Trilogía es el nombre de la exposición que se inauguró, la noche de ayer, 15 de mayo en el Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz. Los protagonistas de la velada fueron Martina Armas Valero, Samuel Martin Adán y Andrea Luis Hernández, tres estudiantes del grado en Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. El trío artístico acudió al completo para presentar, a sí mismos y a sus obras, ante los curiosos y amantes de la cultura que acudieron a la apertura.
El estreno estaba programado a las 20.00 horas, y, de forma puntual, el imponente castillo del Puerto de la Cruz comenzó a llenarse. La presentación tuvo lugar minutos más tarde, y la artista que inició la velada, rompiendo así el hielo, fue Martina Armas. La estudiante y amateur en el mundo de la pintura explicó a los asistentes que la colección de obras expuestas se trata de una recopilación de los trabajos realizados en su etapa académica. Es por ello por lo que, en una apuesta por retarse y descubrir su personalidad artística, realiza temas distintos, técnicas diversas y diferentes estilos. Martina concluyó la ponencia con un tono crítico en cuanto al papel que juega la mujer en el mundo artístico, aludiendo al desconocimiento del público sobre grandes pintoras féminas, y, trasladó, un deseo férvido en el cambio de este panorama.
Tras ella, Samuel Martín comenzó a presentar sus creaciones. El pintor describió su trabajo artístico como gótico y tétrico. Además, añadió que, para realizar sus obras suele inspirarse en la literatura. En algunos de sus trabajos más destacados admitió reflejar una trama común que es la de plasmar la dualidad de la realidad, las dos monedas de una misma cara, la verdad y lo que se esconde tras esta. Por último, Andrea Luis invitó a los asistentes a subir al piso superior del establecimiento donde está exhibido su trabajo. La artista describió su etapa artística como «corta pero intensa» y se definió como multidisciplinar. Prueba de ello es que, además de exponer su obra pictórica, también presentó trabajo escultórico, grabados, e incluso, lienzos donde utiliza técnicas mixtas como el bordado. La autora abarca muchos temas, entre ellos, la cultura cubana, los estereotipos y roles de género, crítica hacia la sociedad que convierte al artista en una mercancía, la infinidad y otros muchos.
La guinda del pastel, en una noche perfecta, fue la presencia de Klara Clara. La intérprete le puso banda sonora a toda la velada y, el público, entusiasta, acompañó a la cantante con los coros y palmas. La asistencia al acto fue plausible, aunque no hubo un lleno completo. Fue un acto único y una parada más que recomendable para cualquier amante del arte que se encuentre cerca del Puerto de la Cruz.