¿Qué haría si mañana amaneciera y no pudiera ver nada? Es la pregunta que podemos hacernos tras ver ver el documental Contemplación, (notes on blindness), que se exhibe en Tenerife Espacio de las Artes hasta hoy domingo, 5 de mayo. Dirigido por Peter Middleton y James Spinney, abarca el proceso en el que John Hull estuvo inmerso al desarrollar una pérdida completa de la visión. Ahondando en sus sueños y pensamientos más profundos, el documental expone las grabaciones originales del escritor y profesor.
La cinta cuenta la historia de un hombre que fue perdiendo gradualmente el sentido de la vista, lo que supuso para él un gran problema e incertidumbre al no saber qué curso seguiría su vida a partir de esta deficiencia visual. Pensaba que la ceguera le impediría leer libros, dar clases sin sus apuntes y ver el rostro de su esposa y sus hijos. Tras un proceso de aceptación, memorización de trayectos y procesos repetitivos de agarrar las cosas con las mismas manos y recordar las mismas acciones fue familiarizándose, poco a poco, con su discapacidad.
Lo más interesante de la actitud del protagonista es cómo logra salir de la adversidad y elige vivir en la realidad en lugar de la nostalgia. Así, llega a afirmar que en la ceguera se siente más conectado con su interior, con sus pensamientos, con sus recuerdos y con sus intereses. Que tiene una percepción más clara del mundo pese a su falta de visión.
En el salón de actos del Tenerife Espacio de las Artes se oye un silencio consciente. Parece que todos pensamos la misma pregunta. Parece que todos coincidimos en que John Hull lo tenía todo en sus manos y en un clic perdió un sentido que damos por sentado y no apreciamos. Tenemos el maravilloso don de la vista y perdemos el tiempo viendo la vida de otros para criticarla, desperdiciando nuestra visión tras la pantalla del móvil o mirando superficialmente.