Fimucinema, la sección oficial a concurso cinematográfico que organiza Fimucité, presentó en la tarde de ayer, en Tenerife Espacio de las Artes (TEA), su última jornada ante un auditorio repleto de estudiantes y profesores de materias audiovisuales. En primer lugar, se disfrutó de un largometraje seguido, tras una breve pausa, de varios cortos y un encuentro muy especial con Elio Quiroga, escritor, director y guionista de cine nacido en Las Palmas de Gran Canaria.
En el Salón de Actos del recinto y, para sorpresa del presentador del último día, una amplia mayoría de los espectadores querían dedicarse al cine en un futuro. Este detalle comenzó a llenar de emoción la sala.
Bajo el título de Rebellious Flower, el viaje a la cultura hindú estuvo asegurado. El protagonista, Raja, pasó de ser un niño con muchas preguntas a ser un hombre que se cuestionaba todos los aspectos de la existencia humana. Reflexiones profundas y típicas de grandes pensadores asaltaron a un público atento, congregado desde las 17.00 horas. Los libros, el lago y la biblioteca se convirtieron en los refugios del joven en momentos buenos y malos. Presentó, en la película, el camino que le había llevado a sentirse pleno en la vida.
El lenguaje de la música cobró una relevancia poco habitual. Cada verso encajaba con lo que sucedía en la pantalla, trasladaba a las personas allí presentes a un mundo paralelo donde reinaba la paz, la tranquilidad y los valores budistas. Por su parte, los momentos de soledad y pensamientos sinceros también se acompañaron con una melodía especial.
Cuatro cortometrajes cerraron el festival
Tras una pausa de cinco minutos, llegó el momento de los cuatro cortometrajes de la tarde. Albedo Absolute, dirigido por Vlad Marsavin, se centró en contar la historia de dos hermanas que, tras desobedecer a su padre, se adentran en el bosque para vivir un cuento de hadas.
Por su parte, All the Nightmares, de la mano de Pawel Cichoński, narra lo que ocurrió después de que una niña encontrara una caja de madera y un mapa dentro de su armario.
Xmile trajo consigo el fin de la naturaleza. El oxígeno que necesitan los humanos ya es inexistente, pero una empresa consigue crear aplicaciones para que las personas puedan adaptarse a la nueva situación en el planeta. Con el tiempo, lejos de salvar a la humanidad, lo que se consigue es encerrar a los habitantes en sí mismos mediante redes sociales y elementos meramente tecnológicos. Se cuestiona, con ello, la importancia de las actitudes sinceras y reales, alejadas de cualquier holograma.
Le chat doré se ambienta en el interior de un camerino. Un grupo de músicos procura complacer al director, una persona rígida, exigente y malvada.
Para finalizar, llegó el turno de Elio Quiroga en un cara a cara con los asistentes. La pasión por el cine, la creación y el arte se presenciaron durante un largo rato en el TEA. Se juntaron dos generaciones por un mismo motivo, se unieron los mismos sentires en un mismo lugar.