Las protestas en Cuba son el principio de una revolución. Foto: PULL

Un gobierno peor que el virus

Opinión

Un país sumido en una crisis económica agravada ahora por la pandemia de la Covid-19 y el aumento de las sanciones de Estados Unidos se ha visto obligado a protestar en plena crisis sanitaria porque su Gobierno es más mortal que el virus. La sociedad cubana se ve sumergida en un caos sin alimentos, sin trabajo, con la incertidumbre del coronavirus y la escasez de vacunas. Las protestas en Cuba, que se iniciaron los días 11 y 12 de julio, son el principio de una revolución y de un considerable avance. Han perdido el miedo, así de simple.

Las escenas de la población luchando en las calles es asombroso. Nunca antes se había mostrado tanto apoyo al pueblo cubano. No hay un liderazgo, hay una unión por salvar de la dictadura a millones de ciudadanos. A pesar de las evidentes represiones contra el pueblo, visibles en las numerosas manifestaciones y detenciones, es posible que haya luz al final del túnel. Esperemos que así sea para conseguir que Cuba se convierta en una democracia libre y justa.

Cuba ya contaba con antecedentes no muy buenos desde el régimen de los Castro, es decir, no se veía nada igual desde el conocido como «El maleconazo», en 1994. Entonces, ¿por qué se ha esperado tanto para iniciar esta revolución tan ansiada? Simplemente es posible que fuera el miedo y la cobardía, no lo sé, pero es comprensible que viviendo en un escenario de terror en tu país no tengas la fuerza de enfrentarlo. Esperamos que eso se haya acabado.

«La palabra libertad ha resonado en las calles con fuerza en incontables manifestaciones por las localidades de Cuba durante estas últimas semanas»

Cuba ha vivido más de 60 años de dictadura y al ser una isla es más fácil de controlar y dirigir a la hora de gobernar, porque bajo promesas falsas y astucia, Fidel Castro permaneció mucho tiempo al mando. Su plan estratégico se formó durante un largo periodo y a base de engaños, prometió primero un modelo socialcristiano, luego el socialismo democrático y, por último, el comunismo.

La palabra libertad ha resonado en las calles con fuerza en incontables manifestaciones por las localidades de Cuba durante estas últimas semanas. Al comenzar las protestas, la reacción por parte del Gobierno no fue otra que bloquear el acceso a las principales redes sociales: Facebook, Instagram, WhatsApp y Telegram.

Por otro lado, el embargo que Estados Unidos aplica se debe a las continuas acusaciones por parte del Gobierno cubano. Esto disminuyó con el mandato de Obama, pero aumentó con Trump y ahora con Biden. El principal impedimento es que el Estado norteamericano no permite a sus empresas invertir en Cuba, por lo que dificulta a la ciudadanía y residentes pasar sus vacaciones en la Isla y, aunque no prohíbe la venta de medicamentos o alimentos, el envío de remesas en dólares es una parte importante para convertirse en un socio comercial.

Este embargo ha transcurrido durante décadas en el mandato de los Castro y ahora en el de Díaz Canel, quienes se aprovechan de justificar sus incompetencias acusando nuevamente al presidente estadounidense, alegando que «no han podido despegar económicamente». Es a causa de esto que cuando no vemos que el socialismo prospera, aparece el capitalismo como herramienta de ayuda para salvar las inaptitudes y los errores.

«Aún queda mucho que luchar, pese a que cuantas más manifestaciones afloren, más represión habrá»

¿Cómo podemos ayudar a Cuba? Vemos que ahora lo más inteligente por parte del Gobierno sería apaciguar las protestas y dejar que la gente expresase sus deseos de libertad, no reprimir aún más la voz del pueblo. Por lo tanto, toda ayuda es buena, así como evitar las críticas y no creer todo lo que vemos en internet. Todo indica que aún queda mucho que luchar, pese a que cuantas más manifestaciones afloren, más represión habrá, más detenidos y más heridos.

El espíritu libertario de Cuba es posible que arrastre al Ejército, pero aún se pide cautela a la hora de salir a las calles, de dar voz de lo que sucede en Cuba, incluso a la hora de escribir sobre lo que sucede. Las detenciones vienen con muchos horrores,  como las torturas físicas que están recibiendo muchas personas por los testimonios que han conseguido llegar a la prensa internacional. Uno de ellos es el de un joven que fue brutalmente golpeado y torturado por un oficial que le gritaba «mercenario».

Las falsas esperanzas que aún permanecen en algunas personas es que la solución a todo esto sea el comunismo, es decir, como una doctrina en la que un Estado corrupto tenga todo el poder puede ser la clave para acabar con todas las desigualdades e injusticias. Lo peor es que muchas personas se aferran a esta posibilidad que fracasará, como lo ha hecho en Rusia y posiblemente en China en breve, ya que este modelo confía en una economía estatificada que premia a una clase empresarial por conveniencia y a otros no. Difícilmente esto llevará a Cuba por el camino correcto.

Celebramos que a muchas personas de la mayor de las Antillas se les haya caído la venda de los ojos y que la mayoría luche por sus derechos. Poco a poco vemos en numerosos medios de televisión como la lucha humana supera la represión de las Fuerzas Armadas y lo más posible es que el pueblo cubano triunfe. Esperemos que así sea. En los próximos meses confiamos que todo esto se cumpla y no disminuya el sentimiento de recobrar la libertad.

 

 

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