Bely Basarte actuó el pasado jueves, 4 de abril, en el Aguere Cultural de San Cristóbal de La Laguna. Este concierto fue el primero que la audiencia canaria disfrutó de los dos que dio en su periplo por el Archipiélago como parte de su gira Bombas de Humo. Cerró su viaje el viernes, 5 de abril, en Gran Canaria. Diez minutos antes del comienzo, la sala principal estaba a medio llenar, y se quedaría así hasta el final.
«Esperaba más expectación, pero es jueves», comentaba una fan. Aún así, las ganas se veían. De hecho, algunas personas venían desde diferentes puntos del país. «Vengo desde Badajoz y voy a casi todos su conciertos», declaraba una asistente.
Poco antes de comenzar había un grupo de personas que repasaba algunas de sus canciones: «Espero dejarme la voz. Nuestra canción favorita es C´est la vie». En la sala había una zona anexa al ventorrillo con publicidad y artículos a la venta de la cantante. La dependienta del stand y diseñadora de Bely Basarte, Andrea, afirmó que todo lo que estaba a la venta se inspiraba en las canciones de la madrileña. Insistió en que una de las señas identificativas de la artista eran las letras sanadoras: «Ha pasado por muchas cosas y sabe lo importante que es ser fuerte y evolucionar. Sus canciones ayudan a superar las adversidades».
La música previa al concierto se silenció y a las 21.10 horas de la noche empezó el espectáculo y Bely Basarte vocalizó un animado «Hola Tenerife», acompañado de su single Contigo, una de sus canciones más escuchadas en Spotify, aunque para nada la más favorita de la gente que asistió.
Después de bailes y saltos con una de sus últimas creaciones habló con el público mostrando su felicidad por volver. «Qué ganas tenía de regresar a Canarias, como siempre, con una cálida bienvenida», afirmó la cantante. Tras esta primera conexión cantó Me miento mal. Después llegó uno de los momentos más enternecedores de la noche. «A lo largo este concierto quiero crear un oasis de calma, los problemas no se van a solucionar ahora, así que dejémoslos fuera y centrémonos en sentir y limpiar», explicó. Entonces entonó Mientras tanto.
Durante esta última canción se pudo ver a una gran parte del público llorando. La artista busca que sus canciones sirvan de inspiración y generen melancolía para los momentos malos. Sus sencillos como: Ya no te necesito, No te quiero ver llorar, Si la luz se va o Todo va a estar bien, son un gran ejemplo. «El éxito para mí no son los números, sino que mis canciones acompañen a la gente en los momentos duros», exclamó Basarte.
Después, la noche se animó. Continuó con BDH (Bomba de Humo). Entonces llegó un momento divertido y de risas entre canciones, cuando el batería, Pablo Díez, casi se cae al salir del escenario. Bely salió del paso de manera divertida. Fue muy risueña y cercana en toda la actuación.
La madrileña se dispuso a vocalizar Flores de Sereno, una balada sin producción, solo su voz junto al pianista, Marlon Pacho. La tranquilidad y el disfrute de la balada se adueñaron de la sala. La noche continuó con momentos de participación activa de la gente, como cuando Bely contó cómo surgió una canción en una cena con amigas, que según ella el vino les ayudó a ello. El ritmo no decaía con Fin de semana y Ya no te necesito, donde la guitarra actuó como terapia para el alma.
Tras esto sonó C’est la vie, una de las creaciones favoritas de su comunidad, fusiona español y francés. Esta canción desató una ola de baile y energía en el Aguere, marcando el punto culminante de la noche. Bajaron las revoluciones con No te quiero ver llorar, el público se sumergió en la emotividad de la letra, siguiendo cada palabra con devoción y soltando alguna lágrima.
«El éxito para mí no son los números, sino que mis canciones acompañen a la gente en los momentos duros»
La cantautora demostró su cercanía compartiendo anécdotas y mencionando sus productos personales y explicando la dificultad para llevarlos a Tenerife. Con Ahora estoy contigo, el la multitud entregó su voz con pasión, culminando en un éxtasis colectivo. El concierto llegaba a su fin, pero no sin antes regalar Mariposas, una canción que inundó el Aguere con su melodía, dejando un recuerdo imborrable en cada corazón presente.
Con aplausos y gratitud, Bely despidió a su equipo y al público, agradeciendo el esfuerzo de todo el personal. Antes de partir, cerró con San Pedro, su mejor obra, cerrando así una noche llena de emociones y conexión.