El Tenerife Espacio de las Artes (TEA) fue escenario ayer miércoles, 15 de mayo, a las 17.30, horas de la charla Vacaciones a la española.Triunfo del turismo nacional. Está englobado dentro del simposio Encuentros salvajes. Arte y turismo en la era de la movilidad, evento organizado conjuntamente por el grupo de investigación Turicom de la Universidad de La Laguna. La conferencia fue impartida por Carmelo Vega, profesor de Historia del Arte Contemporáneo en la ULL, y versó sobre el desarrollo del turismo en España en la década de los sesenta.
El encuentro comenzó con la proyección del largometraje Días de viejo color, película española de 1967 dirigida por Pedro Olea. En este filme se refleja parte del fenómeno del turismo vacacional interior de la población nacional, aspecto que utilizó el ponente para iniciar su intervención. Expuso, así, las publicaciones de los artículos que realizó Luis Carandell, escritor y periodista, en el semanario Triunfo, los que recogían diferentes puntos turísticos de la época. Todo ello acompañado de las imágenes de Pedro Antonio Martínez Parra, Jorge Rueda y Xavier Miserachs.
Turismo de los años sesenta
Vega hizo un repaso, a través de las portadas de las revistas y fotografías, del desarrollo y auge del turismo en España. Comentó que con la extensión de las vacaciones pagadas y aumento de la clase media, el país se convirtió en receptor de multitud de turistas europeos que buscaban el calor y las costas mediterráneas.
Sobre el fenómeno de turismo de sol y playa el conferenciante afirmó que el turismo de masas conllevó un fenómeno de transformación de los espacios e, incluso, de cambio de las costumbres de la población local. De esta manera, expuso cómo el contacto con turistas extranjeros del norte de Europa supuso un contraste con la sociedad española de la época, aún bajo el yugo de la dictadura franquista. Además, «cambió la posición de la mujer española, provocando una transformación en los modelos de belleza y moda como con la revolución de la minifalda».
Turismo social interior
El ponente explicó uno de los grandes problemas estructurales que tenía el turismo: el fuerte carácter estacional. Así, añadió que el verano se impuso como época donde las playas se masificaban y subía el número de extranjeros. Para frenar las pérdidas y asegurar un uso de las infraestructuras hoteleras todo el año se impulsó el turismo interior a través de campañas como Español conozca usted España.
En ese momento el fenómeno de las vacaciones obreras se desarrolló, con el Seat 124 como protagonista de las carreteras de camino a la playa. Sobre ese aspecto, Carmelo Vega apuntó que era lo más moderno del momento y permitía a las familias recorrer cientos de kilómetros desde Madrid a la línea de playa más cercana, comenzando «las corrientes actuales del turismo rural, ecológico o el cultural».