Investigadores del Instituto de Salud Carlos III, la Universidad de La Laguna y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, han demostrado que heredar un virus «defectuoso» del VIH provoca que la infección no avance. El trabajo ha sido elaborado en el marco de la Red de Investigación en SIDA (RIS). Cuando alguien se infecta por el VIH lo hace de por vida, pero la enfermedad no evoluciona de la misma manera en todas las personas. De hecho, existe un pequeño grupo de pacientes (menos del 1 %) en cuyo organismo el contagio no se desarrolla, aunque no tomen tratamiento antirretroviral. Agustín Valenzuela con su equipo, en la imagen, son los representantes del equipo científico de Tenerife.
En este sentido, los investigadores han descubierto por primera vez defectos en la proteína de la envoltura (membrana externa) del VIH-1 que explicarían que cinco pacientes con diferentes perfiles inmunológicos hayan conseguido controlar el virus durante más de 25 años sin necesidad de tratamiento. De hecho, las cinco personas lo contrajeron con toxinas de similares características mediante el uso de jeringuillas, a principios de los 80 en Madrid. En este sentido, el estudio confirmaría también que los defectos del VIH-1 se heredan entre ellos y pueden determinar la evolución clínica de una persona, haciendo que la infección no progrese.
Los llamados long-term non progressor (no progresores a largo plazo) son personas que llevan más de 10 años infectadas por el VIH, no toman tratamiento y mantienen un número elevado de CD4 (las células a las que ataca el VIH) sin mostrar síntomas de la infección. Dentro de este grupo, existen los controladores de élite, en los que el nivel de virus en su sangre es tan reducido que es indetectable. Los factores que convierten a una persona en «controladora» se relacionan con su genética, su sistema inmunitario y las características concretas del virus con el que se infecta.
La heredabilidad del VIH
A este último grupo pertenece el estudio, publicado en la revista mBio, en el que se han analizado a cinco personas que llevan más de 25 años infectadas y con niveles de virus indetectables en su sangre sin tomar fármacos, lo que les convierte en controladores de élite. Al estudiar las variantes de VIH-1 con las que se infectaron, los científicos han descubierto defectos en la proteína de la envoltura de los virus que son responsables de que éstos presenten un mecanismo de infección y replicación muy ineficaz, por lo que el sistema inmunitario de los pacientes ha conseguido controlarlo sin tratamiento.
«El VIH-1 actúa modificando la estructura de las células para poder infectarlas. En este estudio hemos descubierto que las envolturas de los virus que infectaron a estas personas tienen defectos en este paso clave de la infección», ha explicado el investigador de la Unidad de Farmacología y del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias (IUETSPC) de la Universidad de La Laguna (ULL), Agustín Valenzuela.
Hasta ahora, se habían señalado algunas regiones del VIH-1 que pueden influir en su capacidad de replicación, pero nunca se habían explorado en profundidad ciertas características de la envoltura del virus. Un hecho que, a juicio de los investigadores, puede ser relevante para avanzar en el desarrollo de vacunas contra él, debido a que, como en la mayoría de ellas, los anticuerpos que lo protegen se dirigen contra sus proteínas externas.
Virus imperfectos
«El próximo paso sería evaluar si estos cinco pacientes pudieron generar una respuesta inmunitaria eficaz gracias a la envoltura defectuosa y, en caso afirmativo, estudiar cómo podrían usarse estos virus imperfectos para generar anticuerpos que sirvan para formar parte de potenciales vacunas preventivas», ha apostillado el investigador en IrsiCaixa del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol y responsable del grupo de Virología e Inmunología Celular, Julià Blanco.
El estudio también ha mostrado que las características del virus son transmitidas y pasan de una persona a otra. Este concepto es conocido como la «heredabilidad» del VIH, que es la parte de la progresión de la enfermedad que viene condicionada por la genética del virus, que es heredada por el virus de la persona infectada. Por tanto, según las conclusiones del artículo, los defectos de la envoltura del mismo se heredaron en los virus estos cinco pacientes e hicieron que personas con características genéticas e inmunológicas muy diferentes se convirtieran todas en controladoras de élite.
«El VIH-1 con el que se infectaron estos individuos es tan ineficaz que es muy probable que ni siquiera pudiera transmitirse por vía sexual. En este caso los pacientes se infectaron porque la transmisión por vía intravenosa es mucho más efectiva», ha argumentado la investigadora del grupo de Virología Molecular del laboratorio de Referencia e Investigación de Retrovirus del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, Concha Casado. Con todo ello, los expertos han concluido que si alguien se infecta con un virus defectuoso, recogerá las características del mismo.
«Esto implica que la persona no es el único factor que cuenta a la hora de hacer a un paciente controlador, sino también el virus con el que se infecta y pone de relieve el importante papel del virus en la progresión de la enfermedad», ha zanjado el responsable del grupo del Instituto Carlos III, Cecilio López Galíndez.