Hoy más que nunca urge la necesidad de dar visibilidad de las personas LGTBI, luchar por simbolizar a la población en una práctica deportiva inclusiva para toda la sociedad y contra cualquier discriminación. Nos hemos cansado de tanta LGBTIfobia en el mundo deportivo y de tu mala educación, de que la desigualdad entre por la puerta cuando nadie la llama. Hoy les toca a esas personas que callan por miedo dar el paso de hablar y decir quienes son.
La LGTBIfobia en el deporte ha aumentado. Sus modos de llevar el deporte, sus percepciones, la sorpresa y poca aceptación por toda la comunidad deportiva del mundo, sobre todo en los categorizados como masculinos, es un tema tabú. Son muy pocas las personas dedicadas de manera profesional a temas deportivos que asumen su incertidumbre durante mucho tiempo para salir del armario.
Pese a ser parte de los derechos fundamentales de cualquier persona, en el mundo del deporte, el conversar de orientaciones diversas siempre ha generado controversia y ha llevado a diferentes retrasos de carácter homófobo. Sin embargo, pocas personas lo acogieron, lo cuidaron en su interior y lo hicieron parte de ellas.
«El amor hacia uno mismo es demasiado hermoso para ser escondido en un armario»
Así continúa en la historia. Parece que la lucha por la igualdad de trato y oportunidades, y condenar cualquier forma de violencia y humillaciones que puedan suceder en la práctica deportiva hacia un colectivo estigmatizado continúa siendo objeto de discriminación. Caminando en distintas direcciones, cruzándose, mirándose, pero con temor. Agudizar sus emociones y la energía de cada uno ha hecho posible que, poco a poco, profesionales del deporte se identifiquen públicamente como homosexuales, no todo queda bien.
El amor hacia uno mismo es demasiado hermoso para ser escondido en un armario. Tratar el tema con honestidad, pero a la vez con injusticia, lleva a problemas de discriminación y suicidio por no ser aceptados. El expresar de manera abierta la orientación sexual no tendría que tener una repercusión negativa, pero para quienes son profesionales deportivos como Fashanu y Billie Jean King muchas veces ha supuesto insultos, faltas de respeto o la expulsión de su equipo de trabajo, e incluso, el camino de sus vidas les ha llevado al suicidio.
Parece que a pesar de varios toques de atención a la sociedad y acoger de manera formal a las personas LGTBI en el mundo del deporte, no es suficiente. Justo cuando creemos que ya habíamos llegado a principios de respeto, con acciones solidarias y sociales para acabar con la discriminación por orientación, identidad o expresión de género en el deporte, la pasarela nos invita a continuar.
En este principio de año 2023, Jakub Jankto, jugador de fútbol profesional, se ha quitado la camiseta, sin miedo, y ha alzado su voz transmitiendo públicamente su homosexualidad. Para él, quizás esa fue la mejor decisión que tomó, porque enseguida, la mochila que alzaba en su espalda se deslizaba para no esconderse más. La ocultación empieza a quedarse atrás y una vida en libertad, sin prejuicios, sin violencia, pero con amor le espera.
Batalla tras batalla, superación tras superación y los comentarios agresivos y homófobos que continúan en la vida son la prueba de que la LGTBIfobia en el deporte puede y debe ser combatida por todas las personas que quieren ser libres, siendo quienes son haciendo el deporte que más les guste. Esto va para todas esas personas que buscan el final del camino, armándose de fuerza y coraje por conseguir un entorno igualitario: nos unimos a ustedes.