastro de nostalgia hacia nuestra infancia, donde todos los espectadores reían al sentirse identificados con todo lo que el cómico decía. A través de una presentación de diapositivas, la evolución del quinqui a lo largo de estos años quedó completamente retratada.
Su representación fue más que un monólogo, música y baile unidos en una sola función. Mediante la expresión corporal, Gómez inició la ceremonia con una banda invisible y compuso una canción donde cada nota salía de sus propias manos; toda una escena de mímica.
La actuación culminó con la canción Nada se pierde, todo se transforma, de Jorge Drexler. Una vez más, el artista transmitió un mensaje claro: «Nada es igual si lo miramos desde otra perspectiva y en esta vida solo recibiremos aquello que damos». Sin duda, la obra de Aarón Gómez convirtió la noche del viernes en una velada amena.