Tori Ferrer, en un concierto en el Búho Club. Foto: PULL

Tori Ferrer: «Hay mucho que contar»

Música

Victoria Ferrer es una joven intérprete de Tenerife. A sus 21 años está finalizando el Grado de Periodismo en la ULL. La música siempre ha estado presente en su vida. Su tío, al igual que ella, es cantautor. Tori, como es conocida musicalmente, ha participado en multitud de festivales y conciertos. En su último trabajo, Cero, refleja lo que sufrió como víctima del bullying. Con motivo del 2 de mayo, Día Mundial contra el Acoso Escolar, se propone concienciar y hacer recapacitar a la gente lanzando su nuevo tema.

¿En qué te inspiras? «Soy una persona observadora. No tengo por qué recurrir solo a las cosas que me suceden a mí sino también en mi entorno. Incluso a veces al ver una película o serie me inspira a escribir algo. Creo que hay aspectos que pasan desapercibidos por lo rápido que va la vida. Hay mucho que contar y muchas historias por ahí».

¿Cómo ha sido el camino para desarrollar Cero? «Escribí la letra hace dos años. Exactamente entre el 6 y el 7 de abril. Organicé un concierto para recaudar fondos para ACANAE y vinieron unos cuantos amigos. Esa noche llenamos el local. Fue muy emocionante ver que todo ese público iba por ti, pero más aún el ver como estábamos aportando a esta causa. Al llegar a mi casa las emociones comenzaron a sobrepasarme. Fue un proceso de catarsis».

¿Qué sentiste al leerla? «Había escrito todo lo que me vino a la cabeza. Al leerla fue como si me estuviera escribiendo a mi yo del pasado. Pero al mismo tiempo tiene ese factor realista. A pesar de ello, como dice la propia canción: grítale a los cuatro vientos que puedes empezar de 0. Eres capaz de restructurar tu vida y seguir con tus inquietudes, sueños e ilusiones».

El punto de partida


Entonces el título fue elegido en esa dirección, ¿no? «Sí, se llamó Cero porque creo que es bastante simbólico en general. No solo por ser un número que representa el punto de partida, sino que estéticamente se ve como si se tratara de un bucle cerrado. No fue buscado, sino que surgió y encajó muy bien en todos los sentidos».

Lanzaste una campaña potente en Instagram. ¿Cómo se te ocurrió? «Se me ocurrió pensando en el confinamiento. Para sacar el single debía otorgarle la importancia que posee. Llegué a la conclusión de que es un asunto muy humano y de cara a cara. De ir directamente a los sentimientos en sí, que no quedase todo en algo artificial. Me propuse reunir a un grupo de personas en el proyecto para dar esa sensación de apoyo».

¿Y cómo has vivido la acogida de esa promoción? «Pues la verdad es que estoy un poco sorprendida. Me sorprendió que los primeros días me hablasen por privado para contarme sus casos. En el momento en el que me percaté pensé que realmente habíamos creado esa comunidad que estaba buscando. Es muy bonito ver eso. Grabé en noviembre, estamos en mayo y después de tantos meses de esfuerzo ver que la reacción es positiva me alegra».

La música como cobijo


¿Qué crees que te ha aportado la música en relación a tu experiencia con el acoso? ¿Y tú a ella? «Yo creo que ante un problema toda colaboración es buena y va a enriquecer a encontrar la solución más pronto. Creo que lo que he proporcionado, aparte de mi ilusión y de mi testimonio, es darle un método de entendimiento a quien que lo esté pasando. Yo me refugié en la música, fue mi modo de respuesta. No digo que yo pueda crearle un sitio seguro, un refugio a alguien, pero que tú nunca sabes a dónde llegan los mensajes que estás soltando. Pretendía aportar un granito de arena».

¿Cuáles son tus expectativas de futuro? «Más allá de que me escuchen, a lo máximo que aspiro con esto es que cale. Lo que yo quiero es que sirva para reflexionar y crear conciencia. Quería alzar la voz por mí, por los demás que han colaborado y por aquellos que desgraciadamente ya no pueden compartir que lo han sufrido y pedir ayuda».

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