Cientos de estudiantes acudieron a su colegio, recientemente renovado en el barrio de Hydrobase en la ciudad senegalesa de Saint Louis. Foto: Emeterio Suárez

Universidad sin fronteras

Solidaridad

El humilde barrio de Hydrobase de la ciudad senegalesa de Saint Louis ya no es el mismo. Cientos de estudiantes han acudido a su colegio, recientemente renovado, llenos de alegría. Les visitaba una pequeña delegación de la Universidad de La Laguna, institución que ha protagonizado la muy reciente rehabilitación de la escuela elemental de la zona, muy deteriorada y con varias aulas inservibles. A la vuelta de las vacaciones de verano no se lo creían, ni ellos ni su cuerpo docente: el centro educativo había sufrido una profunda remodelación que les ha permitido comenzar el nuevo curso en condiciones de seguridad e higiene.

La rectora, Rosa Aguilar, y la vicerrectora de Internacionalización, Lidia Cabrera, asistieron esta semana a la ceremonia de reapertura del Centro, atestado de colegiales que ya pueden acudir al colegio con normalidad porque ya tienen techos y ventanas y todo funciona correctamente, aunque quedan remates por terminar.

Esto ha sido posible gracias a fondos de cooperación del Gobierno de Canarias a los que ha optado la Universidad de La Laguna y, también, gracias a la inestimable colaboración de un socio local: la Universidad Gaston Berger, a través de su profesor Ndioro Sow, que es quien directamente ha supervisado la obra para que todo estuviera a punto al comenzar el curso.

«Un barrio pesquero muy modesto, superpoblado, con altas tasas de analfabetismo y condiciones de salubridad harto mejorables»


Hydrobase es un barrio pesquero muy modesto, superpoblado, con altas tasas de analfabetismo y condiciones de salubridad harto mejorables. Con todo, las calles de arena, el pasear de las cabras como meros vecinos de la zona y la ingente cantidad de basura que se apila en cualquier esquina no afean ni un ápice la explosión de felicidad de estos cientos de niños y niñas que ya tienen escuela para rato.

El gobierno local organizó una ceremonia de reapertura en la que participaron de forma entusiasta los representantes de la comunidad educativa, desde el propio director de la Escuela hasta el inspector de educación de la región, incluidos los rectores de las dos universidades que han hecho posible esta iniciativa de cooperación internacional. El acto se convirtió, además, en un momento de reivindicación del empoderamiento de las niñas y mujeres, porque no hubo quien no recalcara la importancia de que las jóvenes no abandonen el sistema educativo y prosigan con su formación.

También hubo ocasión para reforzar la idea de que la escuela no es solo una escuela: es también un centro de prácticas para estudiantes de la Universidad de La Laguna, con el objetivo de que realicen en el centro proyectos pedagógicos. De hecho, una estudiante está finalizando su trabajo fin de máster sobre ello.

Rosa Aguilar y la vicerrectora, Lidia Cabrera, descubrieron una placa conmemorativa. Foto: E. Suárez

«Necesitamos más rectoras»


Tanto la rectora como la vicerrectora insistieron en que la universidad no tiene fronteras, su capacidad de tracción y de constituirse en agente de cambio puede ser enorme, como se ha visto en este caso, devolviendo la esperanza en el futuro a cientos de familias.

Rosa Aguilar fue muy explícita en su mensaje dirigido a las niñas. «Necesitamos más rectoras», les dijo, para enfatizar la importancia del estudio y de que las mujeres puedan por fin ser dueñas de sus vidas y tener un perfil profesional.

En la visita previa a las clases, algunas hasta con 90 estudiantes en una sola aula, les insistió para que no abandonen, para que se entusiasmen con el conocimiento nuevo y para que, quién sabe, algún día puedan cursar un máster en la Universidad de La Laguna.

También fue el momento de recordar el valor de los proyectos colaborativos, en el que todos suman, porque en esta reconstrucción ha sido crucial el papel tanto del profesorado, impulsando el proyecto, como de la asociación de padres y madres, muy interesados en que la escuela recuperara su lugar y fuera un entorno seguro para sus hijos e hijas.

«La Universidad de La Laguna ha contribuido a mejorar la vida y el futuro de estos escolares»


El rector de la Universidad Gaston Berger, Ousmane Thiare, hizo hincapié en la pertinencia de la asistencia física de su homóloga a la reapertura del centro educativo. «Podrían haber hecho la obra y no venir hasta aquí, pero han venido», dijo, y de hecho enfatizó los buenos proyectos llevados a cabo por la cooperación española, «es la que mejor funciona».

El centro universitario senegalés está muy implicado en trabajos que prestan servicio a su comunidad local, y por eso la colaboración en la rehabilitación de la escuela de Hydrobase ha resultado para ellos crucial: «La Universidad de La Laguna ha contribuido a mejorar la vida y el futuro de estos escolares».

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